Fin de la historia: Adiós Le’Veon Bell y buena suerte en 2019
La etapa del explosivo corredor en Pittsburgh llega a su anticipado final tras una serie de decisiones polémicas. Oklahoma vs LSU en vivo y en directo: Peach Bowl, NCAA
Se cumplió el plazo y, tal como se esperaba, Le’Veon Bell jamás cruzó por la puerta de las instalaciones de los Pittsburgh Steelers, poniendo fin a una tormentosa relación de cinco años.
Desde hace tiempo sabíamos que este momento iba a llegar. Si no iba a jugar por 14.5 millones de dólares, supuestamente para cuidar su cuerpo para la inminente agencia libre, no lo iba a hacer por cinco. Visto desde el punto de vista empresarial, tiene mucho sentido y, evidentemente, lo único que hay en la mente de Bell son signos de dólares.
Signos de dólares lo suficientemente grandes como para mandar al diablo todo lo demás. No le importó enviar un mensaje que muchos al interior del vestuario de los Steelers consideraron como una traición. Mucho menos malgastar lo que tal vez sea la mejor oportunidad de su carrera de aspirar a un campeonato (¿entonces para qué juega?). Mucho menos le importó cimentar una reputación de jugador egoísta que podría ser factor en su inminente agencia libre.
Pero una de las principales virtudes de Bell dentro del terreno de juego siempre fue su paciencia, y le redituó. Ahora espera obtener los mismos resultados en la mesa de negociaciones
Posiblemente así sea.
Aunque en la liga está “estrictamente” prohibido hablar con agentes libres potenciales antes de de cierta fecha, todos sabemos que esa es una de las reglas más ignoradas del mundo, solo después de “no sople al cartucho de Nintendo”. Solo así se pueden explicar la oleada de fichajes en los primeros 10 minutos de la agencia libre, lo que vemos cada año.
Ahora, una vez que quitamos la posibilidad de “tampering” de la mesa, es muy posible que el agente de Le’Veon Bell ya tenga una oferta en principio de un equipo con suficiente espacio en la nómina para cumplir con las aspiraciones económicas de Bell, facilitándole la decisión de no jugar.
Dicho equipo no solo debe tener los dólares suficientes para complacer a Bell, sino que también debe estar lo suficientemente desesperado como para ignorar el hecho de que Bell no juega por campeonatos, juega por dinero; que la actuación de James Conner evidenció que los números de Bell no son talento puro; y el hecho de adquirir a un jugador que viene de parar un año y podría afectarle el rendimiento considerando que ya tiene un historial de lesiones.
Bell apostó a que sería irremplazable para permanecer en Pittsburgh y perdió esa apuesta. Pero también conoce bien su mercado. Saben que siempre habrá alguien dispuesto a pagar. Lo más probable es que ese equipo esté en reconstrucción y que no esté rodeado del mismo talento. Pero mientras tenga sus millones en el banco, lo demás es lo de menos.