Los Astros finalmente se asumen en su papel de villanos
Del silencio al aparente “arrepentimiento” los jugadores de Houston ahora pasan a una nueva etapa con una actitud desafiante.
“El miedo es el camino al lado oscuro”, dijo Yoda en The Empire Strikes Back hace ya casi cuatro décadas. “El miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio y el odio lleva al sufrimiento”.
Aquel entrañable títere verde hablaba en aquel entonces de los poderes de La Fuerza, pero bien podría aplicarse a las distintas etapas que han atravesado los peloteros de los Astros de Houston en su completa transformación como los villanos de Grandes Ligas.
Si las “disculpas” a regañadientes y con nulo remordimiento y su inmunidad a cambio de participación en la investigación en el escándalo de robo de señales que ellos mismos idearon no habían sido suficientes para convertirse en el blanco favorito de las críticas en el mundo del deporte, su nueva actitud desafiante finalmente completa la transformación.
“En algún momento debes cambiar la página y que te importe una mierda”, dijo el jardinero de los Astros Josh Reddick al Washington Post. “Vamos a salir y a ganar y a callar a todos”.
Los Astros podrán o no ganar, aunque tienen el plantel para mantenerse suficientemente competitivos. Pero lo que no van a ganar son simpatizantes de su causa. A fin de cuentas, lo que dice Reddick, cambiar la página es mucho más fácil cuando eres el perpetrador que cuando eres la víctima.
Reddick y los Astros pueden cambiar de página, capítulos y libros que quieran. Eso no va a alejar el problema ni borrará el estigma que pende sobre los Astros y su título de Serie Mundial de 2017. Tampoco acallará las críticas a las que han sido sometidos y que solo se han vuelto más fuertes con cada nuevo detalle.
Ya están hartos.
“(Todos los que hablan mal de nosotros) van a tener que enfrentarnos, excepto esos que han hablado de más”, dijo el pitcher Lance McCullers en clara referencia a los Dodgers. “Ellos no tienen que enfrentarnos, y tal vez por eso creen que pueden hablar así. Pero nosotros vamos a seguir adelante. No es lo que la gente quiere escuchar, pero ya dimos la cara como hombres y hablamos del escándalo. Solo queremos volver a jugar baseball”.
Ahí es donde McCullers se equivoca. Si sus colegas están frustrados es, en buena parte, porque no han dado la cara de manera que alguien quede satisfecho. Y si cree que el escándalo se va a ir solo, basta recordarle que han pasado 100 años desde los “Medias Negras” de Chicago, más de 30 desde la expulsión de Pete Rose y más de 20 desde el cenit de la era de los esteroides.
El baseball atesora su historia, para bien o para mal. Y los Astros, para bien o para mal, comienzan a aceptar su papel.