Lamar Jackson lidera nueva estirpe de quarterbacks en la NFL
Sólo dos quarterbacks afroamericanos han ganado un Super Bowl: Doug Williams y Russell Wilson; esta campaña el pasador de Ravens podría unirse a la lista.
Cincuenta y uno de los 53 Super Bowls hasta ahora jugados han sido ganados por quarterbacks blancos. Pasadores clásicos de bolsa de protección, que ganan los juegos destruyendo defensivas desde el backfield.
Los nombres los conocemos todos: Starr, Bradshaw, Montana, Aikman, Manning (Eli y Peyton) y, por supuesto, Brady. Todos ellos se combinan para 23 títulos del Super Bowl y todos ellos ganaron exclusivamente gracias a la fuerza y precisión de su brazo derecho. En nueve apariciones en el Super Bowl, Brady suma 30 yardas por tierra.
Sólo dos quarterbacks afroamericanos han ganado un campeonato de la NFL desde 1966: Doug Williams (XXII) al final de la campaña 1987 y Russell Wilson (XLVIII) en febrero de 2014.
Pero en esta histórica y significativa temporada del centenario los tres principales candidatos a ser nombrados MVP son pasadores y los tres son afroamericanos: Wilson, Deshaun Watson y el gran favorito, Lamar Jackson.
Lo que ha hecho el electrizante quarterback de los Baltimore Ravens es increíble.
La noche del jueves rompió el récord de más yardas por tierra para un pasador en una campaña, que era de 1,039, impuesto por Michael Vick en 2006. Lamar ahora tiene 1,103 (quinto en la NFL este año), con un promedio de 6.9 yardas por acarreo y 7 touchdowns.
Y no es el qué, es el cómo. Jackson hace lo que nosotros hacemos cuando jugamos Madden; sus movimientos en el campo, los cambios de dirección, los giros, han humillado o mínimo hecho ver mal hasta a los mejores defensivos de la liga.
Es Mike Vick “tuneado” con un motor de Ferrari.
Y no es un quarterback-corredor más. En la paliza a los Jets, Jackson lanzó cinco pases de touchdown por tercera ocasión en la campaña, algo que sólo han hecho otros cinco pasadores en la historia. Tres de esos cinco, por cierto, fueron nombrados MVP.
¿Quieres otro dato irreal? Las tres veces que ha lanzado cinco envíos a las diagonales lo ha hecho en menos de 25 intentos, algo nunca antes visto en los anales de la NFL.
Lamar es líder de la liga con 33 touchdowns y tiene el segundo rating más alto (112.8), sólo detrás del sorpresivo Ryan Tannehill, con cinco juegos menos que Jackson.
¡Y apenas tiene 22 años!
Jackson y los Ravens son los grandes favoritos para representar a la AFC en el Super Bowl LIV en Miami. Y seguramente serán los favoritos el 2 de febrero, sin importar el rival.
Ganarlo no sería extraño, pero hacerlo más de una vez lo volvería único.
¿Podrá Jackson convertirse en el primero de una nueva estirpe de quarterbacks que domine la NFL?
Para que eso suceda, las ofensivas profesionales tendrían que mutar y convertirse en una réplica de lo que estos muchachos dominaron en el football colegial. Lo que Kyler Murray hacía y hoy hace Jalen Hurts en Oklahoma, o lo que Justin Fields hace en Ohio State.
El gran acierto de los Ravens fue adaptarse a Jackson y no al revés, como usualmente sucede en la NFL. La ofensiva en Baltimore está diseñada como un traje a la medida de las capacidades atléticas de Lamar, como pasador y corredor: la “Pistol” y el “RPO” (run-pass-option), que el coordinador ofensivo Greg Roman ya había trabajado con Colin Kaepernick en San Francisco hace algunos años.
¿Estamos presenciando el fin de una era de quarterbacks y el nacimiento de otra? ¿Podrán los Jackson, los Watson y los Murray convertirse en la nueva cara dominante de la NFL y ganar campeonatos como alguna vez lo hicieron los Manning, los Rodgers y los Brady?
La respuesta no la tendremos ni hoy, ni mañana ni en febrero.
Pero, si es el caso, entonces esta nueva generación ya tiene a su apóstol, y se llama Lamar Jackson.