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Así los veo: previa NFL 2017 de los Indianapolis Colts

Actualizado a 8 de agosto de 2017 13:57 EDT

En sus primeros cinco años como quarterback titular de los Colts, Peyton Manning jugó en postemporada en tres ocasiones. En una de ellas llegó hasta ronda divisional y en las dos restantes fueron eliminados en wild card. En las cinco temporadas que Andrew Luck lleva siendo quarterback titular de los Colts, el equipo también ha llegado en tres ocasiones a playoffs. La primera cayó en wild card, la segunda en divisional y la tercera en final de conferencia. Desde entonces, hemos vivido dos años fuera de playoff y con un récord 8-8 dentro de una división no demasiado competitiva. Porque aunque numéricamente el arranque de ambos quarterbacks es muy similar, e incluso parece mejor en el caso de Luck, la realidad es que la franquicia no está sabiendo gestionar la evolución de este proyecto.

Los Colts intentaron ganar la Super Bowl con Luck desde el primer día fuera como fuera. Las estrellas veteranas llegaban y fracasaban como si la franquicia fuera una máquina de picar carne. Después intentaron poner en marcha una reconstrucción más racional y tampoco funcionó. Ahora han dado un volantazo con el despido de Ryan Grigson, su anterior general manager, que ha sido sustituido por Chris Ballard, procedente de los Kansas City Chiefs. Aunque queda la duda de si con ese cambio será suficiente o también debería haber sido sustituido Chuck Pagano. Yo creo que el cargo le queda demasiado grande y que la mejor etapa de los Colts coincidió con las semanas en que Bruce Arians se tuvo que hacer cargo del equipo mientras Pagano luchaba con éxito contra un cáncer. Por regresar a la etapa de Manning, el auténtico despegue de Peyton llegó cuando Jim Mora fue sustituido por Tony Dangy al frente del vestuario.

Andrew Luck, una estrella desaprovechada

Ahora mismo los Colts tienen tras su center al quarterback con más talento elegido con el pick 1 del draft desde Peyton Manning, y la sensación es que no saben muy bien qué hacer con él. Un arma de destrucción masiva en manos de alguien que no sabe si tiene un misil nuclear o una exprimidora de zumos. Por el camino, la evolución de Luck ni siquiera ha sido programada con éxito. Muchas veces parece que Luck tiene que tirar de su talento innato para salir de atolladeros para los que nadie le ha dado soluciones.

Por todo lo anterior, Luck está jugando muy por debajo de sus posibilidades dentro de un equipo que le lastra con sus carencias y desequilibrios. Y creo que el problema se mantendrá mientras Pagano sea su entrenador. Todo pese a que el cambio de Grigson por Ballard ha sido como del día a la noche. El nuevo general manager ha puesto a funcionar los despachos a todo gas y tanto la agencia libre como el draft del equipo han estado llenos de fuegos artificiales. Aunque, entre nosotros, cuando tienes que mejorarlo todo no hace falta hacer grandes disquisiciones. Simplemente hay que fichar de todo.

Un front seven reinventado desde los cimientos

Sin duda, su mejor adquisición en el mercado ha sido Johnathan Hankins, que llegó con la agencia libre bastante avanzada y virándoselo a los Giants delante de las narices. El nose tackle puede ser el jugador de talento que necesitan para que el centro del front seven se asiente y Kendall Langford recupere la presencia como defensive end de 3-4. Para completar el trio se han cortado a Arthur Jones (menudo fracaso) que de entrada será sustituido por Margus Hunt, llegado de los Bengals como puente para que cuanto antes tome el relevo Grover Stewart, elegido en cuarta ronda del draft.

El grupo de linebackers también ha sido puesto patas arriba con la retirada de Robert Mathis, el despido de D’Qwell Jackson y la no renovación de Erik Walden, todos ellos titulares en 2016. Para sustituirlos han disparado a diestro y siniestro con escopeta de perdigones, para ver si algún balín da en el blanco. En la agencia libre llegaron Jabaal Sheard, Sean Spence, John Simon, Barkevious Mingo... Ninguno de ellos es maravilloso y todos vienen de ocupar papeles secundarios en sus anteriores equipos, pero la mayoría tendrán que ser titulares ante la falta de efectivos en la plantilla. Muy probablemente, Tarell Barsham, elegido en tercera ronda del draft, terminará teniendo mucho que decir en ese grupo.

Inversión en secundaria

En secundaria también se ha producido una revolución. Eligieron en primera ronda, y con el pick 15, a Malik Hooker, uno de los mejores jugadores del draft, que en muchísimos mock estaba programado para salir en el top 5. Que digan que puede ser el nuevo Ed Reed es buena carta de presentación. En segunda ronda apostaron por Quincy Wilson, uno de los cornerbacks destacados en una buena añada para la posición, y que puede ser el acicate que necesita Vontae Davis para recuperar las sensaciones. También fue renovado Darius Butler, pero se marcharon Mike Adams y Patrick Robinson, strong y cornerback 2 titulares en 2016. Si recordamos que en el draft del año pasado habían elegido al free safety T.J. Green en segunda ronda y Geathers seguirá como strong, el bloque está armado, pero también plagado de jugadores jóvenes que tardarán tiempo en compenetrarse.

Seguirán los problemas en la línea ofensiva

En ataque ha habido muchos menos movimientos. Renovaron al tight end Jack Doyle, con lo que traspasaron a los Patriots a Dwayne Allen, que ya no era necesario. También renovaron a Turbin y eligieron en cuarta ronda a Marlon Mack, para que sea el sustituto de Frank Gore, que a sus 34 años se está quedando sin gasolina para seguir siendo corredor número 1. T.Y. Hilton, Moncrief y Dorsett deberían seguir formando un trio de receptores letal en manos de Luck si les respetan las lesiones. El problema vuelve a estar en la línea ofensiva. El año pasado permitieron 44 sacks y tuvieron gran parte de la culpa de que el ataque terrestre del equipo fuera uno de los peores de la NFL. El center y el lado izquierdo están razonablemente cubiertos con Kelly, Mewhort y Castonzo, pero el lado derecho es un coladero. En cuarta ronda del draft eligieron a Zach Banner, que podría ser el tackle titular casi desde el principio, pero a su lado seguirá estando Joe Haeg y muy bien tendrán que hacerlo para frenar la sangría que el equipo sufre en ese lado.

Visto el panorama, parece que los Colts necesitarán esperar hasta la próxima offseason para completar su proyecto de reconstrucción. Un front seven en pañales y una secundaria recién salida del horno no pueden garantizar muchas alegrías en defensa. Tampoco parece que la línea ofensiva pueda certificar que este año Andrew Luck pueda jugar con la tranquilidad y el tiempo que necesita para hacer daño de verdad. Y como sucede en muchos otros equipos, necesitarán que todas las piezas nuevas funcionen a la perfección, sobre todo el running back Marlon Mack, para aspirar a ser competitivos y soñar con los playoff. Como consuelo, ahora sí que parece que hay un proyecto claro. Al menos en los despachos. Ya solo hace falta que llegue un entrenador que sepa tratar a Luck como un arma de destrucción masiva y no como una exprimidora de zumos.

Mi pronóstico

Los Texans tienen buen bloque, pero su ataque estará en manos de un novato. Los Jaguars parecen tener una plantilla monstruosa, pero ya parecía eso mismo el año pasado por estas fechas. Los Titans progresan adecuadamente, pero a ritmo de tortuga. Con ese panorama, el talento de Luck podría marcar la diferencia en una división llena de incógnitas. Además, su calendario es muy sencillo a priori. Incluso un récord 9-7 podría estar a su alcance si tienen un buen arranque. Otra cosa es que sea suficiente para entrar en postemporada.