Lo bueno, lo malo y lo feo de la semana 13 de la NFL
El primer domingo de diciembre no fue una jornada cualquiera, con grandes colapsos, brillantes actuaciones y, desde luego, una buena dosis de decepción.
Brian Flores, serio candidato, debería ganar el premio al Coach del Año tan sólo por lo mostrado el domingo. Salir a dar la cara por sus jugadores y arriesgar una trifulca de magnitudes épicas es todo lo que un equipo joven quiere ver de su entrenador. Dejemos de lado lo que ha hecho con el desarrollo de Tua y poseer a una de las mejores defensivas de la liga. Lo del coach de los Fins ante los Bengals bien podría ser el “highlight” de su temporada.
También podría ser el punto más alto del 13er domingo de campaña regular, aunque en ese departamento la competencia es mucho mayor.
El domingo la delgada línea que divide a los colapsos monumentales de las remontadas épicas se desvaneció por completo. Los Raiders ganaron un juego que parecía perdido, pero lo más correcto es decir que los Jets perdieron un juego que parecía ganado. Desconsuelos similares vivieron los Bears ante los Lions, los Texans ante los Colts y los Jaguars en Minnesota.
Para sintetizar el domingo, Russell Wilson se sacó a sí mismo de la carrera por el MVP, los Rams se consolidaron como un equipo al que nadie quiere ver en enero y los Eagles finalmente cortaron el hilo por lo más delgado con Carson Wentz. Y si alguien ve a los Chargers ¿sería tan amable de informarles que los esperaban hoy a las 3 de la tarde en Los Ángeles para un juego? Muchas gracias.
Lo bueno
Antes del domingo, los Browns tenían marca de 1-3 ante equipos con marca ganadora en la actual temporada. A pesar de presumir un registro de 8-3 y mantenerse firmes en el panorama de playoffs por la Conferencia Americana, no había muchos que tomaran en serio a Cleveland. Tal vez lo hagan ahora.
En sus tres reveses de la campaña (Baltimore, Pittsburgh y Raiders), Mayfield había lanzado para 189, 119 y 122 yardas respectivamente y el domingo ante los Titans, no era descabellado esperar más de lo mismo, después de todo contaba con el mejor ataque terrestre de la liga para ayudarlo a maquillar cualquier imperfección. Resulta que no había nada que maquillar.
Mayfield completó 25 de 33 envíos para 334 yardas con cuatro pases de touchdown y sin intercepciones. La actuación ante los Titans fue apenas la segunda ocasión en su breve carrera de tres temporadas en la NFL en la que lanza al menos cuatro envíos anotadores sin una intercepción y sus 147.0 puntos de rating fueron también la segunda mejor cifra en su trayectoria, sólo debajo de los 151.2 en la semana 10 de 2018 ante Atlanta.
De la mano de Mayfield, los Browns montaron una ventaja de 38-7 al medio tiempo, antes de que el ataque de Cleveland entrara en neutral y terminara pidiendo la hora ante unos aguerridos Titans que se quedaron sin tiempo.
Mayfield no solo tuvo una brillante velada con el brazo, sino que contribuyó con una magnífica recepción en el primer cuarto que abrió la puerta a la primera anotación de Cleveland, y ahora los Browns cierran la temporada con juegos en casa ante dos de sus verdugos previos, Ravens y Steelers, y dos visitas consecutivas a Nueva York ante Giants y Jets. ¿Alguien dijo playoffs?
Lo malo
A pesar de una paupérrima marca de 3-8, Justin Herbert y los Chargers se las habían ingeniado para dejar buenas sensaciones en una temporada en la que muy poco había estado de su lado. El domingo ante los Patriots la única sensación que generaron Los Ángeles fue de vergüenza. Un poco de miseria, tal vez. Definitivamente, muchísima ineptitud.
Herbert, a la cabeza en la carrera por el Novato del Año, completó apenas 26 de 53 para 209 yardas, 3.9 yardas por intento, con dos intercepciones. Sí, dije Herbert no Trubisky, ni Minshew, ni Dalton. Justin Herbert. Pero bueno, al menos funcionó el ataque terrestre ¿cierto? Falso. 15 acarreos para 70 yardas.
¿Y los equipos especiales? De esos sería mejor no hablar, pero nuestro compromiso con la información así lo requiere. Gunner Olszewski devolvió un despeje 70 yardas para poner el marcador 14-0 a inicios del segundo cuarto y Devin McCourty devolvió un gol de campo bloqueado otras 44 yardas para el 28-0 en la última jugada de la primera mitad.
La defensiva permitió un pase de touchdown y dos acarreos de anotación de Cam Newton, e incluso Jarrett Stidham aportó a la paliza con un pase de touchdown de 38 yardas. Si parece que nada estuvo del lado de los Chargers es porque así fue, y porque así debe de ser cuando el marcador acaba 45-0.
Lo feo.
Los Cruz A-Jets. El Jets-Azul. La Máquina Aérea de la Cruz Azul. No sé de qué otra forma ponerlo, pero creo que se entiende.
Sólo para ser claros. Nadie, pero NADIE, manda un blitz con Cover 0 en 3ra y 10 a 13 segundos del final. Cuando decimos nadie, obviamente Gregg Williams es la excepción.
Tal vez sea karma del “bountygate”, tal vez sea ineptitud absoluta o tal vez sea algo mucho más sombrío y que no quiero imaginarme. Pero los Jets se superaron a sí mismos en eso de encontrar la manera de perder.