Recordando el 9/11: El primer partido de la NFL donde se entonó el Himno Nacional
Hasta antes del 2001, los jugadores permanecían en los vestidores cuando se realizaba la ceremonia del Himno Nacional de Estados Unidos
En medio del dolor, el duelo y el terror que provocaron los atentados del 11 de septiembre de 2001, la NFL tuvo que levantar el botón de pausa que dejó apretado por 13 días para honrar la vida de las personas que fallecieron el martes más recordado en la historia moderna de Estados Unidos.
El domingo 23 de septiembre, la temporada se reanudó. Si bien múltiples partidos fueron programados a las 13:00 horas del este de Estados Unidos, la atención mediática se fijó en el encuentro entre New York Giants y Kansas City Chiefs en Arrow Head. Con una ovación que duró varios minutos, la afición local arropó a los jugadores y a toda la organización neoyorquina que ese día los visitó.
Aún se recuerda a Michael Straham con la gorra de la policía de New York, o el saludo militar a la bandera que realizó el wide receiver Thabiti Davis. Pero dentro de todos los simbolismos que ese medio día de otoño se efectuaron, hay uno que se mantiene como si fuera una vieja tradición: la entonación del Himno Nacional de Estados Unidos con los jugadores de ambos equipos sobre cada una de las líneas laterales.
Si bien, la línea del tiempo nos indica que la reproducción de The Star-Splanged Banner se realiza en los partidos de NFL desde 1945, antes de la fusión con la AFL, fueron los atentados del 9/11 los que propiciaron que jugadores y entrenadores dejaran los vestidores para unirse a la ceremonia, la cual hoy está tan arraigada como los colores de cada equipo.
New York Giants ganó ese primer partido después de la caída de las Torres Gemelas, pero más allá de la estadística, lo que perdura en el imaginario colectivo es que la vida dentro de un campo de 100 yardas, continuó el domingo 23 de septiembre de 2001 con un sentimiento más patriota.
La polémica
Si el 23 de septiembre de 2001 es recordado como la primera ocasión, fuera de un Super Bowl, en el que los jugadores entonaron junto con la afición el Himno Nacional de Estados Unidos, el 26 de agosto de 2016 está anotado en la historia como el día en que la narrativa dio un giro inesperado.
Colin Kaepernick, entonces quarterback de San Francisco 49ers puso una rodilla sobre el pasto justo en la interpretación de The Star-Splanged Banner. Lo que en un principio fue una acción ignorada, poco a poco tomó relevancia hasta convertirse en un detonador de la furia de Donald Trump. El millonario que meses después asumiría la presidencia de Estados Unidos, aborreció el acto de protesta de Kaepernick, que con el tiempo se fue contagiando entre otros jugadores hasta que el 24 de septiembre de 2017 casi toda la NFL se hincó. La rodilla al piso de cada uno de los jugadores, fue un acto para denunciar el abuso policial contra la población afroamericana.
La sección 301 el Código de Estados Unidos establece que durante la interpretación del Himno Nacional, las personas “deben mirar hacia la bandera y permanecer firmes con la mano derecha a la altura del corazón.
La insurrección de los jugadores, mayormente de color, dio la vuelta al mundo. Los dueños de la NFL quedaron en fuego cruzado entre las reprimendas de Trump y la postura de sus atletas.
Por varios meses, parte de la conversación entre la población giró en torno a la postura que ya no sólo jugadores de la NFL sino atletas de otras ligas ejercieron durante el Himno Nacional. Sin embargo el debate fue tan polarizante que incluso la inacción se volvió política.