Los Cowboys traicionan su identidad y pierden
En los cinco juegos más recientes Dallas ha corrido, en promedio, 22.5 ocasiones para 83.5 yardas y están 1-4 en esos partidos.
Correr el balón es uno de los componentes clave de los mejores equipos esta campaña.
Baltimore (1), San Francisco (2), Seattle (3), Buffalo (5), Minnesota (6), Houston (7) y Tennessee (8) son siete de los ocho equipos que más yardas por tierra promedian domingo a domingo. Es probable que a todos los veamos en Playoffs.
Los Dallas Cowboys (6-7) ocupan la novena posición al promediar 124.1 yardas por juego, pero en las cinco semanas más recientes el equipo de Jerry Jones ha abandonado la carrera y perdido la brújula.
En los ocho primeros juegos de la temporada, los Cowboys corrieron, en promedio, 30 veces por partido para 149.5 yardas. Su récord en ese lapso fue de 5-3.
En los cinco más recientes han corrido en 22.5 ocasiones para 83.5 yardas y están 1-4.
Es inexplicable por qué Dallas ha abandonado la carrera tan temprano en algunos partidos.
En Thanksgiving, por ejemplo, Ezekiel Elliott llevó el balón 8 veces para 56 yardas tan sólo en el primer cuarto, cuando Dallas ganaba 7-0. Los Cowboys le dieron el balón en cuatro ocasiones el resto del partido.
Algo similar pasó la otra noche en Chicago. En la primera mitad, “Zeke” tenía 13 acarreos y 72 yardas en los dos primeros periodos, cuando el juego estaba 17-7 en favor de los Bears. En la segunda mitad, sólo vimos seis carreras de Elliott.
En las siete derrotas hasta el momento, Dallas se ha visto abajo en el marcador por dos o más touchdowns en cuatro ocasiones, así que han abandonado la carrera por convicción, para transformarse en una ofensiva unidimensional, lo cual no es una buena idea.
Porque Dallas no es un equipo que pueda ganar exclusivamente con juego aéreo.
En seis juegos Dak Prescott ha pasado para 334 yardas o más; en esos partidos los Cowboys tienen marca de 2-4, incluidas las derrotas ante Buffalo y Chicago.
Y sólo me refiero a la ofensiva, porque es evidente que Dallas tiene problemas en las tres fases del juego, especialmente a la defensiva, que ha permitido 45% de conversiones en tercer down y le han anotado 11 touchdowns en 18 viajes a la zona roja en las cinco semanas más recientes. Y ni hablar de su pésimo tacleo.
Luego está Brett Maher, líder de la NFL con 10 goles de campo fallados, incluidos cuatro entre 40 y 49 yardas.
“Siempre evaluamos lo que estamos haciendo en las tres fases del juego, es lo primero que hacemos como entrenadores”, dijo el todavía coach de los Cowboys, Jason Garrett, en un programa de radio, un día después de la derrota en Chicago. “Tratamos de poner a nuestros jugadores en la posición correcta. ¿Nos gusta esta llamada?, ¿nos gusta esta jugada? Desde un nivel macro, ¿preparamos este juego correctamente? Es lo primero que hacemos. Y luego vamos al detalle y evaluamos al jugador y vemos si puede hacer lo que le pedimos que hiciera. Y si lo hace y funciona, OK. Y si no funciona, nos preguntamos por qué, si es porque no somos capaces de hacerlo o porque no lo practicamos lo suficiente. Esas son las preguntas que nos hacemos semana a semana para tratar de mejorar”.
Bueno, señor Garrett, es obvio que no está funcionando.
Dallas pelea con Philadelphia el título de la División Este de la NFC y cierra la campaña con juegos ante Rams, Eagles y Washington.
La de los Redskins es una de las peores defensas contra la carrera, pero Los Angeles (2) y Philadelphia (1) sólo han permitido 100 yardas tres veces en los cinco juegos más recientes.
¿Qué van a hacer Garrett y su joven coordinador ofensivo, Matt Moore?
A mitad de la temporada, la impresión era que la nueva identidad de los Cowboys era el ataque aéreo, pero en semanas recientes no ha sido el caso. Prescott no ha completado ni el 60 por ciento de sus envíos en los últimos dos.
Correr sigue siendo su mejor opción.
Pero Dallas tiene que jugar football complementario, y si la defensa no ayuda, tampoco lo hará la ofensiva.
How ‘bout them Cowboys?