Se busca con urgencia a los bates de los Cubs
La ofensiva de Chicago Cubs ha desaparecido por completo en el inicio de la naciente temporada. Suman un promedio colectivo de bateo de .124.
Una pelota nunca había viajado de la mano de un pitcher hacia el pentágono con mayor tranquilidad que cuando del otro lado está un bateador de los Chicago Cubs. Después de todo, el riesgo de ser castigada con violencia se ha reducido al mínimo.
Un lineup con la presencia de Kris Bryant, Javier Báez y Anthony Rizzo debería aportar el material suficiente para provocar pesadillas a cualquier lanzador rival. Sin embargo, en esta naciente temporada, a los únicos que han podido despojar del sueño son a los mismos Cubs.
Los números no mienten.
Chicago amaneció el jueves con un porcentaje de bateo colectivo de .124. Sí, leyeron bien, .124. Para poner esa cifra en una perspectiva real, todos los lanzadores de Grandes Ligas se combinan para .154, incluyendo desde luego a los cinco pitchers de los Cubs que han tomado un turno esta temporada y se combinan para un grueso de 8-0.
En palabras más simples, es más probable que un pitcher pegue de hit que uno de los millonarios cañones de los Cubs. ¿Un ejemplo? Clayton Kershaw tiene la misma cantidad de imparables que Rizzo con 16 turnos menos. A Kershaw le pagan 23 millones de dólares este año por ponchar rivales, a Rizzo le pagan 16.5 por “batear”.
Sí, así de mala ha sido la ofensiva de Chicago en la nueva temporada.
Lo peor de todo es que estamos hablando de los Cubs, un equipo que ha ido a playoffs en cinco de las últimas seis temporadas, no de una novena en reconstrucción y talento cuestionable como, digamos los Pirates –que tampoco son precisamente una amenaza ofensiva con .199.
La ofensiva de los Cubs cuenta entre sus filas con un Bryant que ya fue MVP apenas en 2016, un Báez que finalizó segundo en la votación de la Liga Nacional en 2018 y un Rizzo que en su carrera batea para .270 y ha estado en los primeros 10 a MVP en tres temporadas.
La gerencia de Chicago tiene destinados 87.4 millones de dólares de su nómina a sus ocho jugadores de campo titulares, incluyendo 23.5 millones en Jason Heyward, 19.5 en Bryant, 16.5 en Rizzo y 11.6 en Báez. Sin embargo, el lineup titular de los Cubs apenas tiene apenas 17 imparables en seis partidos este año. Eso significan 5.1 millones de dólares por hit.
A pesar de la paupérrima producción, los Cubs se las han ingeniado para ganar tres partidos en lo que va de temporada, nunca anotando más de cinco carreras y dos de ellos ante los humildes Pirates. Eso únicamente tiene explicación en los conceptos ofensivos del baseball actual en donde vas por todo o no vas. Los Cubs tienen un slugging de .290, tampoco digno de escribir a casa, pero el 61% (13 de 21) de sus imparables han sido extrabases, incluyendo siete home runs.
Los Cubs se han olvidado por completo del concepto básico de bateo de intentar hacer contacto con la esférica, como lo deja en evidencia el hecho de que Bryant encabeza al equipo con .200 de porcentaje en una novena donde tres de sus titulares –Willson Contreras, David Bote y Joc Pederson– no alcanzan siquiera el .100.
Es muy pronto para pronosticar problemas en el horizonte para un equipo talentoso más allá de los números. Pero no es muy pronto para dejar en claro que la tendencia es insostenible.