El problema de Piqué es que cree que gritando y diciendo malas palabras conseguirá que la motivación de sus jugadores sea mayor.
PorPedro Galván París
El problema de Piqué es que cree que gritando y diciendo malas palabras conseguirá que la motivación de sus jugadores sea mayor.
Todo está mal cuando el Camp Nou empieza a silbar. Es el peor de los avisos. El peor de los temores.