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Aaron Rodgers: nadie se atreve a nombrar a la bicha

Hoy es 11 de diciembre, quedan tres jornadas de la NFL, los Green Bay Packers tienen un récord 7-6 y están a tres partidos de la cabeza de su división y a uno de los puestos de wild card.

Y Rodgers está a punto de volver.

¿A qué acojona?

Los Packers, sí, ese equipo espantoso que solo ha ganado tres de sus últimos ocho partidos con Hundley como quarterback, que parece descompuesto, impotente, y que necesita del tiempo extra para ganar a unos Browns que llevan un rosco lirondo en su lista de victorias, están a punto de sembrar el pánico en toda la conferencia Nacional, y en la Americana por contagio.

Sí, porque Rodgers está a punto de volver. Y todos sabemos que da lo mismo si cuando él está tras el center el resto del ataque los Packers lo forman Blancanieves y los Siete Enanitos.

Para empezar, en Carolina ya se han puesto la venda antes de tener la herida, y Ron Rivera ha dejado claro que no le importa saber quién será el quarterback de su rival el próximo domingo. Es más, según el entrenador, están trabajando ya asumiendo que el quarterback de los Packers será Aaron Rodgers. Y le ha faltado añadir que sabe que escupirá fuego por la boca y le saldrán rayos por los ojos.

Y claro, como os habrá pasado a casi todos, me ha faltado tiempo para ir a un simulador de playoff, hacer cientos de combinaciones y confirmar que no es tan complicado que los Packers se metan en playoffs. Y aunque el título de división ya no parece a su alcance, Rodgers solo necesita un pequeña puerta abierta en la wild card para poner la NFL patas arriba y amargarle el turrón al personal; que tantos meses haciendo excursiones con su perro y aguantando a Clay Matthews en la habitación de al lado han servido para despejarle la mente y tenerle muy enfadado. Ya sé que algunos pensáis que un quarterback enfadado no juega mucho mejor, pero yo no querría que mi equipo se enfrentara a Rodgers con ganas de pelea. Vamos, incluso de aterrorizaría si saltara a un emparrillado dispuesto a firmar la paz.

Así que vosotros diréis lo que queráis, y seguro que a día de hoy tenéis la intención de ver cualquier partido de la semana 15 excepto el Panthers vs Packers que se jugará en Carolina, pero yo lo tengo muy claro, solo tendré ojos para ese estadio. Como el que espera el Armagedón sentado en la orilla de una playa, como el que se ha quedado sin frenos bajando las Siete Revueltas. Sabiendo que una vez puestas en funcionamiento las siete plagas, ya no hay marcha atrás, y somos los demás los que tenemos que empezar a rezar Hail Marys.

Porque quién va a ser capaz de frenar a ese señor si vuelve con sonrisa socarrona. ¿Los Eagles sin Wentz? ¿Los Vikings con Keenum? ¿Los Rams de Goff? ¿Los Saints de Ingram y Kamara? ¿Los Seahawks sin ‘Legion’?... ¡¡Hay Dios mío!!

Para empezar, Panthers, Vikings y Lions tienen la posibilidad de frenar la marabunta antes de que la gangrena se extienda hasta enero. Tres jornadas de temporada regular convertidas en anticipo de playoffs y pesadilla de Navidad.

Rodgers está a punto de volver.

¿A qué acojona?