Se agudiza crisis de quarterbacks
Las alertas se han encendido por toda la liga. Los 32 equipos de la NFL suman al momento 48 quarterbacks, y todavía no llegamos a media temporada.
Las alertas se han encendido por toda la liga. Los 32 equipos NFL suman 48 quarterbacks, y todavía no llegamos a media temporada, lo que significa que cuando menos la mitad de la liga ha requerido ya un cambio, algunos obligados por lesión, la mayoría desesperados por los malos resultados.
Pero lo peor es lo que viene.
Los Cleveland Browns son una bomba de tiempo. Con marca de 2-4, al borde de una virtual eliminación de playoffs, la explosiva personalidad de Odell Beckham Jr, Jarvis Landry y Baker Mayfield, está llegando al límite. Una derrota más puede ser el pretexto que detone señalamientos y acusaciones mutuas, de un equipo que invirtió 120 millones de dólares en refuerzos y simplemente no camina.
Todas las miradas apuntan al quarterback Baker Mayfield, el anticipado héroe que roba protagonismo con las marcas patrocinadoras, pero que en la cancha entrega un mediocre 56% de pases completos, 11 intercepciones, y tan sólo 5 pases de touchdown.
Jarvis Landry, jugador de 75.5 millones de dólares en su nuevo contrato, sigue esperando atrapar su primer pase de touchdown. Beckham Jr tiene una anotación. Su nota relevante fue portar durante un partido un lujoso reloj suizo Richard Mille, valuado en 350 mil dólares. Pero de recepciones y touchowns nada que hablar.
En Chicago no se viven tiempos fáciles, Un equipo con probada y comprobada defensa para Super Bowl, sigue esperando que Mitch Trubisky cumpla las expectativas.
Los Osos cargan la etiqueta de ser los únicos de la liga que todavía no generan 300 yardas de ofensiva total en algún partido. La semana pasada, en la derrota ante Saints, Trubisky tenía 87 yardas por pase al comenzó del último cuarto, y todo el yardaje que acumuló ese periodo final, para cerrar con 251, fue más por concesiones del rival que sentía el juego ganado y cedía zonas cortas del campo.
De Filadelfia se reporta una olla de grillos por las divisiones que ha ocasionado el errático juego del quarterback Carson Wentz. Todos vimos el domingo pasado a Nelson Agholor, negándose a estirar los brazos para atrapar un bombazo perfectamente lanzado por Wentz, durante su derrota en Dallas.
Hay un grupo muy grande dentro de los Eagles, que le está reclamando al coach y a la directiva haber elegido a Wentz sobre Nick Foles, quien fue el quarterback que verdaderamente los llevó a ganar aquel maravilloso Super Bowl a Tom Brady.
Las historias de terror continúan a lo largo de toda la liga. En Tennessee ya se hartaron de Marcus Mariota, lo mandaron a la banca, y con el veterano Ryan Tannehill han ganado su último partido. Otro cambio de mando se prevé en Tampa Bay porque James Winston es simplemente inaguantable. Tan sólo ante Carolina lanzó 5 intercepciones y perdió 2 fumbles.
Otro escenario que pronto puede estallar es San Francisco, por increíble que parezca. Su indomable defensiva y el poderoso juego terrestre de Matt Breida y Tevin Coleman, han disfrazado, de alguna forma, el mal año de Jimmy Garoppolo. Tarde o temprano llegará el partido que tenga que ser ganado por Jimmy G, o lo evidencie. Y es que con 7 pases de touchdown y 6 intercepciones, poco se puede decir para defender al quarterback de los 49ers.
Mientras todo esto pasa con “los abajo”, en la cima viven los de siempre. Aaron Rodgers y su decidida batalla por volver al Super Bowl, un amenazante Drew Brees que tiene un equipo capaz de ganar sin él, y, por supuesto, Tom Brady y su ya acostumbrada invencibilidad.
Así se vive en la liga de los quarterbacks, porque lo único que habla por ellos son sus números.