El gobierno de Trump cancelaría un acuerdo entre MLB y Cuba
El pacto entre las Grandes Ligas y la Federación Cubana de Béisbol permite a jugadores isleños enrolarse en equipos estadounidenses sin desertar de su país.
Uno de los pilares del deshielo de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, desencadenado por los gobiernos de Barack Obama y Raúl Castro en 2014, converge al mundo del deporte. En el marco del acercamiento entre ambos países, coronado por la visita del mandatario estadounidense a la isla en abril de 2016 y su asistencia en el Estadio Latinoamericano, acompañado del líder cubano, para disfrutar de un encuentro de béisbol entre los Tampa Rays y un seleccionado del país caribeño, la (MLB) firmó un acuerdo con la Federación local que daría a jugadores cubanos la oportunidad de participar en la máxima liga de béisbol del planeta sin necesidad de abandonar su nación ilegalmente. Sin embargo, la administración del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, se ha planteado finalizar el acuerdo de forma unilateral, según informa Miami Herald.
Uno de los principales críticos del pacto es el senador por Florida, Marco Rubio, hijo inmigrantes cubanos: "Es ilegal e inmoral. “Este acuerdo, que favorece a un solo lado, solo enriquecerá al régimen y explotará al pueblo cubano", espetó en palabras concedidas a McClatchy. La única forma en la que el gobierno federal pueda cancelar legalmente la alianza, que aún no ha sido puesta en marcha, es mediante un proceso liderado por el Departamento de Estado. La administración Obama consiguió una licencia de la Oficina de Control de Activos Extranjeros, bajo la jurisdicción del Departamento del Tesoro, que legaliza cualquier movimiento monetario con la Federación Cubana, en tanto es una organización que radica en una nación aislada comercialmente por la Unión Americana. Sin embargo, el Departamento del Tesoro no puede revocar la licencia unilateralmente, sino que necesita de la instrucción de la oficina comandada por el secretario de Estado Mike Pompeo.
El gobierno de Obama siempre ha defendido que la Federación Cubana de Béisbol no es un organismo de Estado y no está bajo el control del régimen socialista que gobierna la isla desde la década de los 50; antes, bajo la tutela de Fidel y Raúl Castro y hoy, en poder de Miguel Díaz-Canel. Por ende, en la lógica de la anterior administración, el acuerdo es legítimo y supera legalmente el embargo comercial. Pero la presidencia de Trump ya ha mostrado las intenciones: "Quienes se quieran beneficiar de negocios en Cuba deben estar al tanto de que la administración tomará acciones para apoyar los derechos humanos y las restricciones del régimen cubano", aseguró una fuente oficial no identificada al Herald.
El acuerdo es aplicable exclusivamente a jugadores cubanos de 25 años en adelante, con más de seis años de experiencia en la Serie Nacional de Béisbol (el torneo nacional de mayor relieve en la isla). La MLB facilita a los peloteros escogidos para iniciar un trámite especial que les otorgue su respectiva visa de trabajo y permiso de residencia. De esta forma, se evitaría que los jugadores deserten de su país vía marítima, con los peligros que ellos implica. Al terminar su inclusión en el mercado de las Grandes Ligas, podrán emplearse como 'agentes libres', a disposición de cualquier equipo. En la MLB, no hay conocimiento de una conjura del gobierno federal para cancelar del acuerdo: "El mensaje que tienen las Grandes Ligas es que la administración no tienen ningún problema", aseguró a McClatchy Dan Halem, comisionado adjunto y oficial legal de la MLB. Una disputa USA-Cuba con el beísbol como escenario y víctima está por comenzar.