Clemson, ligero favorito para vencer a Ohio State
Los campeones Tigers han ganado 28 en fila y cuentan con la tercera ofensiva de todo el football colegial, pero la defensa de Ohio State es la mejor.
Cuando los Buckeyes de Ohio State (13-0) y los Tigers de Clemson (13-0) se encuentren este sábado en el Fiesta Bowl, en el State Farm Stadium, de Glendale, Arizona, una de las dos rachas más impresionantes del football colegial llegará a su fin.
Los Buckeyes, campeones de la Conferencia Big Ten por tercer año en fila, llegan a esta semifinal del College Football Playoff con 19 triunfos en fila, y los campeones Tigers han ganado 28 de manera consecutiva.
Ohio State y Clemson son los únicos equipos en el Top 10 en cuanto a puntos anotados, permitidos, ofensiva y defensiva total.
La victoria más “apretada” de Ohio State fue por 11 puntos, en aquel 28-17 sobre Penn State el 23 de noviembre en casa.
Clemson venció apenas 21-20 a North Carolina, pero desde entonces liga ocho triunfos por 31 o más puntos.
Clemson es tercero en yardas por juego (547.7) y Ohio State es quinto (531). En cuanto a yardas por jugada, los Tigers son terceros y los Buckeyes, séptimos.
Ohio State es líder del football colegial en puntos por juego (48.7) y Clemson es cuarto (46.5).
La defensiva de los Tigers es la que menos yardas por partido permite (244.7), sólo por delante de la de Ohio State (247.6).
Tigers y Buckeyes son los únicos dos equipos que permitieron menos de cuatro yardas por jugada en la campaña regular.
¿A QUIÉN SEGUIR?
Aunque Justin Fields, quarterback de los Buckeyes, ha acaparado los reflectores, el corredor J.K. Dobbins (1,829 yardas por tierra) es el verdadero jugador clave de Ohio State.
Los Buckeyes promedian 272.2 yardas terrestres por juego y tratarán de atacar el punto débil de la defensa de Clemson.
Los problemas para los Buckeyes vendrán si Clemson logra frenar la carrera, porque su defensiva contra el pase es la mejor del football colegial. Los Tigers permiten únicamente 138.5 yardas aéreas por juego y suman 17 intercepciones.
Cuando los Tigers tengan el balón, no hay que perder de vista al corredor Travis Etienne, quien generó 1,500 yardas en la campaña. Promedia 8.24 yardas por acarreo y suma 19 touchdowns.
Contra la defensa de Ohio State, sin embargo, esas yardas le costarán sangre, porque los Buckeyes sólo permiten 2.8 yardas por intento y 99.5 por partido.
Pero el cuerpo de receptores con el que cuenta Trevor Lawrence es simplemente espectacular, comandado por Tee Higgins.
Después de un inicio de campaña irregular, Lawrence terminó con los números sólidos acostumbrados: 68% de efectividad y 34 pases de touchdown.
El perímetro de los Buckeyes tiene a uno de los mejores cornerbacks en Jeff Okudah, pero es en la frontal donde está el verdadero problema para Clemson.
Si el tackle izquierdo Jackson Carman no puede contener al end Chase Young, Lawrence estará bajo presión todo el juego.
Young, finalista al Trofeo Heisman, registró 16.5 capturas de quarterback en 11 juegos y debe ser el primer defensivo reclutado en el Draft 2020 de la NFL.
Es muy probable que Carman necesite ayuda de un tight end u otro liniero ofensivo para contener a Young.
El ganador enfrentará a quien prevalezca en la otra semifinal, entre Oklahoma y LSU, en el Peach Bowl.
Clemson es favorito por dos puntos.