Russell Wilson escribe otro capítulo dorado en su historia
El quarterback de los Seahawks engorda sus credenciales para el Salón de la Fama y mantiene a Seattle en la lucha por la cima de la NFC.
En sus 100 temporadas de vida que cumple este año la NFL, han desfilado grandes pasadores desde Johnny Unitas y Terry Bradshaw hasta Joe Montana, John Elway y, desde luego, Tom Brady. Ninguno de ellos ha logrado lo que alcanzó Russell Wilson este domingo.
Al encaminar a los Seahawks a un sufrido triunfo de 17-9 sobre los Philadelphia Eagles, Wilson aseguró una marca de 9-2 en la campaña y con ello su octava temporada ganadora consecutiva para iniciar su carrera.
Se dice fácil, en especial cuando Brady y los Patriots han tenido un dominio de dos décadas en la NFL y el domingo se convirtieron en el único equipo en la historia con 17 temporadas en fila de al menos 10 victorias. Pero ni siquiera “Terrific Tom” puede presumir un logro como el de Wilson, debido a la lesión en 2008 que lo limitó a un inicio.
Lo de Wilson es una prueba de constancia y excelencia que toma una dimensión completamente distinta cuando se toma en cuenta que no parecía haber un futuro para él en la NFL debido a su talla y su lugar como un quarterback seleccionado en tercera ronda.
Con registro de 9-2, los Seahawks parecen haber recorrido más de la mitad del camino hacia la postemporada en una ultra competitiva Conferencia Nacional, lo que significaría un viaje a la postemporada por séptima ocasión en los ocho años de Wilson en la NFL.
En ese lapso, Seattle acumula marca de 84-38-1, seis viajes a playoffs, dos apariciones en el Super Bowl, un campeonato -y deberían ser dos, gracias coach Carroll-, una constancia rara vez vista en la era de la agencia libre y en una liga que promueve la paridad y 123 inicios de 123 partidos posibles, una cifra increíble para un pasador que sabe utilizar sus piernas como pocos en la NFL.
Wilson y Bobby Wagner (seleccionado en el mismo Draft de 2012) han sido la única constante en unos Seahawks que han tenido que reinventarse en múltiples ocasiones durante su prolongado periodo de éxito, un logro por el que el coach Pete Carroll no recibe el crédito que se merece.
Sin embargo, lo de Wilson es de destacarse. No solo no ha perdido un solo partido en su carrera, sino que cuando sale al campo es para producir. Nunca ha lanzado menos de 20 touchdowns o más de 12 intercepciones. Está por llegar a las 4,000 yardas por tierra y tiene 19 anotaciones por esa vía y se ha mantenido saludable a pesar de las 332 capturas en su carrera, solo en campaña regular.
El talento y la capacidad de Wilson son indiscutibles e incluso si nunca más volviera a jugar, parece tener ya las credenciales suficientes para develar su busto en Canton.