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Lo bueno, lo malo y lo feo de la semana 11 de la NFL

La prometedora primera temporada de Joe Burrow en la NFL tuvo un final abrupto y horrendo en Washington.

Estados Unidos
La prometedora primera temporada de Joe Burrow en la NFL tuvo un final abrupto y horrendo en Washington.
Mitchell LaytonAFP

El 11er domingo de temporada fue uno de esos días que se volvió más extraño con el paso de las horas.

Dos equipos del Este de la NFC ganaron el mismo día, los dos primeros quarterbacks del pasado Draft iniciaron sus respectivos juegos y ninguno de ellos lo terminó como titular, uno por lesión y el otro por ineptitud.

Patrick Mahomes y los campeones evitaron un “encore” a manos de los Raiders y lo hicieron con el sello de la casa, los Colts silenciaron a Aaron Rodgers y a todos los detractores de su defensiva al permitirle tres miserables puntos a Green Bay en la segunda mitad, el artista conocido previamente como Lamar Jackson continúa encontrando sombra en los momentos en que los reflectores son más brillantes y Pittsburgh cumplió con el trámite y sigue invicto.

Lo bueno

Taysom Hill, tight end, running back, estrella de equipos especiales y ¿quién lo diría? quarterback de NFL bastante decente.

En su primer inicio como pasador luego de más de 40 apariciones en la NFL, Hill ocupó el lugar de Drew Brees y lo hizo de tal forma que pocos notaron la ausencia del líder pasador de todos los tiempos. Sí, tuvo un montón de ayuda, pero en una liga en donde cada vez es más difícil encontrar un buen pasador, lo de Hill fue notable.

Completó 18 de 23 envíos para 233 yardas, lo que habla de su eficiencia al promediar 10.1 yardas por pase lanzado. Y aunque nunca llegó su primer pase de touchdown en la NFL, hizo algo todavía más importante: No cometió errores y no puso a los Saints en posiciones incómodas. No lanzó intercepciones, fue capturado tres veces y se deshizo lo suficientemente rápido del balón.

Hill hizo lo que todo el mundo debería hacer. Poner el balón en las manos de los que saben. Encontró a Michael Thomas en nueve ocasiones para 104 yardas, casi siempre en rutas cortas, entregó 26 veces a sus corredores y llevó otras 10 veces el balón para 51 yardas, incluyendo dos viajes a la zona prometida.

Hill se benefició de una semana de entrenamientos, de la brillante mente ofensiva de Sean Payton para diseñarle un plan de juego a su medida y de una defensiva de New Orleans que acosó a Matt Ryan al punto del hartazgo, con ocho sacks, dos intercepciones y un horroroso cero en la casilla de puntos en la segunda mitad.

Los Saints respiran con un poco más de tranquilidad la noche del domingo sabiendo que tienen siete victorias consecutivas y que la ausencia de su quarterback no es el fin del mundo.

Lo malo

Los días en los que Carson Wentz lucía como un serio candidato a MVP bien podrían haber ocurrido hace un millón de años. De la manera en que está jugando el quarterback de los Eagles, muchos dudarían que esos días siquiera existieron. Imposible culparlos.

Wentz, primera selección global en el Draft de 2016, dio otro paso en la dirección equivocada el domingo para prolongar una temporada repleta de ellos. Filadelfia sufrió su segunda derrota —una de ellas devuelta a touchdown— para llegar a 14 en la temporada. En lo que va de la temporada, es el único quarterback en iniciar todos los juegos de su equipo y no tener un solo partido con 100 puntos de rating.

Y ya no sólo son los números los que juegan en contra de Wentz. A pesar de que los Eagles se aferran con uñas, dientes y todo apéndice posible al liderato del Este de la NFC, las voces que piden un cambio radical detrás del centro han llegado a oídos del coach Doug Pederson, quien el domingo tuvo que salir en la defensa de su quarterback y ratificarlo en el puesto.

En contra de una de las defensivas contra el pase más vulnerables de toda la liga, Wentz completó apenas 21 de 35 envíos para 235 yardas. Por si fuera poco, fue capturado en cinco ocasiones por una unidad que no contaba con el líder en sacks de la NFL, Myles Garrett. Sus números son mediocres y desnudan la falta de confianza de Wentz.

Filadelfia no puede darse el lujo de prolongar la tendencia de su quarterback, ni siquiera en el Este de la NFC.

Lo feo

Se supone que Joe Burrow sería aquel que salvaría a los Bengals. Pero ¿quién salva a Joe Burrow de los Bengals? Aparentemente nadie.

El quarterback y primera selección global del pasado Draft salió en camilla con una seria lesión en la rodilla izquierda en la derrota de Cincinnati 20-9 ante Washington y se perderá el resto de su prometedora temporada de novato. Tan sólo el más reciente golpe de mala suerte para una franquicia acostumbrada a la adversidad.

La lesión de Burrow llegó en el tercer cuarto cuando Jonathan Allen y Montez Sweat hicieron un sándwich de Joe, siendo la rodilla del “Heisman” el jamón de un emparedado de dolor y miseria.

Con Burrow fuera por lo que queda de la temporada, los Bengals están perdidos irremediablemente. La actuación del suplente Ryan Finley lo deja muy en claro al completar apenas tres de 10 intentos para 30 yardas, números lejanos a lo que Burrow acostumbró a Cincinnati en sus primeros nueve juegos en la liga.

Burrow es cuarto en la historia de la liga con 2.688 yardas en los primeros 10 juegos para un novato y se disponía a romper el récord de Andrew Luck de 4,374 yardas aéreas. No

va a suceder.