¿Cómo es la propuesta de Biden sobre el precio de la insulina?
Una propuesta del presidente Biden sobre el precio de la insulina podría ayudar a millones de personas con diabetes en USA. Aquí todos los detalles.
En Estados Unidos, alrededor de 1,5 millones de personas tienen diabetes tipo 1, una enfermedad genética en la que el cuerpo ataca y destruye las células destinadas a producir insulina. Además, alrededor de 32,5 millones tienen diabetes tipo 2, por lo que esta enfermedad se ha convertido en un problema de salud pública, ya que uno de cada diez estadounidenses la padece.
Las personas con diabetes en USA pagan algunos de los precios más altos del mundo por la insulina, llegando a costar entre $375 y $1000 por mes. Incluso para aquellos que reciben su atención médica a través del gobierno como parte de Medicare o Medicaid, los fuertes aumentos en los precios han sido muy difíciles de afrontar.
Es por ello que el presidente Joe Biden ha incluido una propuesta en la agenda Build Back Better para ayudar a todas las personas que padecen diabetes en el país.
Así es la propuesta de Biden sobre el precio de la insulina
La propuesta incluida en el proyecto de ley Build Back Better limita la cantidad que las personas con diabetes gastan en insulina a $35 al mes si reciben atención médica a través del gobierno o una compañía de seguros privada. Sin embargo, la legislación aún no ha sido aprobada en el Congreso.
La Asociación Estadounidense de Diabetes elogió la medida de la Cámara y señaló que el proyecto de ley también aumentará los créditos fiscales para las primas del seguro médico. Además, habrá un mayor financiamiento para los estados que administran los programas de Medicaid.
Cabe mencionar que para muchas personas con Medicare, estos fondos se utilizarán para reducir los costos asociados no solo con la insulina, sino también con los dispositivos y otros suministros para tratar la diabetes.
Si bien estos límites ayudarían a muchos, USA seguiría pagando precios mucho más altos que otros países de ingresos altos. Por ejemplo, Alemania limita la cantidad que una persona con una enfermedad crónica puede gastar en recetas y tratamientos al uno por ciento de sus ingresos y en Nueva Zelanda, el tratamiento para la diabetes está disponible sin costo.