¿Qué es la bomba termobárica que posee Rusia, cómo funciona y en qué otros casos se ha usado?
En la guerra, entre Rusia y Ucrania, el mayor temor en el mundo es que Vladimir Putin use la bomba termobárica, considerada como el 'padre de todas las bombas no nucleares.
Ucrania ha resistido los embates que ha lanzado el presidente ruso Vladimir Putin. Al menos hasta el momento, las tropas ucranianas han logrado evitar que los rusos se apropien de Kiev, la capital del país ucraniano. Sin embargo, hay un gran temor por las armas que poseen los soviéticos, en especial una de ellas.
Si la resistencia militar ucraniana sigue respondiendo, el presidente de Rusia podría recurrir al uso de las armas termobáricas, considerada por el mundo como 'el padre de todas las bombas' y que podría terminar con varias ciudades en muy poco tiempo.
Un arma termobárica funciona usando oxígeno del aire circundante para generar una explosión de alta temperatura, haciéndola mucho más letal que un arma convencional. También conocidas como 'bombas aéreas de vacío de potencia aumentada' fue la respuesta rusa a la bomba enviada por Estados Unidos en Afganistán.
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¿Cuántas veces se ha usado?
Durante la década de los años 60s, tanto Estados Unidos como la Unión Soviética desarrollaron armas termobáricas, esto e la famosa Guerra Fría entre ambas naciones. Sin embargo, en el 2007, Rusia detonó el arma termobárica más grande jamás fabricada y creó una explosión equivalente a 39.9 toneladas.
Su capacidad destructiva es cuatro veces superior a la estadounidense y clama ser la bomba convencional (no nuclear) más potente que exista en el planeta. Su detonación genera una gran explosión en tierra, en un terreno de prueba en el que había un conjunto de edificios vacíos que queda reducido a escombros tras el estallido, según reportes.
Rusia hizo explotar la bomba de vacío o termobárica más poderosa del mundo en su propio territorio como una respuesta directa al desarrollo de su competidor norteamericano, que había comenzado a ensayar con la MOAB (Massive Ordnance Air Blast) tras el mayor atentado terrorista de la historia, que también había golpeado al Pentágono, la sede del comando militar estadounidense.
A pesar de que Rusia nunca lo confirmó, Human Rights Watch denunció el uso de estos explosivos también conocidos como “incendiarios” por parte del régimen sirio y sus aliados rusos contra los rebeldes.