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La “disculpa” de los Astros, su segundo grave error

Houston tuvo la oportunidad de recibir un poco de empatía por su escándalo de robo de señales, y la desaprovechó.

Estados Unidos
Houston tuvo la oportunidad de recibir un poco de empatía por su escándalo de robo de señales, y la desaprovechó.
Michael ReavesAFP

Después de meses de guardar silencio mientras la oficina de Grandes Ligas, el denunciante Mike Fiers, la prensa y la opinión pública les pasaban una por una las piezas de sus disfraces como los nuevos villanos del baseball, los Houston Astros tuvieron el jueves la oportunidad de limpiar un poco su imagen y obtener un poco de empatía.

Fracasaron miserablemente.

Eso sucede cuando las disculpas por su robo de señales son huecas, vacías y sin el menor tono de remordimiento. Nadie quiere una disculpa que no sea sincera, ni en el mundo del baseball ni en ninguna otra instancia de la vida. Pero así es como los Astros operan.

A fin de cuentas, no se puede mostrar soberbia y arrepentimiento al mismo tiempo, y la organización de los Astros eligió la soberbia.

“Nuestra opinión es que esto no tuvo un impacto en el juego”, dijo el dueño del equipo Jim Crane durante el evento diseñado para que el equipo cambiara la página. En su lugar, escribió un nuevo capítulo en su libro de comportamiento mezquino. “Teníamos un buen equipo. Ganamos la Serie Mundial y lo dejaremos así”.

¿No tuvo un impacto en el juego? ¿En verdad Mr. Crane? Es evidente que el dueño de los Astros sabrá hacer dinero -suficiente para comprar un equipo -pero de baseball no sabe nada. Solo falta escuchar a los sí saben del deporte.

“Preferiría enfrentar a un tipo con esteroides que a alguien que sabe cuál es el siguiente lanzamiento”, dijo el exlanzador de los Dodgers, Alex Wood. CC Sabathia, Masahiro Tanaka y Aroldis Chapman han declarado abiertamente que se sienten engañados y despojados. Ellos se ganan la vida jugando el deporte, sin duda deben saber un poco más de esto que el tipo detrás del escritorio.

Está claro que lo último que les importaba a los Astros el jueves, o cualquier otro día de la semana, el mes o el año, era generar empatía y borrarse la mala imagen, o simplemente no habrían dejado pasar todo este tiempo en silencio, esperando a presentar un “esfuerzo” concertado.

“Toda la organización de los Astros y el equipo se sienten mal por lo sucedido en 2017. El equipo está determinado a seguir adelante, a jugar con intensidad y devolverle el campeonato a Houston en 2020”, dijo José Altuve, uno de los líderes de la novena.

Palabras que evidentemente le vienen del corazón e hicieron llorar a más de uno. Si uno es incapaz de sentirse mal por los Astros es simplemente porque… está en lo correcto.

Lo que Altuve quiso decir fue, básicamente, “toma tu disculpa y deja de molestar”.

Y si alguien como Justin Verlander o Charlie Morton llegan a decir que “desearían haber hecho más por detener esto”, no les crean. Porque obviamente tuvieron la oportunidad, muchas. Cada día durante al menos dos temporadas y eligieron no hacerlo.

Es evidente que los Astros no lamentan haber hecho trampa, manchar irremediablemente el único campeonato en la historia de la franquicia o propinarle a su deporte uno de sus capítulos más oscuros.

Lo único que en verdad lamentan es haber sido descubiertos.