Los Detroit Lions y su lucha por salir de la penumbra

La temporada 2018 de los Detroit Lions bien podría resumirse en sus primeras tres semanas. El Doctor Jekyll y el Señor Hyde, por decirlo de alguna manera.

El primer lunes de la campaña permitieron que el novato Sam Darnold luciera como Dan Marino en la derrota de 48-17. Dos semanas después se convirtieron en una versión descafeinada de los Bears del 85 para limitar a los Patriots en 209 yardas y sumar su primer triunfo de la temporada, 26-10 sobre los eventuales campeones.

Los Lions fueron ese equipo capaz de derrotar a Tom Brady y Aaron Rodgers y caer contra Darnold y Josh Allen. Por lo tanto, el primer objetivo del coach Matt Patricia de cara a la nueva temporada debe ser aspirar a la consistencia. Particularmente a la ofensiva.

A pesar de contar con el quinto contrato más lucrativo para un pasador en la NFL, Matthew Stafford viene de su primera temporada por debajo de las 4,000 yardas desde 2010, lanzó para tan solo 20 touchdowns y no comandó una sola remontada en el último cuarto, apenas dos años después de acumular ocho regresos de ese tipo. Como resultado, los Lions perdieron tres partidos por tres puntos o menos.

Para intentar solucionar ese problema, Detroit se deshizo del coordinador ofensivo Jim Bob Cooter y lo reemplazó con Darrell Bevell, quien trabajó siete años en ese mismo papel con los Seahawks. Además, el equipo renovó el cuerpo de receptores con las llegadas de Danny Amendola y Jermaine Kearse, así como los tight ends, el novato T.J. Hockenson, y Jesse James, para unirse a Marvin Jones y Kenny Golladay.

Pero todos esos juguetes a los que tiene acceso Stafford podrían ser de poca ayuda si el equipo no comienza a establecer el ataque terrestre, 23ro el año pasado y uno de los eternos problemas de los Lions.

Controlar el reloj de juego y la posición de terreno son dos prioridades para un equipo sumido en una división sumamente competitiva y con un calendario en el que la mitad de sus juegos son ante rivales que finalizaron la temporada anterior con marca ganadora.

Por fortuna para Detroit, su defensiva estuvo a la altura de la reputación de Patricia, ubicándose como la 10ma mejor en yardas y la octava contra el pase. Las llegadas para este año de los linieros Mike Daniels y Trey Flowers podrían ser el revulsivo para una unidad que solo tuvo una debilidad el año pasado, fueron penúltimos en robo de balones con 14.

Detroit Lions

División Norte NFC

Récord en 2018: 6-10

Estadio: Ford Field

Head Coach: Matt Patricia

Coordinador ofensivo: Darrell Bevell

Coordinador defensivo: Paul Pasqualoni

Draft

1ra (8) TE – T.J. Hockenson (Iowa)

2da (43) LB – Jahlani Tavai (Hawaii)

3ra (81) S – Will Harris (Boston College)

4ta (117) DE – Austin Bryant (Clemson)

5ta (146) CB – Amani Oruwariye (Penn State)

6ta (184) WR – Travis Fulgham (Old Dominion)

6ta (186) RB – Ty Johnson (Maryland)

7ma (224) TE – Isaac Nauta (Georgia)

7ma (229) DE – P.J. Johnson (Arizona)

Movimientos

Altas

DE – Trey Flowers

DE – Mike Daniels

WR – Danny Amendola

Bajas

DE – Ezekiel Ansah

WR – Bruce Ellington

CB – Nevin Lawson

Jugador a seguir

Matthew Stafford

Los grandes contratos conllevan grandes responsabilidades y Matthew Stafford debería saberlo bien. Poseedor del quinto acuerdo más lucrativo para un quarterback actualmente, el pasador de los Lions tuvo en 2018 su peor campaña desde 2010 con 3777 yardas y 21 pases de touchdown. Stafford, quien suele crecerse ante la presión _ como lo reflejan sus 26 regresos en el último cuarto _ tendrá una motivación adicional después de que en mayo pasado operaran a su esposa para retirarle un tumor cerebral. La llegada de un nuevo cuerpo de receptores y su segundo año bajo el sistema del coach Matt Patricia solo pueden ayudarle a recuperarse de apenas su segunda campaña perdedora en los últimos cinco años.

LeyendAS

Durante nueve temporadas en la NFL, existen argumentos suficientes y contundentes, para decir que Calvin Johnson fue el mejor receptor de la liga en ese lapso. “Megatron” fue un fenómeno desde que ingresó a la NFL en 2007. Rápido, alto, ágil y con manos espectaculares, fue tal vez el único motivo para ver a los Lions de 2007 a 2010, periodo en que sumaron un total de 15 triunfos. Frustrado por tantas derrotas, Johnson se retiró con apenas 30 años de edad y nueve campañas, suficientes para dejar huella, como su campaña histórica de 2012, en la que sumó 1964 yardas, un récord que se mantiene vigente. Fue nombrado tres veces como primer equipo All-Pro y acumuló recepciones para 296 yardas en sus únicos dos juegos de playoffs.