Tampa Bay Buccaneers: Perdidos en un mar de dudas

 El coach Bruce Arians ─considerado como uno de los gurús de quarterbacks que tiene esta liga─ salió de un año de retiro por tener la oportunidad de trabajar por cuarta ocasión de la mano de un pasador que fue primera selección del Draft.

Pero ni Peyton Manning, Carson Palmer o Andrew Luck le representan a Arians el desafío que tiene actualmente en sus manos con Jameis Winston. Después de todo, los primeros tres no solo demostraron ser talentosos, sino también consistentes y disciplinados. Son estas últimas dos categorías en las que Winston está por reprobar el curso y no tiene muchas más oportunidades por delante.

El futuro de los Bucs a corto y largo plazo depende de que Arians logre exprimirle a Winston todo el potencial. No es tarea sencilla.

Winston inicio nueve juegos la campaña anterior para el mejor ataque aéreo de la NFL, pero también colaboró con 14 intercepciones para el equipo que más pases regaló en toda la liga. Revertir esa tendencia es la máxima prioridad, y tendrán que hacerlo sin uno de sus principales receptores, DeSean Jackson, quien emigró de regreso a Filadelfia.

Winston, quien por motivos legales y de salud solo ha iniciado 22 juegos las últimas dos temporadas, nunca ha sido precisamente cuidadoso con el balón, y eso se ha traducido en apenas seis triunfos en ese lapso. En su defensa, no ha tenido mucho respaldo.

En ese mismo lapso, los Bucs han sido el ataque terrestre 27 y 29 de la NFL y requieren de mucho mayor balance para restarle la presión a un juego aéreo que cuenta con talento suficiente con Mike Evans, Cameron Brate y O.J. Howard, pero que simplemente cometen demasiados errores.

Eso pone a su defensiva en mala posición de terreno y con poco tiempo para descansar en una situación incómoda. De por si carente de talento, en especial ahora que el defensive tacle Gerald McCoy emigró a Carolina ─y fue sustituido por el veterano Ndamukong Suh─ y que el estelar linebacker Lavonte David aqueja problemas de salud, la situación parece todavía más adversa. Si es que eso es posible para un equipo que fue penúltimo en puntos admitidos en 2018.

Para corregir todos esos problemas, el equipo trajo a Todd Bowles para coordinar esa deteriorada defensiva y utilizó el Draft en busca de refuerzos (Sus primeras cinco selecciones fueron de jugadores defensivos).

En una división con ofensivas tan potentes como Atlanta y New Orleans y un calendario que también les tiene agendados duelos con Jared Goff, Russell Wilson y Luck, los Bucs van a necesitar de resultados casi inmediatos si quieren evitar su octava temporada con marca perdedora en los último nueve años.

Tampa Bay Buccaneers

División Sur NFC

Récord en 2018: 5-11

Estadio: Raymond James Stadium

Títulos de Super Bow: 1 (XXXVII)

Head Coach: Bruce Arians

Coordinador ofensivo: Byron Leftwich

Coordinador defensivo: Todd Bowles

Draft

1ra (5) LB – Devin White (LSU)

2da (39) CB – Sean Bunting (Central Michigan)

3ra (94) CB – Jamel Dean (Auburn)

3ra (99) S – Mike Edwards (Kentucky)

4ta (107) DE – Anthony Nelson (Iowa)

5ta (145) K – Matt Gay (Utah)

6ta (208) WR – Scott Miller (Bowling Green)

7ma (215) DT – Terry Beckner (Missouri)

Movimientos

Altas

DE – Ndamukong Suh

QB – Blaine Gabbert

WR – Breshad Perriman

Bajas

DE – Gerald McCoy

WR – DeSean Jackson

QB – Ryan Fitzpatrick

Jugador a seguir

De cara a su último año de contrato, las oportunidades se le agotan a Jameis Winston para justificar su primera selección global en el draft de 2015 y mantenerse como el pasador de los Bucs a largo plazo. La campaña anterior llegó a perder la titularidad a manos del veterano Ryan Fitzpatrick y este año un episodio similar podría resultar en la última vez que se le considere como quarterback titular en esta liga. Ha demostrado tener la capacidad para ser un pasador de primera línea, pero no la consistencia necesaria para ganarse el respeto y un futuro a corto plazo.

LeyendAS

Durante nueve temporadas como ancla de una feroz defensiva en Tampa Bay, Warren Sapp se estableció como uno de los mejores defensive tacles no solo de su generación, sino de la NFL. A pesar de su enorme talla, Sapp demostró una explosión en la línea pocas veces vista antes en su posición, y terminó su periodo con los Bucs con 77 sacks, incluyendo 16.5 en 2000, un anillo de Super Bowl, cuatro designaciones ─consecutivas─ como All Pro, y una chaqueta dorada del Salón de la Fama.