20 años después de la pletórica noche de Fernando Tatis
El mayor de la dinastía Tatis castigó a Los Ángeles Dodgers con dos grand slams… en una entrada, en una inolvidable noche con los Cardinals.
Hace 20 años, Fernando Tatis Jr. tenía apenas tres meses y medio de nacido, no podía hablar, no podía caminar y, ciertamente, nadie podía imaginar que dos décadas después se convertiría en una de las mayores promesas de Grandes Ligas. Su única función en abril de 1999 era comer, dormir y llorar a horas inapropiadas.
Por fortuna para el orgulloso padre primerizo, esa noche no estaba de casa y no lo había estado por 10 días. Su equipo, los St. Louis Cardinals estaban en medio de una gira de 11 partidos que lo mantuvo alejado de la máquina de llanto que es un bebé de tres meses durante dos semanas.
El descanso le vino bien.
AQUELLA GRAN NOCHE DEL 23 DE ABRIL DE 1999
Apenas 111 días después del nacimiento de su primogénito, Fernando Tatis llegó aquel 23 de abril de 1999 a Dodger Stadium sin saber que su carrera jamás sería la misma al concluir el partido.
Con los Cardinals abajo 2-0, Tatis, cuarto en el orden al bate, llegó al tercer inning a enfrentar al coreano Chan Ho Park con las bases llenas. En cuenta de 2-0, el dominicano depositó el siguiente lanzamiento detrás de la barda de jardín izquierdo para darle la vuelta al marcador.
No había terminado.
Dos outs, dos bases por bolas, un sencillo, una bola ocupada, un error y dos carreras después, Tatis se paró nuevamente en la caja de bateo. Para sorpresa de todos, la casa estaba nuevamente abarrotada y en la loma se mantenía un masacrado Park. El resultado era inevitable.
El dominicano, que nunca había conectado un grand slam en su carrera, ahora tenía dos. En el mismo partido. En el mismo inning.
El martes se cumplen dos décadas de la hazaña de Tatis, posiblemente el récord más difícil de romper en todo el deporte profesional. Porque habrá quien pueda sacudir nuevamente dos grand slams en una entrada, ¿Tres? Imposible.
Tal vez el aspecto más memorable del récord es que hayan llegado en contra del mismo lanzador, Park, quien todavía jugó otras 10 campañas más en Grandes Ligas, pero jamás alcanzó la cifra de 31 cuadrangulares que admitió en ese fatídico 1999.
Tatis, por su parte, jamás pudo replicar ese mágico año en el que terminó con 34 vuelacercas aprovechando al máximo la protección que le brindaba Mark McGwire en ese orden al bate. Finalizó su carrera de 11 años con 113 cuadrangulares y nunca más de 18 en otra campaña.
Su récord es imborrable, como podría también serlo su legado, gracias a Tatis Jr.