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Así los veo: previa NFL 2017 de los Washington Redskins

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Washington puso en la calle a Scott McCloughan, su general manager, el mismo día en que se abría la agencia libre. La explicación de tal despido nunca ha sido aclarada del todo. La palabra más repetida es ‘alcoholismo’, pero otras versiones aseguran que el ejecutivo no había recaído en su adicción y que el motivo fue un enfrentamiento directo con Bruce Allen, presidente del equipo. Sea como sea, el general manager no estuvo en el combine de novatos y los representantes del Kirk Cousins, y de otros jugadores de la plantilla, se pasaron semanas contando que nadie cogía el teléfono en las oficinas del equipo. Un despelote.

Tras el despido de McCloughan, desapareció la figura de general manager. Han creado una especie de comité de sabios formado por Jay Gruden, entrenador principal, Scott Campbell, director de scouting, Alex Santos, director de personal y el ejecutivo Doug Williams, que visto lo visto no lo han hecho nada mal. O al menos eso parece al ver su agencia libre y su draft.

Un proyecto que se tambalea

Todo lo sucedido devuelve a la memoria el caos vivido en los primeros años de Dan Snyder como propietario empeñado en meter mano en todas las decisiones deportivas. Incluso ahora que Snyder está tranquilito, vuelven a aparecer los viejos fantasmas. Además, lo sucedido desmitifica el trabajo de los despachos. Todos imaginamos meses de trabajo de ingeniería financiera y planificación para mejorar una plantilla y ahora vemos como cuatro tipos parchean una franquicia en un pispás sin necesidad de tanto análisis concienzudo.

Por muy bien que hayan podido salir de una situación peliaguda, los Redskins vuelven a encontrarse en una crisis de identidad tras su fracaso en la pasada temporada y el final de sopetón del proyecto McCloughan. Veremos sin son capaces de reconducir el barco, pero un mal récord puede hacer que las oficinas y el vestuario salten por los aires. Y más si no resuelve el asunto Kirk Cousins.

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Kirk Cousins sigue bajo el microscopio

El quarterback ha sido designado jugador franquicia por segundo año consecutivo. La broma le ha costado al equipo 24 millones de dólares. El problema de Cousins es que no es suficientemente bueno como para declararle amor eterno, ni suficientemente malo como para romper con él. Y lo peor es que no acaba de inclinarse ni hacia un lado ni hacia otro. Cuando se siente cómodo y tranquilo puede bombardear al rival hasta destrozarlo, pero cuando está inseguro y agarrotado, solo se atreve a lanzar pases sencillos y muestra un pavor casi clínico a cometer errores. Cousins tiene talento, pero una fragilidad mental preocupante. Eso no sería tan importante su tuviera a su alrededor un staff más protector, pero Washington es una de esas franquicias históricas en las que nada se perdona y se vive al grito de sálvese quien pueda.

Si el problema principal de Cousins es la inseguridad, no parece buena idea dejar marchar a Pierre Garcon y a DeSean Jackson de una tacada. Ambos sumaron 2.046 yardas el año pasado. Pese a todo, el grupo de receptores de Washington podría sorprendernos. Para empezar, Josh Doctson, su elección de 1ª ronda de 2016, volverá después de haberse perdido casi toda su primera temporada por una lesión en el tendón de Aquiles. Además, Jamison Crowder se confirmó en su segunda temporada como un receptor muy prometedor. Para terminar, ficharon a un fajador como Terrelle Pryor en la agencia libre. Y lo más importante, Jordan Reed es uno de los tight ends más desequilibrantes de la NFL cuando consigue mantenerse sano. Todo el bloque quizá pueda parecer peor que el año pasado, pero no sería descabellado que al final de la temporada estemos hablando de un grupo estupendo.

Un backfield mejor de lo demostrado

Una de las grandes preguntas pendientes del año pasado es por qué los Redskins dejaron de usar a Robert Kelley. Mediada la temporada tuvo mucho éxito contra defensas duras contra la carrera, pero de pronto, y sin explicación aparente, su aportación fue diluyéndose al tiempo que le dejaban de dar balones. Algo similar sucedió con Matt Jones. Empezó siendo titular y alternando actuaciones buenas y desastrosas. En la semana 7 perdió la titularidad… y desapareció. Ambos seguirán en el equipo y en cuarta ronda han elegido a Samaje Perine. Tienen potencial, pero lo más importante será que en el staff se aclaren con lo que quieren conseguir de su juego de carrera.

Donde los Redskins pueden estar más tranquilos es con su línea ofensiva. Trent Williams (LT), Lauvao (LG), Spencer Long (C), Scherff (RG) y Jordan Moses (RT) volverán a formar una de las mejores líneas de toda la NFL, infranqueable en el pass rush, muy eficaz abriendo puertas a la carrera. Son un grupo muy compenetrado que tiene en Bill Callahan uno de los mejores entrenadores de línea de toda la NFL.

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Jonathan Allen, un chollo en primera ronda del draft

La gran inversión de los Redskins ha llegado en el front seven. Eligieron a Jonathan Allen en 1ª ronda del draft, un defensive end portentoso en teoría. En 2ª llegó Ryan Anderson, otro edge que debería ser titular lo antes posible. En la agencia libre ficharon a Zach Brown, un linebacker interior que hace doce meses no era nadie pero que hizo una temporada monstruosa en la 3-4 de los Bills. En el lado malo de la balanza está la pérdida de Chris Baker. Lo pueden echar mucho de menos en la línea de tres. El frente lo formarán Jonathan Allen, Stacy McGee, procedente de Oakland, y Terrell McClain, recién llegado desde Dallas. El cuarto hombre en la recámara será Ziggy Hood, que resucitó para el football el año pasado. De entrada no impresionan mucho y parece que dependerán de lo que dé de sí Allen.

La línea de cuatro linebackers volverá a tener en Ryan Kerrigan y Preston Smith dos jugadores exteriores letales. Kerrigan sumó 11 sacks en 2016 y Smith no solo entra en blitz con peligro, también es muy sólido en cobertura. Detrás de ellos está Trent Murphy, un edge puro que nunca es titular, pero que disputa muchos snaps y acabó el año con 9 sacks. Por dentro seguirán Will Compton y Mason Foster, que pelearán con Zach Brown por los dos puestos de titular. Sorprende un poco que el mayor problema defensivo de los Redskins el año pasado acabara siendo la defensa contra la carrera y ellos sobre todo hayan insistido en mejorar el pass rush a toda costa.

Cornerbacks buenos, safeties no tanto

La secundaria el año pasado empezó perdiendo a DeAngelo Hall y con Josh Norman infrautilizado. Con el paso de los partidos, Norman dejó de jugar en zona para estar hombre a hombre con la estrella rival y eso hizo que todo el grupo mejorara. Bashaud Breland dio el salto definitivo a la élite y Quinton Dunbar apareció de la nada como un slot sólido. Para completar el grupo han elegido a Fabian Moreau en el draft. Si el grupo de cornerbacks creció durante el año, no sucedió lo mismo con el de safeties. El recién fichado D.J. Swearinger le quitará la titularidad a Hall, que cumplirá 34 años. No es una maravilla, pero hizo un trabajo digno en los Cardinals. El strong empezará siendo Su’a Cravens, que ya pasó su año de adaptación tras ser elegido en 2ª ronda del draft de 2016. Por si no alcanza las expectativas, han elegido a Montae Nicholson con una 4ª ronda.

El año pasado los Redskins tuvieron un ataque que conseguía muchas yardas pero no anotaba puntos y se atascaba en la end zone rival. No han hecho nada que augure que esa tónica pueda cambiar, aunque el problema quizá estuviera más en el staff técnico y sus decisiones que en la plantilla. En defensa sí que se han aplicado para mejorar en todas las facetas del juego y en todas las líneas. Aunque salvo por la elección de Jonathan Allen en primera ronda, han preferido buscar veteranos experimentados en vez de grandes estrellas que desequilibren, como hicieron el año pasado con Josh Norman. El bloque en general no tiene mala pinta, pero se puede atascar exactamente en los mismos problemas que sufrieron en 2016.

Mi pronóstico

El calendario de los Redskins es complicado porque la NFC Este es complicada. Para hacer mi cálculo les doy ganadores en sus duelos divisionales locales y perdedores en los visitantes. Lo malo es que tienen el bye muy pronto, se enfrentan a la AFC Oeste, que está llena de trampas, y sus viajes como visitantes tienen muy pocos chollos a la vista. Mi pronóstico es un récord 8-8 que podría ser 9-7 si ganan tres partidos como visitantes, pero la experiencia dice que año tras año los Redskins ganan dos o tres partidos contra pronóstico… y pierden otros dos o tres contra rivales claramente inferiores.

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