La pandemia de COVID-19 redujo la esperanza de vida casi dos años
Cifras oficiales de los CDC muestran cómo la pandemia de covid-19 redujo la esperanza de vida en Estados Unidos casi dos años. Aquí los detalles.
Han pasado poco más de dos años desde que se registró el primer caso de coronavirus en el mundo. Hasta la fecha - 22 de diciembre - la pandemia a cobrado un total de 5 millones 373 mil 898 muertes a nivel mundial, de las cuales, 810 mil 707 pertenecen a la Unión Americana, de acuerdo a datos de la Universidad de John Hopkins.
El coronavirus fue la tercera causa principal de muerte en 2020, lo que impulsó un aumento récord en la tasa de mortalidad y una caída de casi dos años en la esperanza de vida en Estados Unidos, según un informe de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
La pandemia de COVID-19 redujo la esperanza de vida
La esperanza de vida cayó 1,8 años: De 78,8 años en 2019 a 77 años, en 2020, siendo este el mayor descenso anual en más de 75 años, desde la Segunda Guerra Mundial. La tasa de mortalidad aumentó un 17% a comparación de 2019, con 835 decesos por cada 100,000 personas, siendo el aumento más pronunciado en más de un siglo.
Tasa de mortalidad de hispanos fue la que más aumentó
El informe también reveló que el aumento en la tasa de mortalidad fue más marcado entre las minorías raciales y étnicas.
La tasa de mortalidad de los hispanos aumentó casi tres veces más que la de los blancos, mientras que la tasa de mortalidad de los afroamericanos aumentó el doble que la de los blancos. El incremento en los hispanos fue de casi un 43%, mientras que en los afroamericanos fue de un 28% y en los hombres blancos de aproximadamente un 13% a partir de 2019.
En cuanto a la diferencia en la esperanza de vida entre hombres y mujeres, se espera que las mujeres vivan seis años más que los hombres. Los datos finales muestran que el coronavirus fue la causa subyacente de muerte para 350,831 personas en 2020.
Otras causas principales de muerte incluyen lesiones no intencionales, derrames cerebrales, enfermedades crónicas de las vías respiratorias inferiores, enfermedad de Alzheimer, diabetes, influenza y neumonía y enfermedad renal.