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Paga el precio por apuntarle a Tom Brady con un láser

El incidente ocurrió durante la final de la AFC en enero pasado en Kansas City.

Estados Unidos
El incidente ocurrió durante la final de la AFC en enero pasado en Kansas City.
Getty Images

Tom Brady está más que acostumbrado a vivir bajo los reflectores: es el precio de ganar seis Super Bowls, estar casado con una supermodelo, anunciar unas horrendas botas y, por supuesto, aparecer en “éxitos cinematográficos” como Ted 2.

A lo que nunca se acostumbrará el pasador de los Patriots, y no tendría porque, es a que le apunten con un láser al rostro mientras está trabajando. Tratándose de Tom Brady, no se puede hacer eso sin que haya consecuencias.

La mañana del jueves, un juez sentenció al culpable a pagar una multa de 500 dólares por el incidente en el triunfo de los Patriots 37-31 sobre los Chiefs. El monto es prácticamente simbólico considerando que con toda certeza pagó más por su boleto a Arrowhead ese día, un estadio al que jamás podrá entrar.

Quizá lo más sorprendente es que el responsable de un acto tan imprudente, rayando en lo infantil, haya sido Dwyan Morgan de 64 años. Se supone que las personas de su edad van al estadio a disfrutar (o sufrir) de un juego y a poner el ejemplo. Morgan decidió hacer todo lo contrario, tal vez frustrado porque a su tierna edad era aún muy joven la última vez que los Chiefs ganaron un Super Bowl.

Para colmo de los males de Morgan, su laser color verde causó un impacto mínimo, si acaso, en el desempeño de Tom Brady, quien completó 30 de 46 pases para 348 yardas, un touchdown, dos intercepciones y una inmaculada primera serie en el tiempo extra para arrancarle la vida a los Chiefs.

NO ES EL PRIMERO EN LA HISTORIA

Morgan no es el primero de su tipo en la NFL. En 2014 un “aficionado” de los Lions apuntó con un laser a jugadores de los Bills (como si ellos necesitaran distracciones), y posteriormente fue multado con 250 dólares, 80 horas de servicio comunitario y su (quiero pensar que ahora ex) amigo, dueño de boletos de temporada, perdió su derecho de abono.

Desafortunadamente, esa tendencia se ha vuelto internacional. En 2016, durante el juego entre Texans y Raiders en el Estadio Azteca de la capital mexicana, un sujeto pasó buena parte del partido apuntando un laser al rostro de los jugadores, en este caso, de ambos equipos. Como suele pasar en México, el responsable salió impune.

Aunque es molesto tener un rayo laser, sin importar de que tan poca potencia sea, en el rostro, estos jugadores están entrenados y habituados a enfrentar todo tipo de situaciones adversas, por lo que, generalmente, los esfuerzos de “distracción” de estos “aficionados” son inútiles. Lo único que ganan es no volver nunca al estadio y hacer el ridículo. ¿Valió la pena?