Lamar Jackson y la doble amenaza
Las semanas transcurren y el fenómeno crece. Mientras sus rivales son aplastantemente superados, humillados sin importar nombre o procedencia, el fenómeno entra a fase de madurez y consolidación, dejando al resto de la NFL sin posibilidad de contener asombro y admiración.
El lunes por la noche el fenómeno Lamar Jackson y sus Baltimore Ravens, le metieron 45 puntos al campeón defensor de la Conferencia Nacional, aderezados de 485 yardas totales, 285 de ellas por tierra, y la joya de la corona fueron los 5 pases de touchdown que lanzó el “quarterback corredor”, al que muchos criticaban porque no sabía lanzar el balón.
Desconozco si en el pasado había ocurrido, pero al aplastar a los Rams los Ravens consumaron la limpia de los dos equipos del pasado Super Bowl. ¿Ha ocurrido esto en el pasado?
Hace cuatro semanas le tocó a los campeones Patriots, con todo y Tom Brady, cuya dosis fue, 37 puntos, 210 yardas por tierra, dos anotaciones del fenómeno Lamar.
No más a las comparaciones entre Lamar Jackson y Michael Vick, por favor.
Hace algunas semanas escribí en este espacio sobre el reto de este fenómeno para no ser una nueva versión de Vick. Hoy le puedo decir que cada partido que Lamar y sus Ravens juegan, se alejan más de esa comparación.
Vick fue, efectivamente, un fenómeno. Sorprendió a la liga con su estilo de juego. Fue el primero, y todavía único quarterback, que ha corrido para mil yardas. Pero no ganó nada, absolutamente nada. Su carrera quedó marcada por su sentencia a dos en prisión, y haberse declarado en bancarrota pese a haber firmado dos veces contratos por más de 100 millones de dólares. Ese es el triste legado de Vick.
Después del 45-6 a Los Angeles Rams, Lamar amaneció líder de la liga en pases de touchdown, con 24. Atención con ese dato, líder de la liga en pases de touchdown. Más que Patrick Mahomes, más que Tom Brady, Aaron Rodgers, Drew Brees, y todos. Esto es algo que jamás logró, ni remotamente, Michael Vick, cuya mejor temporada en pases de touchdown fue el 2010, con 21.
Lo que estamos viendo es todo un proyecto, genialmente diseñado por el Gerente General Ozzie Newsome, justo antes de su retiro, y magistralmente ejecutado por el coach John Harbaugh.
Los Ravens son un equipo que gana corriendo el balón, algo que jamás en la vida había visto. Ellos están diseñados para correr el balón y con ello, el pase con engaño de carrera hace a Lamar Jackson indefendible.
El lunes le corrieron 285 yardas a los Rams, una semana antes 256 a los Texans, 136 a Cincinnati, 210 a los Pats, 199 a Seahawks, 269 a Cincinnati, etc. Este equipo está diseñado para correr el balón porque tiene un atleta fabuloso jugando de quarterback, cuya habilidad lanzando el balón lo convierte en la mayor y más temida doble amenaza que la NFL tiene.
En el futbol americano el pase funciona mejor, cuando viene de un engaño de carrera. Y este engaño tiene mayor efecto cuando más dominante sea tu juego terrestre.
Nadie corre la bola mejor que los Ravens, por consecuencia nadie pasa mejor el balón que ellos. Son la mejor doble amenaza que ha existido en la NFL.