Así los veo: previa NFL 2017 de los Cleveland Browns
A día de hoy, los Browns tienen dos primeras rondas del draft 2018, tres segundas ronda, una tercera, dos cuartas, su quarterback actual es Cody Kessler y siguen con carta blanca para perder lo que haga falta hasta que el pavo esté bien asado en el horno y doradito. Jimmy Haslam, el hasta hace muy poco impaciente propietario del equipo, parece haber hecho un curso acelerado de meditación zen en el Himalaya que le ha reconvertido en un ejemplo paradigmático de resignación cristiana y flema británica. No ganarán partidos, pero la franquicia es una balsa de aceite.
Por todo lo anterior es complicado adivinar cuál va a ser el rendimiento del equipo en la temporada que se nos viene encima. Si Kessler se parece al quarterback en el que Hue Jackson, entrenador principal, vio en el draft de 2016 una joya en bruto, es posible que empiecen su despegue hacia la élite con un puñado de victorias. Si Kessler se viene abajo, se confirma su falta de fuerza en el brazo, y tienen que tirar de Osweiler, o de Kizer antes de tiempo, ya no habrá dudas: estarán en la batalla por el número 1 del draft y tendrán rondas altas para dar y tomar si necesitan negociar con ellas para llegar a la cima y aspirar a un premio gordo llamado Sam Darnold.
El plan de reconstrucción sui géneris en el que entraron tras el fichaje de Sashi Brown como General manager y Paul DePodesta como jefe de estrategia está dejando de ser el túnel oscuro que todos mirábamos con escepticismo. Comienza a verse la luz a lo lejos y ahora sí parece que las piezas pueden encajar, que todo tiene un sentido y que el futuro podría ser maravilloso.
Quizá ya tengan quarterback de verdad
Para empezar, está Cody Kessler como gran incógnita. El año pasado fue elegido en tercera ronda del draft como una apuesta personal de Hue Jackson, que parece tener confianza ciega en él, lo que casi seguro le valdrá el puesto de titular. Lo cierto es que el año pasado Kessler ya jugó muy bien en las oportunidades que tuvo, que no fueron pocas. Solo hubo un ‘pero’, sufrió dos conmociones cerebrales que además de certificar que la OL era espantosa, provocan dudas sobre su durabilidad.
Tanta fe tienen en Kessler que siquiera buscaron otro quarterback para cubrirse las espaldas en la agencia libre e incluso dejaron marchar a Robert Griffin III, el teórico titular en 2016. Lo de Osweiler ha sido más un movimiento para solucionar su problema de exceso de dinero para gastar en la agencia libre y un favor a los Texans a cambio de rondas jugosas en el draft. Su auténtico movimiento de futuro, y para cubrirse las espaldas, lo dieron en la segunda ronda colegial donde encontraron a DeShone Kizer, quarterback de Notre Dame, que bajó hasta el pick 52 cuando algunos analistas esperaban que saliera en primera ronda. Entre Kessler y Kizer podría estar el futuro del equipo, pero no parece que este front office se case con nadie en su política de reconstrucción. Si dentro de doce meses no les convence ninguno de los dos, nada impedirán que tiren la casa por la ventana por otro quarterback en el draft.
Una línea ofensiva muy reforzada
Esa búsqueda de pasador ya no se va a convertir en una carnicería como el año pasado. Su principal propósito en la agencia libre fue reforzar una línea ofensiva que en 2016 fue un coladero pese a contar con Joe Thomas y Joel Bitonio en el lado izquierdo. Los fichajes de Tretter como center y Zeitler como guard derecho deberían convertir el grupo de cinco, que se completa con Shon Coleman en el tackle derecho, en uno de los más poderosos de la NFL. Ahora su mayor preocupación dejará de ser encontrar quarterbacks sanos en la plantilla después de la escabechina sufrida cada domingo y Hue Jackson podrá trabajar en serio en desarrollar el potencial de sus jóvenes pasadores.
En el grupo de receptores no parece haber mejorado demasiado respecto al año pasado. Han fichado a Kenny Britt para suplir la marcha de Terrelle Pryor, y de entrada ese cambio no es para mejor. Tendrán que poner todas sus esperanzas en Corey Coleman, que fue elegido en primera ronda del año pasado, aunque entre lesiones e incompetencia de los pasadores todavía no sabemos lo que puede dar de sí. Con el pick 29 de primera ronda del draft eligieron a David Njoku, un tight end al que todos auguran un grandísimo futuro, y que puede ser uno de los rookies del año si cumple las expectativas. En el backfield, Isaiah Crowell podría ser más que válido si tiene más ayuda que el año pasado, cuando ya rozó las 1.000 yardas de carrera.
Lo mejor, la defensa
El proyecto de reconstrucción de los Browns parece ir como la seda, pero ha sufrido una convulsión en la offseason con el despido de Ray Horton, un gurú de la 3-4 con un prestigio bien ganado y la llegada de Greg Williams, que durante toda su carrera ha sido entrenador de 4-3. Williams es además famoso porque fue suspendido por la NFL tras el ‘bountygate’ de los Saints, un sistema de incentivos ideado por él, que premiaba con dinero a los jugadores por conseguir placajes, golpes e incluso por lesionar a rivales.
En esa labor de hormiguita reconstructora en la que están inmersos los Browns, lo que progresa más adecuadamente es su lado defensivo. El rookie Ogbah tuvo un buen debut como defensive end de 3-4, con seis sacks y muy buena presencia. Este año tendrán en el otro end a Myles Garrett, flamante número 1 del draft, y al nose tackle Danny Shelton, primera ronda de 2015, que por fin ha demostrado que puede ser una estrella en esta liga. Esa línea de tres podría ser de las que hacen época en muy poco tiempo. Sin embargo, este año probablemente pasará a ser de cuatro jugadores y para completarla eligieron a Larry Ogunjobi (DT) en tercera ronda del draft y sobre todo a Caleb Brantley, un robo en sexta ronda que estaba programado para salir al final de la primera, pero cuyos problemas con la justicia, ya desestimados, le hicieron caer a plomo.
Para completar el front seven, Jamie Collins es uno de los mejores linebackers de la NFL y Christian Kirksey jugó por fin en 2016 a un nivel más que aceptable, ganándose la titularidad indiscutible. Dominique Alexander debería completar un front seven con capacidad para estar en la élite de la liga.
Un gran agujero en el safety
Sin embargo, da la sensación de que en secundaria queda todavía por hacer mucho trabajo. Sus safeties son un desastre y no está claro que la elección de Jabrill Peppers pueda ser la solución al problema, por eso ficharon a última hora a Calvin Pryor procedente de los Jets a cambio del linebacker Demario Davis. Peppers es pequeño para ser linebacker, grande para ser safety y su perfil de comodín para todo no parece el ideal en una NFL en la que cada vez más triunfan los especialistas, y Pryor lleva una trayectoria decepcionante tras ser elegido en primera ronda en 2014. Quizá la salvación pueda estar en Joe Haden, si le respetan las lesiones, Jamar Taylor y el recién fichado Jason McCourty que, con la ayuda del front seven, podrían formar un trío de cornerbacks fiable.
Ya nadie duda de que los Browns están construyendo con cabeza. Hue Jackson es un gran entrenador y ya debería tener mimbres para plantearse sumar un puñado de victorias. Tiene el hándicap de la bisoñez de casi toda la plantilla, le faltan líderes veteranos en el vestuario y tiene que conjuntar demasiadas piezas en muy poquito tiempo. Es muy posible que el equipo pueda empezar titubeante mientras se ajustan todas las piezas, pero si Kessler es tan bueno como creen y el front seven alcanza las expectativas, nadie va a querer enfrentarse a los Cleveland Browns en la segunda mitad de temporada.
Mi pronóstico
Creo que el calendario de los Browns este año no es demasiado complicado. Tendrán enfrente bastantes equipos en reconstrucción con los que podrán medir su auténtica evolución y dentro de su división empieza a haber bastantes dudas. No me extrañaría un récord 7-9 con el que quizá podrían eludir quedar últimos de su división.
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