Kyler Murray y los Cardinals se topan con pared
El ataque de Arizona cae en un bache y su racha de tres derrotas tiene al equipo provisionalmente fuera del panorama de playoffs.
Un triunfo como el “Hail Mary” que concretaron los Cardinals ante los Bills en la semana 10 suele ser un momento que define una temporada.
Y así fue para los Cardinals. Sólo no fue lo que esperaban.
En lugar de ser un episodio que ponía a soñar a un equipo joven con que el sueño es el límite o una infusión de confianza que diera la sensación de ser indestructible, en los Cardinals sucedió exactamente lo contrario. Arizona ha perdido sus tres juegos desde el milagroso triunfo ante Buffalo y no es difícil detectar dónde está el problema.
“Nos topamos con una pared, ofensivamente”, dijo Kyler Murray el lunes. “La primera mitad de temporada, las cosas parecían salir sin mayor esfuerzo. Movíamos el balón, nos divertíamos, jugábamos a un ritmo muy rápido. Cuando nos topamos con la adversidad ¿cómo reaccionamos? ¿cómo ajustamos? Lo hicimos (el domingo), pero demasiado tarde”.
Murray tiene razón, la ofensiva actual de los Cardinals no es la misma que tomó a la NFL por asalto en los primeros nueve juegos de temporada, en los que el mismo Murray era mencionado entre los candidatos a MVP y Arizona promediaba 29.5 puntos por encuentro. Ahora, el equipo cayó al octavo lugar en la Conferencia Nacional y por el momento estaría fuera de los playoffs.
Arizona apenas ha anotado 66 puntos totales en su racha de tres derrotas, 22 por juego, no ha superado las 314 yardas y, si bien todas esas derrotas han sido ante equipos de jerarquía como Seahawks, Patriots y Rams, está claro que los rivales han encontrado los puntos más débiles en el esquema ofensivo del coach Kliff Kingsbury.
Murray se distingue a la ofensiva por ser la providencial arma de doble filo, un tipo con excelente brazo y mejor cuerpo de receptores y un atleta virtuoso capaz de hacer jugadas con las piernas. Sin embargo, ante la obligación de la oposición por elegir su veneno, encontró en su lugar un antídoto. Murray, quien en los primeros nueve juegos de la temporada corrió para 604 yardas, 67 por encuentro, apenas acumula 61 en la racha de tres derrotas. Si Kyler va a ganar juegos, lo tendrá que hacer con el brazo y los rivales se han encargado que así sea.
Arizona es un equipo joven e inexperto y sus primeros roces con la adversidad dirán mucho sobre su carácter. Luego de un tramo brutal en su calendario, en el que se enfrentaron a seis equipos con marca ganadora de forma consecutiva, la programación les tiene un respiro con duelos programados ante Giants, Eagles y 49ers antes de cerrar la campaña en una revancha ante los Rams en Los Ángeles.
Pero la recta final de campaña con rivales, hasta cierto punto a modo, no servirá de nada si Kingsbury y los Cardinals no pueden exorcizar sus demonios ofensivos.