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NFL

Lo bueno, lo malo y lo feo de la semana 17 de la NFL

Los Dolphins controlaban su destino rumbo a la postemporada, el momento perfecto para que Tua sacara toda su inexperiencia.

Estados Unidos
Los Dolphins controlaban su destino rumbo a la postemporada, el momento perfecto para que Tua sacara toda su inexperiencia.
Timothy T LudwigAFP

Las grandes figuras invariablemente brillan con mayor intensidad en los momentos de más presión. No existe momento más apremiante que la hora de mantener con vida la temporada y validar el trabajo de las 17 semanas previas.

Los sospechosos comunes —Josh Allen, Aaron Rodgers, Russell Wilson— estuvieron a la altura de las circunstancias. Otros como Jonathan Taylor (30 acarreos, 253 yardas y 2 TDs) o Lamar Jackson respondieron al llamado para prolongar la vida de sus equipos

Pero por cada satisfacción también hay un corazón roto. Es la ley de la vida y la NFL no es la excepción. Pregúntenle a todos los cuatro representantes del Este de la NFC, a los cuatro, a Kyler Murray o a Tua Tagovailoa, quienes cayeron sin ofrecer gran resistencia en esta lucha por la vida o la muerte.

Lo bueno

En otra semana de grandes actuaciones individuales, nadie tuvo una mejor actuación que Derrick Henry, un invitado común en este espacio. “El Tractorcito” se convirtió en el octavo jugador en la historia en superar las 2,000 yardas en una temporada con la mejor actuación de su carrera, al llevar el balón 30 veces para 250 yardas y dos viajes a la zona prometida.

Y los Titans necesitaron todas y cada una de las yardas de Henry en camino a su primer título divisional desde 2005.

Henry finalizó la temporada con 2,027 yardas, la quinta mayor cantidad en la historia para una temporada y finalizó la temporada con 17 anotaciones terrestres gracias a sus acarreos anotadores de 52 y 6 yardas en lo que resultó ser su tercer juego consecutivo con al menos 200 yardas por tierra ante Houston.

Tennessee llegó al último domingo de campaña regular en control de su destino no solo por un lugar a playoffs, sino por el título divisional. De no haber sido por Henry, los Titans se enfilaban a una catástrofe cortesía de una defensiva inepta.

Los Titans se convirtieron en el segundo equipo en la historia en vencer a un mismo equipo dos veces en una misma temporada mientras permitían al menos 35 puntos en cada uno de esos dos cotejos.

Lo malo

Los Dolphins llegaron en control de su destino a la última semana del calendario regular en virtud de la mejor defensiva en puntos admitidos de la NFL y a una ofensiva eficiente que no cometía errores. El domingo, esos dos aspectos los abandonaron por completo.

La defensiva se desmoronó al permitir seis touchdowns en la paliza de 56-26 a manos de los Bills. Eso, hasta cierto punto, tiene una explicación justa: Enfrente estaba el equipo más encendido de la NFL y recibieron mínima ayuda de un ataque que entregó cuatro balones que se convirtieron eventualmente en 28 puntos en contra.

El aspecto más preocupante para Miami fue la regresión del novato Tua Tagovailoa, quien lanzó tres intercepciones en una mitad luego de lanzar apenas dos en toda la campaña. Las cinco intercepciones de Tua en la campaña fueron en sus últimos cuatro partidos y el domingo se mostró como el novato que es.

La buena noticia para los Fins es que el proceso de reconstrucción continúa y gracias al cambio que concretaron la campaña anterior con los Texans tendrán las selecciones 3 y 18 del próximo draft para traerle ayuda suficiente. A menos que decidan apretar el botón de demolición en el proyecto Tua y vayan por otro quarterback en una generación con sólido talento en la posición.

Lo feo

El Este de la NFC se convirtió en la tercera división en la historia en enviar a playoffs a un campeón con marca perdedora. Y no fue casualidad, los cuatro representantes del sector realmente encontraron maneras increíbles de perder. El domingo ofrecieron cátedra de sus (in)capacidades.

En el juego por la supervivencia en Nueva York, abajo 23-16 y 2da y gol en la 17 con 1:28 por jugar, CeeDee Lamb dejó caer uno de los pases más sencillos de su joven carrera, un envío que posiblemente habría puesto a Dallas al frente y en el peor de los casos les habría dado una tercera oportunidad sumamente manejable. Ni una ni la otra.

En la siguiente jugada Andy Dalton fue interceptado bajo presión, lanzando el balón hacia cualquier parte. No conformes, Wally Gallman soltó el balón sin contacto de por medio dos jugadas después y aunque los Giants conservaron posesión y el triunfo, no deja de ser un claro ejemplo de ineptitud.

Si creen que esa secuencia es insuperable, Eagles y Washington reescribieron una rutina de Mr. Bean en el juego de la noche, un duelo en el que Philadelphia claramente bajó los brazos y aun así WFT tuvo problemas para liquidar.

Para resumir, en un lapso de seis jugadas que tomó apenas 2:02 minutos del reloj de juego los equipos perdieron tres veces el balón. Primero Nate Sudfeld (¿?) fue interceptado en su segundo pase en reemplazo de Jalen Hurts. Tres jugadas después, Alex Smith entregó un pase perfecto... a las manos del rival y dos jugadas después Sudfield no pudo controlar un centro. Comedia pura.