Los otros 'partidos' de USWNT: paridad de genero, derechos LBGTI.
La Selección Femenina de Estados Unidos trasciende los campos de juego y enarbola un intenso activismo político en distintas causas.

MUNDIAL FEMENINO 2019

Los otros 'partidos' de USWNT: paridad de genero, derechos LBGTI.

La Selección Femenina de Estados Unidos trasciende los campos de juego y enarbola un intenso activismo político en distintas causas.

"Deseo que este país pueda unirse y salir adelante. Deseo que podamos inspirar a la gente a través de nuestro deporte y de lo que defendemos", expresó Adrianna Franch, portera de la Selección de Estados Unidos que buscará defender su corona de campeona mundial y sus ideales político-sociales en Francia. Y es que USWNT es más que un equipo, en referencia del eslogan FC Barcelona. Es activismo, dignidad, alzar la voz, orgullo y representación, inspiración y modelo de vida. La Selección que comanda en los banquillos Jill Ellis está plenamente consciente de su posición, del poderío mediático que le han conferido los éxitos, del megáfono que tiene a la mano para denunciar las injusticias que no solo les competen a sus integrantes, sino a una sociedad tan plural, variopinta y polarizada como la estadounidense. Suya han hecho la causa por la igualdad de género, en un furioso alegato contra US Soccer en exigencia de que los pagos por primas y salarios deberían equivaler a los que reciben los integrantes del equipo nacional masculino. Y en la conversación también han entrado los derechos LGBTI+-, la libertad de expresión y la oposición frontal al proyecto político del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. USWNT juega en la cancha para que su mensaje se expanda fuera de ella.

En antaño, la Selección de Kristine Lilly, Mia Hamm, Michelle Ackers, campeona mundial en 1999, impulsó, tácitamente, un debate sobre los roles establecidos en la sociedad estadounidense, que comúnmente suele asociar el fútbol con la feminidad y reserva otros deportes como el béisbol o el fútbol americano a la masculinidad. Mia Hamm, una de las primeras estrellas de calibre mundial del balompié femenino, considerada de facto como la mejor jugadora de los tiempos, ha abogado, desde su época en activo (1987-2004), para que el fútbol femenil goce del mismo impulso e interés mercadológico, político y mediático que su contraparte masculina. Hamm siempre consideró el desfase como un asunto de trasfondo, de roles, un cambio de paradigma, más que de mera voluntad: "Ahora hay mujeres en posiciones muy altas en las 500 compañías más importantes del mundo y podrían aportar algo de su tiempo en deporte organizado y realmente marcar una diferencia y tener un impacto en la vida de las niñas para que tengan más confianza en jugar", conminó en una entrevista con la revista Time en 2014.

Las actuales seleccionadas han recogido el testigo. Megan Rapinoe, Alex Morgan y Carli Lloyd, eternas candidatas al Balón de Oro, también firman la demanda contra US Soccer por discriminación de género sistmética, en la que reclaman una estructura de pago idéntica en comparación a la Selección varonil; para muestra, un botón: el salario de Ellis y Berhalter (coach de USMNT) debería ser el mismo, sin distingo alguno. Y más que los pagos inequitativos por realizar labores similares bajo el mismo empleador, el proceso judicial, que está en discusión en una corte federal en Los Ángeles, también exige un trato igualitario: mejores condiciones de entrenamiento y viajes (ellos vuelan en primera clase; ellas, en turista), mayor difusión de los partidos, igualar el costo de los boletos y la reestructuración del modelo de distribución de las utilidades generadas.

La futbolista estadounidense en conferencia de prensa ante los medios de comunicación
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Megan RapinoeLa futbolista estadounidense en conferencia de prensa ante los medios de comunicación

“Creo que la igualdad para todos requiere que la gente que tiene poder ahora ceda un poco, lo cual, creo es bueno para todos. Pero algunas personas no quieren ceder ello, así que harán de todo para mantener las cosas como están", espetó Rapinoe en una rueda de prensa en Nueva York a finales de mayo, previa al viaje de USWNT con rumbo a Francia para disputar la Copa del Mundo. La misma Jill Ellis se ha posicionado a favor de sus dirigidas y su reclamo. "Soy una mujer. Tengo una hija y las entiendo", declaró citada por el portal ProSoccer. No solo el derecho per sé a la igualdad ha motivado a las seleccionadas a lanzar el órdago, sino la meritocracia. Si un equipo nacional ha brindado resultados año con año, campeonato a campeonato, gobernado con puño de hierro sus dominios, esa ha sido la Selección Femenina Estadounidense: tricampeona mundial y cuatro medallas de oro olímpicas abren su lustrosa vitrina. "A la luz de nuestro éxito incomparable, es una lástima que sigamos peleando por un tratamiento que refleje lo que hemos conseguido y nuestras contribuciones al deporte", declaró Lloyd.

La denuncia ha encontrado resonancia en otras latitudes. Las seleccionadas nigerianas protestaron sentadas en un hotel para exigir los bonos prometidos después de ganar el campeonato africano el año pasado. Las irlandesas amenazaron con una huelga si las condiciones no mejoraban, pues acusaban que debían usar baños públicos como vestidores. Las noruegas ganaron el pago equitativo ante su Federación. "Merecemos lo mismo por nuestro trabajo, sin importar nuestro género", defendió entonces Alex Morgan, quien también criticó la calendarización de las finales de la Copa Oro de la Concacaf y de la Copa América el mismo día (7 de julio) que la final del Mundial de Francia: “Es un poco ridículo tener otras dos finales el mismo día. Me encantaría ver que tengamos un día para nosotras”. Aún entre los visos de apertura y evolución, el fútbol femenino aún tiene que abrirse camino.

Activismo político

Rapinoe fue una de las primeras figuras públicas en imitar y apoyar la protesta del entonces quarterback de los San Francsico 49ers de la NFL, Colin Kaepernick. La delantera puso rodilla en tierra durante la interpretación del himno nacional estadounidense durante un partido de la National Women's Soccer League entre Seattle Reign y Chicago Red Stars en 2016. Fue un guiño de apoyo al mariscal de campo, quien convirtió el mismo gesto en una protesta de calado internacional, ampliamente divisoria y difundida a través de los medios de comunicación: con el poder de una rodilla, Kaepernick llevó el abuso policial en contra de los afroamericanos y los límites de la libertad de expresión a la cima de la discusión nacional. El tema llegó, incluso, a la oficina de la presidencia; Donald Trump se refirió en numerosas ocasiones a Kaepernick como un 'anti-patriota' y utilizó la diatriba para movilizar a su base política en defensa del nacionalismo y las fuerzas del orden, según su perspectiva."Ha sido lamentable la forma en la que ha sido tratado y la forma en la que los medios lo han cubierto. Tenemos que ser más reflexivos sobre los problemas raciales en nuestro país", defendió Rapinoe, quien meses después repitió la crítica durante un partido de la Selección.

La atacante, además, es una portavoz de los derechos de la comunidad LGBTI+-, al igual que Ashlyn Harris y Ali Krieger, portera y defensa, respectivamente, quienes se han comprometido a matrimonio antes de disputar, juntas, el Mundial en Francia. Las leyes anti-aborto en Alabama también son sustancia. "Es regresión e ir hacia atrás. Tenemos que continuar trabajando. No va a ser un camino fácil para nosotras, nunca lo ha sido por generaciones; estamos acostumbradas. Es lo que nos hace fuertes, mujeres fuertes", aseveró Harris en una rueda de prensa previa a la Copa, secundada por Alex Morgan en una entrevista publicada la semana pasada en Time: "Hay muchas cuestiones que son más importantes que el fútbol en el mundo de hoy en día y definitivamente las leyes anti-aborto son una de ellas. Y no es algo en lo que estoy de acuerdo", refrendó la actual jugadora del Orlando Pride.

Más que un equipo. Alex Morgan sintetiza el cariz progresista y activista de la Selección campeona del mundo. "Tenemos una gran plataforma para usar nuestras voces. Y justo ahora, todos los ojos están sobre nosotros", aseguró la finalista por el Balón de Oro en 2012 en la charla en Time en la que refrendó su negativa a acudir a la Casa Blanca de Trump en caso de que USWNT repita el campeonato mundial: "No defiendo muchas cosas que la actual presidencia sí". De hecho, la administración Trump ha encontrado en Morgan a una de sus más feroces críticas, junto con Rapinoe: "Ojalá el periodo dure cuatro años. Tenemos que pelear contra eso. Todos tenemos que mirarnos en el espejo para saber por qué pasó y confiar en que no pase de nuevo", explicó Rapinoe después de la elección presidencial que consagró a Trump en 2016. Las jugadoras de USWNT no pasan de puntillas sobre los temas relevantes y complejos. Su posición es clara y el mensaje, también. Mientras las ruedas de prensa de USWNT se han convertido en auténticos alegatos políticos más que en disertaciones tácticas, el equipo está a la vanguardia en la lucha por los derechos humanos. En Francia, no solo jugarán sobre el campo; su mensaje llegará aún más lejos. "Hay mujeres que han pavimentado el camino para que esté aquí en frente de ustedes y es muy trabajo y mi deber seguir empujando los límites por la igualdad en todos los espectros", resume Harris. El partido más importante sigue después del silbatazo final.

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