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SERIES MUNDIALES | ASTROS-DODGERS

Astros ganan un increíble partido y están a una victoria del título


Yankees - Red Sox; tercer partido en vivo

Alex Bregman celebra la victoria de los Houston Astros tras impulsar la carrera del triunfo en entradas extra sobre los Dodgers.
TOM PENNINGTONAFP

Si pensábamos que después de lo presenciado en el segundo encuentro del Clásico del otoño lo habíamos visto todo, no podíamos estar más equivocados. Si creíamos que las segundas partes nunca son buenas, no caíamos en mayor error tras lo vivido entre Clayton Kershaw y Dallas Keuchel en el Dodger Stadium y su nueva entrega en el Minute Maid Park.

Porque todo eso y más, mucho más fue lo que aconteció en el último encuentro del año en Houston aunque la franquicia texana se sitúa a una victoria, solo una, de hacerse con su primer título en 55 años de existencia si son capaces de hacerse con un triunfo más en los dos partidos encuentros que se podrían jugar en Los Ángeles.

Sí, como están demostrándonos las Series Mundiales del 2017, el béisbol es el mejor deporte y no podemos encontrar un ejemplo mejor que lo vivido en el estado de la Estrella Solitaria y sí, otro más.

Una repetición fallida

Cuando se habla de Clayton Kershaw y Dallas Keuchel, por mucho que se tratase de la repetición del estreno del Clásico del otoño, sólo podemos esperar excelencia puesto que se tratan de dos fabulosos pitchers, que venían mostrando una gran línea de juego de cara a desequilibrar la balanza a favor de un equipo u otro antes del sexto encuentro ya de vuelta a Los Ángeles.

Salvo porque ninguno de los dos estuvo a la altura, claro.

Keuchel tuvo un horrible inicio de encuentro, situándose 3-0 abajo antes de que batease su equipo y protagonizando una de esas situaciones que bien podían marcar el devenir del choque, por mucho que los Astros jugasen en casa.

Los Dodgers iban a desperdiciar una ventaja de 4-0 a su favor mientras sacaban al zurdo del partido y en una situación así, Kershaw es inabordable, insuperable cuando le das esa clase de margen… excepto por el hecho que eso no sucedió, porque el largo parón en esa parte alta de la cuarta le sentaría fatal al texano a la hora de conceder una tras otra las cuatro carreras que tenía a su favor, y las tres últimas gracias al fabuloso home run de Yuli Gurriel.

Una constante montaña rusa de sensaciones

Sin embargo, si ese cambio de inercia bien podía situar a los Astros en posición ventajosa no iba a ser el caso en este partido, con tantos cambios de narrativa, puntos de inflexión, momentos para la euforia y la desesperación para los que nos faltan dedos en manos y pies.

Cody Bellinger situaría a los Dodgers una vez más por delante gracias a un home run de tres carreras al que respondería uno por parte de José Altuve contra Kenta Maeda y que finiquitaba la noche para Kershaw, incapaz de hacer una buena apertura tal como le sucedía a Keuchel.

El toma y daca iba a ser continuo en el partido sin importar quién estuviese sobre el montículo y el turno de bateo rival iba a encontrar el resquicio para anotar… una y otra vez. Los Dodgers volvían a adelantarse gracias a un triple de Cody Bellinger mal defendido por George Springer… al que le llegaría su momento de redención pocos minutos después para anotar la primera de las cuatro carreras de los Astros en la parte baja de la séptima contra un fundido Brandon Morrow y situar un 11-8 que parecía definitivo de cara a las dos últimas entradas.

Salvo porque no iba a ser el caso puesto que no dejamos de estar hablando de béisbol, ¿cierto?

Los angelinos volvían a apretar el marcador quemando todas sus naves, una tras otra sin miramientos de cara a vender muy cara su piel antes de que los Astros volviesen a situar el 12-9 gracias a un home run de Brian McCann para dejarlo todo listo en manos de Chris Devenski y los últimos tres outs.

Las dificultades vuelven a aparecer

Excepto por el hecho de que los interminables problemas a la hora de cerrar los partidos para el bullpen texano iban a tener otra pesadilla más, cediendo dos carreras más gracias a un home run de Yasiel Puig que establecía nuevo récord en esta categoría con 22 en Series Mundiales y solo en cinco partidos, reavivando el debate sobre la pelota que se había desatado horas antes sobre lo resbaladiza que estaba de acuerdo a lo comentado por los pitchers en la final.

Por supuesto, Chris Taylor no podía hacer otra cosa salvo empatar el encuentro ante el último strike para los Dodgers y situar el 12-12 en el marcador en otro encuentro loco, imprevisible, maravilloso y para el que ya nos habíamos quedado sin adjetivos para entonces ante lo que estábamos presenciando.

Las entradas extra tampoco iban a estar exentas de drama aunque no llegaban al nivel del segundo partido de la serie y aunque parezca mentira, algo de juego elaborado y cuya culminación iba a ser un single de Alex Bregman, rompía (al fin) el empate para permitir a los texanos viajar a Los Ángeles en la situación que deseaban, con Justin Verlander para un sexto encuentro que puede ser definitivo aunque Rich Hill y los Dodgers también tendrán mucho que decir.

Y tras lo visto a lo largo de los últimos días, el drama volverá a estar presente para determinar quién se proclama como campeón, porque este Clásico del otoño se merece un broche de ese calibre.