Las cinco cosas que aprendimos de la Semana 5 de la NFL
Los partidos que se definen en los últimos segundos son una constante de la temporada 2021; el panorama de la AFC cambió con el triunfo de Buffalo sobre Kansas City
Imagínate ser el pateador de los Bengals, Evan McPherson y comenzar a celebrar una victoria antes de que su intento de gol de campo se escurriera a escasos centímetros de uno de los postes para después ser avergonzado por las cámaras de televisión. Imagínate ser Mason Crosby y correr hacia el centro del campo para intentar por cuarta ocasión una patada que le de el triunfo a tu equipo en el mismo partido.
Pues bien, todo eso sucedió el domingo a mediodía cuando los Packers lograron sobrevivir en tiempos extra y derrotar 25-22 a los Bengals.
Una semana más en la que nos enseña a dimensionar el verdadero valor de los pateadores. Por mucho tiempo, considerados en la sabiduría popular como el hombre menos importante de los 53 jugadores de un roster, los pateadores para bien o para mal, son los nombres que los aficionados ahora no pueden olvidar.
A finales de septiembre Justin Tucker exhibió al resto de la liga al demostrar que es el mejor pateador de su generación al convertir un intento de 66 yardas que ingresó en los libros de récord como el más largo de todos los tiempos en la NFL.
Sin embargo el jardín del paraíso donde descansó la figura del pateador por algunos días, se convirtió en pesadilla este domingo cuando se registraron 12 puntos extra fallados, la mayor cantidad en la historia.
Crosby y PcPherson se combinaron para fallar cinco goles de campo en una misma tarde y en un mismo estadio. Sin embargo el lado amable de la moneda lo obtuvo el kicker de los Packers que finalmente se fue a casa con el triunfo gracias a un intento de 49 yardas.
Durante la más reciente década los pateadores ya no son como decía el legendario entrenador Buddy Ryan cuando declaró que "al igual que los taxis, siempre podías salir a la calle y conseguir otro kicker".
Pizarras estrechas
Contar con un jugador que tenga la habilidad para convertir por arriba del 90 por ciento de los intentos de goles de campo, es hoy una necesidad más que un lujo para los equipos. La NFL en cinco semanas de temporada ha sido tan reñida como conseguir en una tarde lluviosa un taxi libre en New York. Hasta el momento 18 partidos se han decidido con alguna anotación de último minuto, la mayor cantidad desde que la NFL se fusionó en 1969. Esta campaña se han registrado 21 juegos en los que el marcador culminó con tres puntos o menos que empata la marca de 2007 y 1988 con este tipo de partidos.
El compromiso de los equipos ahora es desarrollar a pateadores más fuertes y que tengan la habilidad para convertir el 90 por ciento de sus intentos para no terminar el día con el sabor amargo de la derrota.
El público ama los juegos cerrados y la NFL ama que los aficionados regresen a ver sus partidos.
Con una gran cantidad de partidos que se deciden cuando el reloj está por agotarse, la NFL ha registrado un aumento en su audiencia, la más alta en seis años. Durante las primeras cuatro semanas de la temporada, el promedio por encuentro ha sido de 17.3 millones de televidentes, un aumento del 17 por ciento respecto a 2020.
El regreso de Tom Brady a Foxborough con 28.5 millones de espectadores, se convirtió en el encuentro más visto en Sunday Night desde 2012.
Al menos un juego se ha ido a tiempo extra en cada una de las primeras cinco semanas, lo que marca la segunda ocasión (2018), que una temporada presenta al menos un partido que se define en tiempo suplementario durante este periodo de la campaña.
El suspenso vende y a los duelos de la NFL no le gusta otra cosa más que generar dinero con su producto.
Las grandes jugadas, ganan los grandes partidos y cambian los panoramas.
En el juego más esperado de la Semana 5, los Buffalo Bills invadieron Arrowhead para capturar una victoria que cambia el panorama de la AFC. Josh Allen y su ofensiva pudieron cobrar venganza de las dos derrotas de la campaña pasada al demoler a los Chiefs. El domingo por la noche Buffalo se marchó al largo medio tiempo ---demorado una hora por tormenta eléctrica--- gracias a su habilidad para conseguir jugadas de largo yardaje. Los Bills obtuvieron ganancias de 61,35 y 53 yardas en la primera mitad, las dos últimas en jugadas de touchdown.
Las situaciones de juego, desmoralizaron a Kansas City quienes no pudieron mantener el pulso de un compromiso marcado por el calibre de las ofensivas.
Incluso cuando las grandes jugadas no se reflejaron al subir puntos al marcador, fueron fundamentales para mantener la ofensiva consumiendo terreno y el reloj. Allen fue el gran responsable de lograr lo anterior, gracias a su potente brazo y su destreza para extender las jugadas gracias a su velocidad de piernas. Terminó con 315 yardas por aire con tres touchdowns y fue el mejor corredor de Buffalo con 59 yardas y una anotación.
Cardinals también tiene defensa
Por primera ocasión desde 1974 los Cardinals se colocan 5-0 gracias a una victoria 17-10 sobre 49ers. Son el único equipo que se mantiene invicto. Está claro que con Kyler Murray la mayor fortaleza de Arizona es su ofensiva pero como lo demostró el domingo, también construyeron una gran defensa. En el primer cuarto del partido contra San Francisco lograron mantener a Trey Lance sin ingresar a la zona de anotación cuando en dos ocasiones se quedó a centímetros del touchdown. El back defensivo Budda Baker consiguió una intercepción y JJ Watt estuvo sofocando a Lance con tres derribos.
Cowboys acelera rumbo a la postemporada
Con una buena mezcla ofensiva y defensiva, los Cowboys golpearon a los NY Giants con 201 yardas terrestres, incluidas 110 de Ezekiel Elliot. La ofensiva del coordinador Kallen Morro completó 515 yardas y la defensiva anotó una vez más además de tomar dos balones sueltos. Dallas está comprometido en su carrera por llegar a postemporada y ante la debilidad de sus rivales de división, es muy probable que lo consiga mucho antes de que termine el calendario regular.