Los Patriots están invictos, pero son imperfectos
La defensiva es de Super Bowl, pero el ataque es mediocre porque, además de Julian Edelman, Brady no tiene receptores.
Mientras Rob Gronkowski se divertía en un set de televisión en su debut como analista de Fox Sports, Tom Brady sufría para encontrar a sus receptores, en otro juego complicado para el veterano quarterback de los Patriots.
Al final, New England derrotó a los Giants y mejoró su récord a 6-0, pero Brady se quedó sin pase de touchdown por segunda ocasión en tres semanas; además, fue interceptado en uno de los peores pases que le he visto y perdió un balón que la defensiva de New York se llevó hasta las diagonales.
Brady debe extrañar mucho a “Gronk”.
Es cierto que Julian Edelman tiene 17 recepciones y 223 yardas en los dos juegos más recientes, pero además del MVP del Super Bowl, Brady no tiene muchas opciones en el juego aéreo.
Contra los Giants, sin contar a Edelman, estos fueron sus receptores: Jakobi Meyers (4 recepciones, 54 yardas), James White (9-46), Gunner Olszewski (2-34), Ryan Izzo (2-31), Sony Michel (2-27), Brandon Bolden (2-22) y Josh Gordon (1-7).
Ya sé que Brady ha ganado con otros receptores de bajo perfil, pero esto ya fue demasiado lejos.
No es casualidad que en los tres juegos más recientes (Buffalo, Washington y Giants), Brady tenga igual número de pases de touchdown que de intercepciones (tres).
Lo que mantiene perfectos a estos Patriots es su defensiva y el calendario.
La defensa de Bill Belichick podría reescribir los libros de récords de la NFL.
Los Patriots han permitido 48 puntos en 2019. Desde que el calendario de la NFL es de 16 juegos, solo siete equipos han permitido menos de 200 puntos en una campaña.
De mantener ese paso (8 puntos por juego), New England permitiría sólo 128 unidades en la temporada, que sería la menor cantidad en la historia de la liga.
El récord en una campaña de 16 juegos le pertenece a los Baltimore Ravens en el 2000, cuando permitieron apenas 165 puntos.
De los 48 puntos que los Patriots han permitido esta temporada, 21 fueron anotados en pérdidas de balón devueltas para touchdown (dos fumbles y una intercepción).
El cornerback Stephon Gilmore (dos intercepciones, ocho pases defendidos) vive su mejor campaña como profesional.
En el juego contra Giants, el novato Daniel Jones lo retó en seis ocasiones y Gilmore sólo permitió una recepción. En otras cuatro jugadas defendió el pase y en una más se llevó la intercepción.
Gilmore y Shaquil Barrett tienen que ser los favoritos para ser nombrados Defensivo del Año.
Ahora, los rivales cuentan. Los seis triunfos de los Patriots han sido ante Pittsburgh (1-4), Miami (0-4), Jets (0-4), Buffalo (4-1), Washington (0-5) y Giants (2-4), que se combinan para 7 victorias y 22 derrotas. En la lista están tres de los cuatro equipos que todavía no ganan esta campaña. Sólo falta Cincinnati, al que visitan el 15 de diciembre.
El calendario de New England no se complica sino hasta noviembre, cuando visitan Baltimore y Philadelphia en un lapso de tres semanas (incluido el BYE); luego reciben a Dallas, visitan Houston y reciben a los Kansas City Chiefs el 8 de diciembre.
Esos cinco juegos nos dirán realmente quiénes son estos Patriots.
Por lo pronto, su defensiva es grandiosa, pero su ataque es mediocre. Cualquier equipo que logre contener a Edelman, meterá en (más) problemas a Brady.
El 29 de octubre es la fecha límite que tienen los equipos de la NFL para hacer un trade y crece el rumor de que los Patriots van por A.J. Green, el receptor de los Bengals, que no ha jugado este año debido a una lesión en la pretemporada.
Por supuesto que Green (8,907 yardas y 63 touchdowns en ocho campañas completas en la NFL) sería de mucha ayuda para la ofensiva de Josh McDaniels. Pero por el momento todo queda en eso: un rumor.
¿Qué tan buenos son los Patriots? Sin importar la calidad de estos seis primeros rivales, sabemos que New England es contendiente al Super Bowl. Y lo es gracias a la defensiva, quizá la mejor que Belichick ha tenido entre sus manos. Y no hablo de talento, sino de disciplina.
Del otro lado del balón es donde están los problemas, y estos podrían ser más evidentes en noviembre y diciembre si Belichick no le consigue ayuda a Brady.