En Estados Unidos muchos atletas no solo deben cuidarse de la inminencia de las lesiones, pues en los deportes de contactos corren el peligro del CTE.
En 2002 el doctor Bennet Omalu destapó una verdad que hasta ese momento permanecía en la ignorancia para la mayoría de los jugadores de deportes de contacto. Tras la autopsia practicada al exmiembro de la NFL Mike Webster, el médico puso en la mesa encefalopatía crónica traumática (CTE, por sus siglas en inglés), un mal que aqueja al 99 por ciento de los exjugadores de la liga de football. Por este motivo, se repasan algunos de los casos de dicha afección más importantes en el deporte de USA.
NFL
Aaron Hernandez
El ex tight end de los Patriots lucía como una de las más prominentes figuras de la NFL tras su reclutamiento en 2010. No obstante, su carrera terminó en 2012 tras ser acusado del asesinato de dos personas. En 2017, tras cinco años en prisión, el jugador fue encontrado muerto en su celda y tras la autopsia se le diagnosticó CTE, uno de los motivos de su errático comportamiento.
Dwight Clark
Clark vive en la memoria de todos los aficionados de los 49ers (y la NFL en general) por ‘The Catch’, recepción que terminó por cimentar la dinastía de Joe Montana y San Francisco. En 2017, a 30 años de su retiro, el wide receiver fue diagnosticado con esclerosis lateral amiotrófica, una enfermedad que recientemente se ha relacionado con el CTE.
Junior Seau
Uno de los linebackers más dominantes de su generación terminó su carrera en 2009, tras casi dos décadas en la liga. Dos años después, Seau fue encontrado muerto en su casa de California y después de múltiples pesquisas se revelaron todos los trastornos psicológicos del jugador, producto del CTE que desarrolló por todos los contactos que recibió en la cabeza.
Brett Favre
A pesar de que ‘El General’ luce físicamente sano, hace un par de años reveló que durante su carrera sufrió una innumerable cantidad de conmociones cerebrales que han afectado su funcionamiento cerebral (tartamudeo y pérdida de memoria a corto plazo). Esto podría traducirse a un daño parecido al del CTE.
Ken Stabler
El quarterback que le entregó su primer título a los Raiders falleció en 2015 víctima del cáncer de colón. No obstante, un año después Boston University reveló que el otrora pasador sufría de CTE en su etapa número 3 (la enfermedad consta de cuatro niveles de gravedad).
Tony Dorsett
La carrera de Dorsett es recordada por ser parte del canje que ayudó a los Cowboys formarán una dinastía en los noventa. Pero el running back recibió tantos golpes que desarrolló CTE (reveló el diagnóstico en 2013). El exjugador puso en evidencia la poca capacidad de la NFL para reaccionar ante esta enfermedad.
Joe Perry
El fullback falleció en 2011 y tras el deceso su familia decidió donar su cerebro para investigación. Boston University determinó que Perry desarrolló CTE. Su viuda detalló que cuando sufría conmociones cerebrales en los juegos se le administraban sales para que siguiera jugando.
Mike Webster
El de Webster es el caso paradigmático para la NFL. Tras fallecer en 2002, Omalu estudió su cerebro para determinar el daño que había sufrido como consecuencia de su carrera en la NFL. El médico determinó una relación entre las conmociones y enfermedades cerebrales como el Alzheimer o la demencia. Al término de la investigación, la familia del exjugador de los Steelers demandó a la NFL y recibieron 1.8 millones de dólares para reparar los daños.
Andre Waters
El defensivo falleció en condiciones trágicas. El exmiembro de Eagles y Cardinals cometió suicidio y los estudios póstumos realizados a Waters determinaron que el CTE estaba presente en su masa encefálica.
WWE
Chris Benoit
En junio de 2007 el mundo de la lucha libre profesional se sacudió ante la noticia de que Benoit había asesinado a su esposa e hijo para después suicidarse. Previo al crimen, el exluchador había batallado con múltiples problemas personales y consumía medicamentos. Durante la investigación policíaca se determinó que los múltiples golpes recibidos en su carrera lo llevaron a desarrollar CTE.
Ashley Massaro
En mayo de 2019, Massaro se quitó la vida como consecuencia de la depresión que sufría. Antes de su muerte, la luchadora que solo pasó tres años en la WWE, demandó a la empresa por las posibles consecuencias que podría sufrir por las prácticas de la empresa. Aunque su lucha no fue en vano y donó su cerebro al estudio para combatir el CTE.
Daniel Bryan
A pesar de perder protagonismo en los últimos años, Bryan es una de las caras más importantes de la WWE en la década pasada. En 2016, el luchador decidió poner en suspenso su carrera por los estragos que experimentó tras múltiples conmociones cerebrales. Dos años después recibió el alta médica para reincorporarse a las filas de la compañía.
Balls Mahoney
Mahoney ganó importancia en el wrestling profesional por inclinarse a su modalidad más violenta y formar parte de la extinta ECW. A la larga esto pasó factura y tras su muerte en 2016 (por un paro cardíaco) se reveló que sufría CTE.
Andrew ‘Test’ Martin
El luchador y actor fue encontrado muerto en su departamento de Tampa, Florida, en 2009; su muerte fue producto de una sobredosis. El doctor Omalu decidió analizar su cuerpo y encontró daño en su cerebro producto de la enfermedad.