Cleveland vetará a aficionado que golpeó con una botella a dueño de los Browns
Durante la derrota de los Browns a manos de los Jets, un asistente al FirstEnergy Stadium arrojó una botella que golpeó a Jimmy Haslam, dueño del club.
La semana 2 será recordada por las agresiones que sufrieron múltiples actores de la NFL por parte de los aficionados. En Las Vegas un seguidor habría golpeado a Kyler Murray y en Cleveland la agresión fue contra el dueño de los Browns. En el caso del club de la AFC Norte, ya hay un plan de acción.
De acuerdo con Tom Pelissero, de NFL Network, los Browns planean vetar a un aficionado que arrojó una botella al emparrillado del FirstEnergy Stadium y golpeó al propietario de la organización Jimmy Haslam.
“La seguridad de aficionados y trabajadores es la prioridad en nuestro edificio y actitudes que ponen en peligro a otros no serán toleradas”, indicó la organización en un comunicado de prensa. “Afortunadamente nadie resultó herido tras este incidente y como una práctica estándar hemos cooperado con las autoridades y el video en el que se lanza un objeto está en las manos apropiadas. No haremos más comentarios al respecto”.
El incidente ocurrió en el ocaso de la derrota de los Browns a manos de los Jets por marcador de 31-30. Tras la anotación de Garreth Wilson que selló el encuentro en favor de New York, Haslam abandonó el campo hacia el túnel de jugadores y fue golpeado por una botella en la pierna.
Mientras Pelissero informó que los Browns ya identificaron al agresor, TMZ indicó que el atacante se llama Jeffery Miller y fue detenido dentro del estadio. El aficionado enfrenta los cargos de alteración del orden público, incumplimiento de una orden legal y agresión.
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Situación conocida
Esta no es la primera ocasión que aficionados de los Browns lanzan botellas al emparrillado. En la campaña 2001, después de una controversial decisión del cuerpo arbitral de un partido entre Cleveland y Jacksonville, los seguidores del equipo de Ohio llenaron el terreno de juego con envases de vidrio. Originalmente los réferis terminaron el encuentro prematuramente, aunque la NFL ordenó que se cumpliera con los 60 minutos reglamentarios.