¿Puede cobrar el Seguro Social una persona que nunca ha trabajado?
En situaciones muy específicas, algunas personas pueden cobrar los beneficios del Seguro Social incluso si nunca han trabajado. Aquí toda la información.
Alrededor de 63 millones de personas en los Estados Unidos reciben beneficios del Seguro Social. Generalmente, para cobrar los beneficios mensuales, es necesario haber trabajado. De hecho, un trabajador debe aportar al sistema por al menos 10 años, no necesariamente consecutivos, para poder ser elegible.
Dependiendo de la cantidad de años que un trabajador ha contribuido al Seguro Social, así como de sus ingresos anuales, obtendrá una cierta cantidad de créditos laborales, con los cuales se calculará el monto total de su beneficio. Para reclamar algún beneficio se debe tener al menos seis créditos laborales y un máximo de cuarenta.
¿Puede cobrar el Seguro Social una persona que nunca ha trabajado?
Las únicas personas que pueden cobrar beneficios legalmente sin pagar al Seguro Social son los familiares de los trabajadores que lo han hecho.
Cada mes, millones de trabajadores pagan una parte de sus ingresos a la Administración del Seguro Social (SSA) para luego poder tener un ingreso modesto durante la jubilación. Sin embargo, parte del dinero recaudado cada mes se destina a la distribución de pagos para los sobrevivientes de los beneficiarios que habían pagado o recibían beneficios del Seguro Social.
Los cónyuges, excónyuges, hijos o padres que no trabajan pueden reunir los requisitos para recibir dichos beneficios.
Cabe mencionar que los sobrevivientes pueden recibir beneficios del Seguro Social y trabajar al mismo tiempo. Sin embargo, la SSA advierte que si dicha persona tiene un ingreso total por encima de cierto límite, los beneficios se reducirán, pero no se perderán. Una vez que el sobreviviente o cónyuge alcance la edad de jubilación, la cantidad retenida se agregará a la cantidad de su beneficio.
En 2020, alrededor del 11% de los beneficios se enviaron a los sobrevivientes de los trabajadores fallecidos que aportaban o reciben beneficios del Seguro Social. En términos económicos, la cantidad total enviada a los casi seis millones de sobrevivientes fue de $7,9 mil millones.