Lo bueno, lo malo y lo feo de la semana 12 de la NFL
La generación de quarterbacks de 2018 revierte su mala reputación, aunque sea por un domingo.
Lo bueno
Todos sabíamos que este día llegaría, el día en que la generación de quarterbacks del Draft 2018 diera el do de pecho. Y lo hizo a coro. Felicidades, los niños se graduaron del kínder este fin de semana.
Baker Mayfield, Sam Darnold y Josh Allen no solo fueron fundamentales en encaminar a sus respectivos equipos a la victoria, sino que brillaron haciéndolo. Se combinaron para completar 59 de 88 envíos para 827 yardas con 7 touchdowns y 2 intercepciones para un rating colectivo de 114.16 puntos, además de sumar una anotación por la vía terrestre y ser capturados en apenas tres ocasiones en total.
Sí, mucho se puede decir del nivel de competencia que enfrentaron: Dolphins, Raiders y Broncos, pero el domingo se ganaron el beneficio de la duda. Obviamente, el que más llama la atención es Darnold, considerando que se midió al único rival más o menos decente de los tres. Darnold completó 20 de 29 para 315 yardas, dos pases de touchdown sin intercepción y anotó una vez por la vía terrestre para guiar a los Jets a su primera racha de tres victorias desde las semanas 3-5 de 2017.
Mayfield y los Browns también hilvanaron su tercera victoria de la campaña para mantenerse en el panorama de playoffs en la Conferencia Americana, mientras que Allen y los Bills tienen tres truinfos en cuatro juegos y mantienen sólido control del primer comodín de la AFC.
Son esta clase de actuaciones las que ponen a soñar a cualquier entrenador y gerente general en que tiene al quarterback preciso para construir una franquicia exitosa a su alrededor. Y tal vez, en efecto, Mayfield, Darnold y Allen sean la respuesta a largo plazo. Pero lo más probable es que vuelvan a tropezar antes de alcanzar la consistencia necesaria para convencer.
Mención honorífica a Frank Gore, quien el domingo se convirtió en el tercer mejor corredor de la historia al ganar 65 yardas ante Denver y llegar a las 15,289 yardas suficientes rebasar en el tercer lugar de la historia al inmortal Barry Sanders. Gore lo hizo como todo en su carrera, de manera discreta y eficiente.
Lo malo
Los Raiders tenían la oportunidad de tomar control absoluto en la lucha por el segundo comodín de la Conferencia Americana y ratificarse como una de las sorpresas más agradables de la temporada. Lo único que tenían que hacer era volar a Nueva York y dar cuenta de los Jets. Nunca abordaron el avión.
El equipo del coach Gruden se había abierto camino hacia la relevancia a pesar de un claro déficit de talento gracias a un football de fundamentos, imponiéndose en la batalla en ambas trincheras y, sobre todo, ganando los partidos que supuestamente debía ganar (Denver, Indianapolis, Chicago, Detroit, Chargers y Bengals) y perder los que debía perder en el papel (Chiefs, Vikings, Packers y Texans). El patrón era muy claro... hasta el domingo.
Los Raiders nunca se presentaron a la Casa de Snoopy. La novena mejor ofensiva terrestre de la NFL corrió para 68 yardas. El cuarto mejor equipo en cuidar el ovoide perdió dos veces el balón. Y un Derek Carr que tenía al menos 96.5 puntos de rating en nueve de 10 juegos esta temporada fue limitado a 52.6 puntos al completar 15 de 27 envíos para miserables 127 yardas con una intercepción que se convirtió en siete puntos.
La capacidad de ganar los juegos que, en papel, le correspondían, ocultó en su momento las claras imperfecciones en el equipo, mismas que salieron a relucir el domingo. Sin ataque en qué maquillarse ni esconderse, la defensiva exhibió todas sus flaquezas. En sus cinco derrotas, permiten 33 puntos en promedio y los Jets, ni cerca, tienen el potencial de los cuatro verdugos previos de los Raiders.
Con Chiefs y Titans como sus próximos rivales, Gruden y compañía necesitan cambios drásticos si quieren permanecer en la pelea.
Lo feo
¿Acaso no hay nadie que sepa patear en la NFL? Y por favor, no me digan que Kareem Hunt, que eso no es divertido.
La crisis en la posición alrededor de la liga tomó el domingo nuevas dimensiones después de que 10 pateadores fallaron un intento de algún tipo, incluyendo seis de punto extra. ¡De punto extra! Vamos, eso sí es divertido.
Bueno, es divertido de leer para nosotros. Pero no debió ser muy divertido para compañeros, coaches, directivos y aficionados. Especialmente si se toma en cuenta que de los 10 pateadores que fallaron algún intento, la mitad lo hizo en encuentros que terminaron con resultado adverso y, aquí viene lo mejor, cuatro de ellos en partidos definidos por cinco puntos o menos.
¿Quién se lleva las palmas?
Aldrick Rosas falló dos intentos, de 42 y 43 yardas, en la derrota de 19-14 de los Giants ante los Bears. Así es como un triunfo se convierte en derrota.
Los Carolina Panthers tuvieron una furiosa reacción ante los Saints, pero fue infructuosa en buena parte gracias a que Joey Slye falló dos puntos extra y un gol de campo de 28 yardas a dos minutos del final en la derrota de 34-31 ante Nueva Orleans. Eso debe doler.
El veterano Matt Prater falló un intento de 39 yardas en la derrota de 19-16 de los Lions ante los Redskins ¡Los Redskins! Por Dios.
Y Brett Maher falló un intento de 46 yardas en el revés de los Cowboys 13-9 en Foxboro, aunque en su defensa fue el responsable de todos los puntos de Dallas y tuvo mucho mejor rendimiento que Amari Cooper.