A Tom Brady no le encanta el nuevo casco y se aguanta
Los nuevos requerimientos de seguridad en los cascos han forzado a algunos jugadores a cambiar de modelo, aunque, claro, no todos reaccionan igual.
En este mundo hay dos tipos de personas, los que cumplen las reglas y se adaptan y los que hacen berrinche cuando las cosas no les gustan. Tom Brady es parte del primer grupo, Antonio Brown del segundo.
Mientras el controversial wide receiver de los Oakland Raiders amenazó con retirarse del football o, en el mejor de los casos, presentar una denuncia que responsabilice a la liga de cualquier lesión en la cabeza como resultado del nuevo casco que está obligado a utilizar, Tom Brady se apega a la fórmula que lo ha llevado a la cima de la NFL: Disciplina y adaptación.
“He estado experimentando con un par de modelos, y realmente no me encanta el que traigo, pero la realidad es que no tengo mucha más opción, así que estoy haciendo lo mejor que puedo por trabajar con él”, dijo Brady en una entrevista radiofónica con WEEI.
Brady y Brown son solo algunos de los jugadores que se han visto obligados a desechar su antiguo casco debido a los nuevos requerimientos de seguridad ─establecidos en el contrato colectivo de trabajo─ y que convirtieron algunos modelos previos en obsoletos e inseguros, sin importar que tan cómodos fueran.
La respuesta de Brady no solo es la correcta, sino que también es congruente con la personalidad y disciplina que ha mostrado durante toda su carrera, convirtiéndose en el quarterback más galardonado de la historia. Y miren que Brady tiene buenos motivos para aferrarse a su antiguo casco. Pero no lo hará.
“Con mi último casco gané cuatro Super Bowls, así que era un casco fenomenal, y odio ponerlo en una repisa, pero fue lo que me pidieron que hiciera, así que lo hago y trabajo con algo más”, declaró.
Brown, por su parte, nunca ha ganado nada que no sean dólares con su viejo casco del que se niega a desprenderse como niño a su frazada. Sin embargo, algo tan banal como un casco y tan importante como la seguridad refleja las prioridades de estos dos. Brady sigue jugando por amor y gloria. Brown por dinero.
Ambos tienen lo que quieren, pero uno quiere más. Mientras el otro está dispuesto a marcharse por una pequeñez. Tal vez su viejo casco no era tan seguro después de todo, porque evidentemente Antonio Brown está perdiendo la razón.