Ex de Motagua cuenta como su hermano superó al coronavirus
Víctor Ortiz Arzú confesó cómo se vive el coronavirus en Nueva York, la ciudad más afectada en USA, y cómo su hermano superó la enfermedad.
Víctor Orti Arzú dejó el fútbol en Honduras hace tres años para emigrar a Nueva York con la intención de buscar una mejor vida, pero por desgracia para el catracho, se encuentra en la ciudad más afectada por el coronavirus. Donde vive de primera mano el terror de este virus, mismo que infectó a uno de sus hermanos, pero logró vencer a la bacteria.
El exjugador de Vida y Motagua atendió la llamada de El Diez, donde contó cómo vive estos momentos de crisis mundial en la ciudad con más casos positivos en la Unión Americana, para después asegurar que uno de sus hermanos se contagió de COVID-19, pero por fortuna y gracias a Dios, logró vencer la pelea contra el virus y ya se encuentra de vuelta en casa.
“Todo está raro. La ciudad está paralizada, todo mundo está en sus casa, aterrado pero bien gracias a Dios. A un hermano por parte de mi padre le pegó el coronavirus, pero gracias a Dios logró recuperarse y hace una semana salió del hospital”, comienza su relato Ortiz. Su hermano tiene 50 años y le contó lo que se siente el tener esta enfermedad, donde aseguró que no se lo desea a nadie, ya que los dolores de cabeza son intensos y cuesta mucho trabajo respirar.
Ciudad fantasma
Víctor seguía trabajando a pesar de la pandemia, esto porque la empresa no había cerrados sus puertas, por lo que todos los días se tenía que trasladar en tren hasta la fábrica, por lo que logró ver de primera mano a una de las urbes más importantes del mundo paralizada, donde apenas y pasa un tren y la gente se asusta cuando alguien tose dentro del vagón. Para fortuna del hondureño, la empresa de aires acondicionado en la que trabaja cerró sus puertas el pasado viernes y ya puede resguardarse en casa.
“Todo el mundo está encerrado, con mascarillas… Los trenes, si uno está trabajando, son complicados… Estuve trabajando, pero ya paró la compañía el viernes pasado, y está cada quien en su casa; es o mejor que pudo hacer, uno viaja en tren y el movimiento que hay aquí no hay en ninguna parte del mundo, siempre van llenos y por eso uno se contagia”, finalizó Ortiz.