La polémica arbitral marcó el tramo final del encuentro entre el Barcelona y el Alavés. Después de que Piqué desviara el balón con la mano en el primer gol azulgrana y de que el asistente de Iglesias Villanueva no viera fuera de juego de Alcácer en la jugada previa a la falta que supondría el 2-1 de Messi, Luis Suárez le pegó una patada en la ingle a Duarte cuando Sergi Roberto se disponía a sacar un córner que no fue sancionada.
Instantes después, en el minuto 88, el Alavés reclamó penalti por mano de Umtiti a disparo de Munir dentro del área. El delantero vitoriano, dentro del área, remató a puerta y el balón le pegó claramente en la mano derecha del central del Barça. Sin embargo, Iglesias Villanueva no consideró punible la acción. Iturralde González, árbitro de As y de Carrusel Deportivo, sentenció que no era mano de Umitit puesto que “la mano la tiene abajo y en una posición natural. Además, el disparo de Munir es muy cercano y no le da tiempo a reaccionar”. Una vez finalizado el encuentro, los jugadores del Alavés, visiblemente enfadados, se quejaron a Iglesias Villanueva antes de marcharse a los vestuarios.
