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Así los veo: previa NFL 2017 de los Carolina Panthers

Actualizado a 4 de agosto de 2017 15:22 EDT

¡Qué complicada es la NFL! Hace un año, los Panthers parecían un equipazo capaz de formar una dinastía, con una defensa infranqueable, un Cam Newton que acababa de ganar el MVP y era el paradigma de quarterback del futuro, el molde de lo que debe ser el jugador total de la NFL, y un entrenador que se reivindicaba como uno de los mejores cerebros de la liga después de ser cuestionado durante demasiado tiempo.

Ahora, los Panthers parecen un equipo que ha perdido la identidad y que tiene que acometer una complicada reconstrucción, con su estrella defensiva de 26 años, Luke Kuechly, acumulando conmociones peligrosamente, una secundaria que perdió el norte tras la marcha de Josh Norman, un quarterback que parece haber extraviado su genialidad para convertirse en vulgar y un entrenador que todavía no está en entredicho, pero que vuelve a despertar dudas sobre su capacidad real. Para colmo, a mediados de julio despidieron a su general manager, Dave Gettleman, lo que abre aún más incógnitas sobre el diseño de este proyecto.

Tres grandes interrogantes

Los Panthers de 2016 fueron víctimas de su propia soberbia, y de la maldición que parece perseguir a los perdedores de la Super Bowl (y a alguno de sus ganadores). Ya antes de empezar la temporada había tres grandes interrogantes: cómo sobreviviría la secundaria tras la marcha de Norman, qué sucedería con una línea ofensiva que ya había quedado retratada el año anterior y cómo rendiría el ataque si Jonathan Stewart no conseguía mantenerse sano. Como si una cosa puede ir mal casi siempre termina saliendo aún peor, la secundaria fue un coladero, la línea ofensiva muy frágil y el ataque perdió la explosividad mientras Stewart volvía a pasar tanto tiempo como antaño en la enfermería.

Cuando los golpes excesivamente violentos que recibe un quarterback se convierten en principal tema de debate en una franquicia, significa que las cosas no funcionan demasiado bien.

La línea ofensiva no ha mejorado mucho

Durante esta offseason parecía que las prioridades estaban más que claras, porque coincidían con los tres boquetes que se les abrieron después de perder la Super Bowl. Sin embargo, no está tan claro hayan conseguido cerrarlos. Han hecho un intercambio no intencionado de cromos con los Vikings, con lo que Mike Remmers se va a Minnesota y Matt Kalil llega a Carolina. No creo que ninguno de los equipos salga ganando. El primero es vulgar y el segundo está siempre lesionado… que es exactamente lo mismo que le sucede a Michael Oher, que ha terminado cortado y a tortas con un conductor de Uber. Por último, han elegido con el último pick de segunda ronda a Taylor Moton que puede jugar como guard o tackle del lado derecho y seguramente sea el sustituto de Oher. Permitidme que me ponga pesimista; no me fio un pelo de que con esos cambios la OL de los Panthers deje de ser una calamidad con Matt Kalil como left tackle. Y eso que Norwell (LG), Ryan Kalil (C) y Trai Turner (RG) forman un trío sólido por dentro.

¿Por qué McCaffrey y no Cook?

También me provoca desconfianza la elección de Christian McCaffrey con el pick 8 global del draft. Es verdad que McCaffrey es un tipo polifacético capaz de hacer casi todo: correr por dentro, doblar la esquina, aparecer como receptor abierto… Espectáculo en estado puro. Sin embargo, tengo mis dudas sobre si ha sido una elección acertada. Si tienes un quarterback tan versátil como Newton, no necesitas un corredor capaz de hacer de todo. Para eso está tu quarterback. En mi opinión, los Panthers necesitaban un norte-sur capaz de percutir, cerrar defensas y darle más tiempo a Newton. Creo que para hacer esa labor habría sido mucho más práctico elegir a Dalvin Cook, que no solo tiene una envergadura impresionante, además sale muy bien al pase y podría rendir como bloqueador en el backfield más adelante, aunque es esa faceta está aún muy verde.

Al apostar por McCaffrey, y elegir a Curtis Samuel en segunda ronda, un receptor de slot para sustituir a Ted Ginn, da la sensación de que Ron Rivera quiere que Cam Newton suelte el balón muy rápido para evitar los golpes que le torturaron en 2016. La otra opción es que llene el libro de jugadas de diseños de fantasía para una plantilla en la que está primando la velocidad sobre la solidez. Aunque para sólido, el tight end Greg Olsen, que año tras año sigue siendo el mejor tight end infravalorado de la NFL. No se puede decir lo mismo de Kelvin Benjamin, que el año pasado solo fue capaz de coger el 53% de los balones que le lanzó Cam Newton y sigue teniendo demasiadas inconsistencias con los drops, además de haber echado el cuerpo serrano de un jugador de línea durante las vacaciones invernales.

La secundaria seguirá siendo frágil

El problema de la secundaria se intentó resolver en la agencia libre con el fichaje de Captain Munnerly (CB) y Mike Adams (S). El cornerback es muy sólido en el slot y el safety sigue jugando a muy buen nivel pese a sus 36 años, pero son dos fichajes que solo parchean un rompecabezas mucho más profundo en una secundaria que el año pasado fue la cuarta peor de toda la NFL. Da la impresión de que han aparcado el asunto hasta el año que viene porque en este draft tampoco han invertido demasiado. Parecen tener puestas todas sus esperanzas en que James Bradberry, cornerback elegido en segunda ronda de 2016, confirme las buenas sensaciones que transmitió como rookie.

Se lo juegan todo a su front seven

La última preocupación de los Panthers ha sido dejar bien atado su potente front seven, que fue la única parte del equipo que aguantó el tipo el año pasado. En el puesto de end han renovado a Johnson y Addison y dejado marchar a Kony Ealy a los Patriots. También han fichado a Julius Peppers en la agencia libre pese a sus 37 años y han elegido a Daeshon Hall subiendo a por él en tercera ronda del draft. En el tackle tienen a Vernon Butler, elegido en primera ronda en 2016, han designado a Kawann Short jugador franquicia y tienen a Star Lotulelei. Es complicado encontrar en toda la NFL un equipo con tanta calidad y profundidad en la línea de cuatro. Lo mismo se podría decir de su grupo de linebackers formado por Shap Thompson, Luke Kuechly y Thomas Davis. Las dudas llegan porque Davis tendrá este año 34 años y se empieza a notar y Kuechly tiene un serio problema con las conmociones. Cuando ellos dos no están al ciento por ciento toda la defensa se resiente. Sobre todo una secundaria que para sobrevivir necesita que el quarterback rival sienta mucha presión y tenga que lanzar muy rápido sin tiempo para pensar.

Bien visto, si todas las piezas encajan y Cam Newton recupera su ‘swing’, los Panthers podrían ser competitivos. Y ya se sabe cómo es esta liga: si empiezas en forma y te subes a la ola buena es muy complicado pararte y pareces mucho mejor de lo que eres. La duda es si puede subirse a la ola buena un equipo con tantas piezas por encajar, y tantas incógnitas en secundaria y en ataque. Solo parece posible si Newton se quita la careta de Clark Kent con la que jugó en 2016 y vuelve a disfrazarse de Superman.

Mi pronóstico

La clave de los Panthers va a estar en sus tres primeros partidos. Si ganan a Niners, Bills y Saints, deberían mantenerse en la pelea toda la temporada y aspirar a entrar en playoffs, porque su calendario parece bastante asequible a priori y debería sostenerlos. El problema es que, aparentemente, Bucs, Falcons y Saints deberían ser muy competitivos el año que viene y, aunque la división pueda estar muy apretada, creo que los Panthers acabarán últimos de la NFC Sur con un record 6-10.