Miami Heat: construyendo sobre buena química
Los de Pat Riley fueron sensacionales la segunda mitad de la temporada pasada, y por esa continuidad apuestan. partido en vivo, NBA: Pacers vs Cavs
MIAMI HEAT
Entrenador: Erik Spoelstra.
Posible quinteto: Goran Dragic, Dion Waiters, Justise Winslow, James Johnson, Hassan Whiteside.
Otros jugadores importantes: Josh Richardson, Rodney McGruder, Kelly Olynyk, Udonis Haslem, Bam Adebayo.
Balance 2016-17: 41-41 (9º en el Este), fuera de playoff en el desempate con los Chicago Bulls.
Objetivo 2017-18: Playoffs.
La historia de este proyecto de los Miami Heat es muy curiosa. En toda liga americana o estás construyendo para ganar el título o estás en un proceso de demolición que te permita estar en ese punto en tres o cuatro años. Tras perder a LeBron James, Dwayne Wade y Chris Bosh, cada uno de ellos por muy diversas causas, pero todos de forma traumática, la reconstrucción profunda aparecía en el futuro de la franquicia.
El problema es que ni Pat Riley, mandamás absoluto de la organización en el ámbito deportivo, ni Erik Spoelstra, el entrenador jefe, tienen muy claro es de que hay que perder para luego ganar. Jamás lo han practicado y, aún en unas circunstancias tan adversas, se negaron a ello. Lo más llamativo del caso es que, quizás de forma inesperada incluso para ellos, la dinámica y la química del grupo les ha hecho saltarse ese paso de forma admirable. Y rápida.
Porque los Miami Heat de la segunda mitad de la temporada 2016-17 es una de las grandes historias de la competición. Tras tener un récord de 11-30, muy adecuado a sus expectativas, o a las expectativas que los demás teníamos de ellos, se marcaron un monumental 30-11 para concluir la campaña. No les permitió jugar en playoffs, pues perdieron en los criterios de desempate con los Chicago Bulls, pero dejaron claro que ahí se estaba construyendo algo importante.
Y en esa química, en ese 30-11, en esa sensación de buen equipo en general, se basan Riley y Spoelstra para afrontar este 2017-18 desde la ilusión. Ambos hombres, de los mejores en sus respectivos trabajos en la NBA, no han querido tocar en exceso la plantilla, salvo la chapa y pintura obligada de cada verano, y han decidido que tienen lo necesario para meterse de nuevo en los playoffs.
Su principal baza va a ser Goran Dragic. El base no sólo es el mejor jugador de la plantilla y viene de una de sus mejores temporadas, sintiéndose importante y líder, sino que ha completado un verano de ensueño con el oro que se ha colgado en el Eurobasket junto a su selección de Eslovenia. De ese torneo ha salido como MVP, lo que le eleva, como jugador, a unos niveles de confianza que no pueden sino hacer mucho bien a los Heat.
Continúan, así mismo, las apuestas de Dion Waiters o Hassan Whiteside, jugadores con evidentes lagunas y defectos, pero con ciertas virtudes que Spoelstra ha conseguido maximizar como era difícil imaginar.
Esa es la gran fuerza de este entrenador, la de sacar petroleo de donde aparentemente no hay mucho que extraer. McGruder, Richardson, el fichaje de Olynyk, James Johnson, la espera por Justise Winslow... todo son historias personales, individuales, que encajan con la idea de que en Miami les convertirán a todos en mejores como equipo. Ya lo han hecho antes y a eso aspiran este mismo año.