Lo bueno, lo malo y lo feo de la semana 2 de la NFL
Los Dolphins sufren su segunda paliza en apenas dos jornadas y se consolidan como el peor equipo de la liga.
Lo bueno
Lo más fácil sería poner en esta sección a todo aquel que tenga a los Dolphins en el calendario. En el primer domingo este espacio lo protagonizaron Lamar Jackson y los Ravens con justa razón, y nadie se hubiera ofendido si esta jornada los honores fueran para los Patriots. A fin de cuentas, una victoria de 43-0 justifica casi cualquier cosa.
Pero al igual que anotarle a Miami, eso sería simplemente demasiado sencillo. Muy obvio, sin importar si es justificado o no.
Pero lo mejor de esta semana no es otro que el mismísimo Dakota Prescott, tanto por lo conseguido el domingo como por su brillante inicio de temporada. Aunque, en honor a la justicia, hay que reconocer que no ha tenido precisamente desafíos infranqueables enfrente.
Independientemente de la competencia que haya enfrentado, lo de Prescott ha sido sobresaliente en todo sentido.
El domingo ante Washington falló apenas cuatro de sus 30 envíos, incluyendo una intercepción, lanzó tres pases de touchdown, aportó otras 69 yardas en 5 acarreos y terminó con un rating de 123.5 puntos, una semana después de finalizar con índice perfecto ante los Giants.
Con lo hecho en las primeras dos semanas del calendario, los números de Prescott son dignos del contrato al que aspira. En dos encuentros acumula 51 pases completos de 62 intentados para 674 yardas, con siete touchdowns por una sola intercepción. Si alguien dijera que Prescott ha sido el mejor quarterback de la joven campaña, no hay muchos argumentos para señalar lo contrario.
Más allá de los números, Prescott tiene a Dallas con marca de 2-0 y en control absoluto del Este de la AFC en virtud de sus dos triunfos ante rivales divisionales. Y lo mejor podría estar por venir. La semana tres le tiene preparados a los Cowboys un regalo de Navidad adelantado con la visita de los Dolphins al norte de Texas. Eso podría tener tintes criminales.
Lo malo
Nuevamente, el chiste más obvio sería dejar a los Dolphins por aquí y pasar al siguiente capítulo. Pero el domingo ocurrieron dos eventos que son peores que admitir 102 puntos en dos partidos.
La liga perdió en cuestión de horas a dos de sus mejores pasadores, con las lesiones de Ben Roethlisberger (codo) y Drew Brees (pulgar), en duelos en que sus respectivos equipos sufrieron duras derrotas.
En ambos casos, se desconoce de inmediato la magnitud de las lesiones o el tiempo de recuperación. Sin embargo, al considerar la ubicación de ambas dolencias, el hecho de que los dos pasadores quedaron descartados casi de inmediato para volver al juego y que se trata de dos de los quarterbacks más resistentes de la liga, sus ausencias no son buenas noticias para nadie.
La NFL perdió a dos de sus pasadores más dinámicos y sus equipos -ambos con aspiraciones de playoff en mayor o menor medida- están en serios predicamentos. En especial los Saints, considerando que cuentan con los ingredientes para pensar en febrero y la catastrófica actuación de Teddy Bridgewater ante los Rams.
Una ausencia prolongada de cualquiera de estos dos pasadores será prácticamente una sentencia de muerte para dos equipos que tienen una dependencia particular en sus quarterbacks, quienes -en ambos casos- tienen más de una década operando bajo el mismo sistema.
Lo feo
La evidente decadencia de Cam Newton ante nuestros ojos.
“SuperCam” no es más que un simple mortal después de 30 años de edad y nueve temporadas en la NFL. Se necesita un nivel particularmente bajo para ser el peor quarterback en un juego en donde el otro pasador es Jameis Winston y eso fue precisamente lo que demostró Newton.
Cam, quien se perdió los últimos dos juegos de la temporada anterior debido a una lesión en el hombro, no luce ni cerca de estar al 100 por ciento en este inicio de campaña. Una semana después de verse competitivo en la derrota ante los Rams, lo del jueves fue un vergonzoso retroceso.
Completó apenas 24 de 50 pases, muchos de ellos a receptores completamente abiertos, para 324 yardas y sigue sin un envío de touchdown en lo que va de la temporada. Newton no puede completar desde la segunda mitad del año pasado y ahora también tiene problemas con rutas cortas e intermedias.
Los Panthers están 0-2 y con ambas derrotas en su propio patio. Y podría haber algo incluso más preocupante que su récord: El hecho de tanto Newton como el coach Ron Rivera han perdido la confianza en el quarterback. No hay mejor ejemplo que la última jugada del encuentro del jueves, en donde le dieron el balón a Christian McCaffrey en cuarta y una yarda desde la dos para ganar el partido.
Hace un par de años, no habría forma de quitarle el balón de las manos a Newton en una situación así. Ahora, ni siquiera le dieron la oportunidad de usar sus piernas.
Si Newton continúa con su tendencia a la baja y dando indicios de no estar físicamente al 100%, podría ser cuestión de una o dos actuaciones similares más antes de que los Panthers recurran al novato de tercera ronda Will Grier.