A 8 años del inicio del fin de Johan Santana
El zurdo venezolano escribió su nombre con letras de oro en la historia de los Mets, pero a un precio demasiado alto.
La historia siempre va acompañada de un alto costo. Horas de trabajo, dedicación y sacrificio a cambio de un instante en la cima.
Para el venezolano Johan Santana su momento de gloria llegó hace exactamente 8 años, cuando subió al centro del diamante del Citi Field y lanzó el único juego sin hit ni carrera en la historia de los New York Mets. ¿El precio que pagó? Su carrera.
Entre 2004 y 2008 Santana fue, discutiblemente, el mejor lanzador de Grandes Ligas con dos premios Cy Young y otras tres votaciones entre los cinco primeros. El venezolano era prácticamente intocable de la mano de su cambio de velocidad. Lo único que faltaba en su currículum personal era lo mismo que faltaba en el historial de los Mets: Un juego sin hit ni carrera.
Aquel 1 de junio de 2012, ni Santana ni los Mets iban a permitir que se les escapara la historia. El zurdo requirió de 134 lanzamientos para retirar a los St. Louis Cardinals en una magistral actuación en la que también otorgó 8 ponches y regaló cinco bases por bolas en la victoria de 8-0.
Ciento treinta y cuatro lanzamientos.
Ya con 33 años y más de 11 temporadas a cuestas. Con un promedio de casi 230 entradas de labor entre 2004 y 2008, y apenas un año después de perderse la temporada por una lesión en el hombro ─el mismo padecimiento que alejó al mexicano Julio Urías durante campaña y media─ Santana llevó su brazo al límite. Nunca había hecho más de 125 pitcheos en un juego.
El manager Terry Collins le exprimió hasta la última gota de combustible a su as venezolano.
Después de su salida histórica del 1 de junio, Santana realizó apenas otras 10 apariciones en Grandes Ligas y nunca fue el mismo.
Santana salió de su juego sin hit con una efectividad de 2.38 y parecía ser el mismo de siempre. La ilusión se disipó rápidamente, en sus 10 últimas apariciones, el venezolano trabajó apenas 56 innings en los que admitió 45 carreras limpias (7.32 de ERA) con 43 ponches y 18 bases por bolas.
La gloria tiene un precio y Santana estaba dispuesto a pagarlo con su carrera deportiva, con tal de lograr lo que astros de la talla de Tom Seaver, Nolan Ryan o Dwight Gooden no pudieron hacer con una franela de los Mets.