Lo bueno, lo malo y lo feo de la semana 12 de la NFL
La dupla de Patrick Mahomes y Tyreek Hill demuestra una vez más porqué es material de pesadillas para las defensivas rivales.
La 12da semana del calendario marca el inicio de la recta final de la campaña, es el momento en el que comienza a trazarse el camino hacia la postemporada y donde también se trazan las desviaciones rumbo al fracaso.
El domingo fue, también, un día de recordatorios. Jornada para recordar lo peligrosa que es esta pandemia, no solo para la vida, sino para la salud y estabilidad de la NFL, para mayores referencias consultar: Broncos, Denver y Ravens, Baltimore.
La semana también nos recordó que Derrick Henry es una fuerza de la naturaleza y, posiblemente, el primer espécimen que debemos presentar como raza humana una vez que llegue la vida extraterrestre a nuestro planeta. Si eso no los disuade de una invasión, nada lo hará.
Recordamos también que, coincidencia o no, el declive de Tom Brady y los Buccaneers inició con la llegada de Antonio Brown. Que la situación de quarterbacks en Chicago, Jacksonville, y posiblemente Eagles y Jets difícilmente podría empeorar.
Pero sobre todas las cosas, recordamos que lo mejor está por venir.
Lo bueno
Todos aquellos jugadores que en su momento han sido considerados como grandes tienen un común denominador: Son capaces de hacer que algo extraordinario parezca ordinario.
En ese estricto sentido, lo del domingo entre Patrick Mahomes y Tyreek Hill fue simplemente grande.
Mahomes fijó la mira de su bazooka en el jersey con el número 10 y el misil teledirigido conocido como Hill hizo el resto. Y solo les tomó 15 minutos.
Hill tuvo siete recepciones para 203 yardas y dos touchdowns. En. El. Primer. Cuarto.
El explosivo wideout de los Chiefs no encontró un solo obstáculo en el perímetro de los Bucs en su camino a touchdowns de 75 y 44 yardas a pases de Mahomes en los primeros 15 minutos del encuentro y finalizó la jornada con 13 recepciones para 269 yardas y una tercera anotación, de 20 yardas.
Mahomes, Hill y el resto de los Chiefs se están mostrando semana a semana como los campeones que son, siempre bajo los reflectores, siempre con la presión que conlleva el Lombardi en sus vitrinas y siempre sabiendo que enfrente hay un rival que está dispuesto a dar su mejor golpe y hacerse de un nombre por pegarle al campeón.
Lo malo
No es nada fuera de los normal que los equipos jóvenes e inexpertos suelan caer en lo que el inmortal Shane Falco definía como arenas movedizas. Cuando una cosa tras otra sale mal, hasta que resulta simplemente inevitable. O, para que me entiendan mejor, lo que les pasó a los Raiders el domingo.
En la NFL existe el fenómeno de convertir una derrota en dos. Perder un juego de enorme importancia, frecuentemente de forma desconsoladora, y quedarte con la espina clavada por más tiempo del necesario. Tal como le sucedió a Las Vegas el domingo pasado ante los Chiefs, un revés que se les tatuó en la mente el tiempo suficiente como para prestarle atención a lo que sucedería una semana después en Atlanta.
Los Raiders simplemente nunca se presentaron.
Derek Carr completó apenas 22 de 34 para 215 yardas. Lanzó una intercepción que fue devuelta sin mayor problema para seis puntos en sentido contrario. Fue capturado tres veces y tuvo el mismo número de balones sueltos. La defensiva no fue mucho mejor ante un equipo sin Julio Jones y Todd Gurley.
Y, cuando el dolor no venía de manos de los Falcons, venía de ellos mismos, como lo indican sus 11 castigos para 141 yardas.
Todo salió mal, muy rápido y ahora los Raiders corren el riesgo de convertir dos derrotas en tres y de convertir una temporada prometedora en una de sueños rotos.
Lo feo
La pandemia del coronabicho va invicta en 2020 y no hay un solo aspecto de la vida en el que no haya dejado su huella este año. La NFL, no está exenta, si acaso es una de sus víctimas predilectas.
El brote en los Ravens ya es de 18 jugadores, siete titulares ofensivos y Baltimore tiene al menos un jugador en dar positivo en ocho días consecutivos. Hasta el momento, el juego sigue programado para el martes, pero nadie quedaría sorprendido si da inicio a la temida semana 18.
Los Broncos recurrieron a un receptor de escuadra de prácticas para ser su quarterback titular el domingo luego de que sus otros cuatro pasadores quedaran inelegibles para jugar: Jeff Driskel por positivo y los otros tres: Drew Lock, Brett Rypien y Blake Bortles, por rastreo de contactos y violación de protocolos.
Y por gente como Lock, Rypien y Bortles, que se reúnen sin cubrebocas incluso después de saber del positivo de Driskel, es que la pandemia no se acaba. Y es por eso que condados como el de Santa Clara, California, han prohibido las actividades deportivas de contacto, dejando a los 49ers sin casa por las próximas tres semanas. Cuando menos.