NFL usó a Broncos para enviar un mensaje
La liga bien pudo suspender, reprogramar o cancelar este juego, o simplemente darle el triunfo “en la mesa” a New Orleans. Pero no quiso.
Lo que pasó con los Denver Broncos el domingo es simplemente impresentable.
Los Saints habrían sufrido más en un scrimmage que en este juego de temporada regular en Mile High.
El quarterback de los Broncos fue Kendall Hinton, un wide receiver novato y ex quarterback de Wake Forest que fue sacado de la escuadra de prácticas de Denver porque los otros cuatro pasadores de Denver no eran elegibles por estar en la lista COVID-19.
En su obligado debut como quarterback en la NFL, Hinton completó un pase (de nueve intentos) para 13 yardas, sin touchdowns y dos intercepciones. Su único pase completo fue con el tight end Noah Fant.
Denver, que perdió 31-3, se convirtió en el primer equipo con un pase completo o menos para 15 yardas o menos desde los San Diego Chargers en 1998. En ese juego ante Kansas City, Ryan Leaf completó uno de 15 envíos para cuatro yardas.
¿Es la NFL culpable de este ridículo de los Broncos? Sí y no.
La liga bien pudo suspender, reprogramar o cancelar este juego, o simplemente darle el triunfo “en la mesa” a New Orleans.
Pero quizá la NFL decidió exhibir a los Broncos para mandarle un mensaje a las otras 31 franquicias de la liga: o se toman en serio este asunto del coronavirus y los protocolos a seguir o pueden llegar a un partido sin quarterbacks, sin corredores, sin backs defensivos.
“Me decepcionó en varios niveles, que nuestros quarterbacks nos pusieran en esta posición, que nuestros quarterbacks pusieran a la liga en esta posición”, dijo el coach de los Broncos, Vic Fangio, al final del juego ante Saints. “Contamos con ellos para que sean los líderes de nuestro equipo, los líderes de nuestra ofensiva y esos muchachos cometieron un error”.
“Se relajaron con sus máscaras, supongo, y se relajaron con su distanciamiento, supongo”, agregó Fangio. “No he hecho un buen trabajo promoviendo los protocolos cuando están solos. Eso depende de mí”.
Efectivamente. Eso depende de cada equipo. De sus coaches, gerentes generales y dueños.
Es fácil culpar a la NFL por la desgracia que vimos el domingo en Denver, pero ¿dónde está la responsabilidad de cada equipo?
En Baltimore, los Ravens viven su propia pandemia con un total de 23 jugadores en la lista COVID-19, incluidos el quarterback Lamar Jackson y los corredores J.K. Dobbins y Mark Ingram.
La última vez que los Ravens pudieron practicar juntos fue el sábado 21 de noviembre, antes de la derrota en tiempo extra 30-24 ante los Tennessee Titans.
Baltimore enfrenta mañana a los Pittsburgh Steelers (si es que el juego no se mueve nuevamente) y la práctica del lunes también fue cancelada.
Pittsburgh se vio obligado a cancelar el entrenamiento del viernes porque enfrenta sus propios problemas con el virus y la lista la encabeza el corredor titular James Conner.
Seguramente vendrán más multas y selecciones colegiales anuladas, como pasó con los Tennessee Titans, primeros en poner el desorden en la caótica temporada 2020.
Recientemente, la NFL envió un memorándum a todos sus equipos en el que -otra vez- les recuerda que deben ser estrictos al seguir los protocolos COVID-19 de la liga, los cuales, por cierto, van a endurecerse.
Y, entonces, los Broncos se quedan sin quarterbacks elegibles. Carne de cañón.
“Siento que tal vez [el juego] pudo haberse movido, pero al mismo tiempo, tal vez la liga nos puso como ejemplo en la medida en que tal vez no hicimos las cosas que teníamos que hacer con ese grupo en particular, los quarterbacks”, dijo Kareem Jackson, safety de los Broncos. “Obviamente, los muchachos no siguieron los protocolos, y creo que [la NFL] sintió que tenía que dar un ejemplo”.
Quizá ahora los equipos y sus jugadores se lo tomen más en serio.