PREVIAS MLB 2017: CHICAGO WHITE SOX
Llega el momento de la reconstrucción profunda
El equipo ha iniciado un proceso de desmantelamiento absoluto que continuará a lo largo de la temporada con más traspasos y jóvenes promesas.
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Esta es la historia de un equipo que se pasó un trienio dudando sobre su ser, su esencia y su lugar en el mundo. Una historia de metafísica y meditación sobre uno mismo...
... bueno, no tranquilos, sigue siendo un artículo de una previa deportiva. Lo que sucede es que los Chicago White Sox llevaban un tiempo sin asumir la realidad. Ésta, tozuda, les indicaba que con la plantilla que tenían no podían aspirar a gran cosa, que en el mejor de los casos eran una franquicia que se iba a quedar en el 50% de victorias y, encima, en el lado malo de las mismas los años en los que las cosas no salieran del todo bien. Y, sin embargo, ellos erre que erre empeñados en intentar mejorar aquí y allá, en esperar un salto sustancial en alguno de sus jugadores.
Puede que el hecho de que sus vecinos del norte, los Chicago Cubs, al fin hayan conseguido el título de las World Series les sirviera para abrir los ojos del todo y asumir que era hora de sumergirse en una muy profunda reconstrucción. Una de esas que hacen daño sólo pensarlas, que atisban temporadas de 100 derrotas y te tiemblan las piernas y te dan ganas de abrazarte a tus seres queridos y susurrar “tranquilos, todo va a salir bien”.
Y puede que así sea. Pero antes ha de pasarse por la gran travesía por el desierto que se presenta delante de los White Sox.
Lo primero que han hecho ha sido traspasar a Chris Sale a los Boston Red Sox y a Adam Eaton a los Washington Nationals. Pero no serán los únicos. Los nombres de todos los veteranos, o todos aquellos con un valor de mercado alto y que no entren en los planes a futuro (largo) de la franquicia, saldrán en los rumores de traspasos más jugosos de la campaña. Casi se puede afirmar que José Quintana, Todd Frazier, Melky Cabrera o Derek Holland van a a ser ofrecidos a todos los contendientes a cambio de alguna de sus perlas de la cantera. Además, queda por saber si los Nationals acabarán el traspaso por el closer Robertson.
Porque los White Sox están acumulando mucho talento joven por explotar. En los dos movimientos estelares del mercado invernal, los citados Sale e Eaton, han conseguido una serie de promesas que han cambiado su sistema de formación de ser uno de los peores a convertirse en un top 10 con facilidad. Y sospecho que va a acabar el 2017 aún más arriba.
Así que, paciencia fans de los White Sox, aquí comienza un camino doloroso y lleno de derrotas. Será duro, pero era necesario para poder soñar con un futuro mucho mejor.
El detalle histórico
En una ciudad en la que se vive, se disfruta (y se sufre) el béisbol por los cuatro costados, los Chicago White Sox fueron los poseedores de una de las sequías más largas, una que duró un total de 88 años desde que los famosos ‘Black Sox’ amañaron el resultado de las Series Mundiales de 1919 frente a los Cincinnati Reds con el inmortal ‘Shoeless’ Joe Jackson, Eddie Ciccote y otros jugadores que no ofrecieron su mejor versión, aunque amenazar de muerte a sus familias también ayudó a que siguieran en el complot.
Las tres claves del equipo
1. Un gran trabajo durante la offseason. Las distintas operaciones para traspasar a Chris Sale y Adam Eaton han traído a algunas de las mejores promesas del béisbol, con especial atención a Yoan Moncada, Michael Kopech, Lucas Giolito y Reynaldo López. Un rescate digno de un rey.
2. La labor de reconstrucción no finalizada. Aunque uno podría pensar que se ha acabado el proceso, no es el caso ni de lejos. La lista es larga y puede traer más talentos a la organización, pero difícilmente conseguirán jóvenes de ese calibre... a no ser que traspasen a Quintana.
3. Un ataque que depende al 100% de Abreu y Frazier. Con la marcha de Adam Eaton a los Nationals, la presión en la ofensiva será para las esquinas en el infield, que no deja de ser gente con talento y trayectoria en las Grandes Ligas, que además pueden dar buenos jugadores a cambio.
Lo mejor
1. Quintana era de uno de los secretos mejor guardados de todo el béisbol hasta ahora.
2. Los talentos jóvenes que serán la base del proyecto de futuro, empezando en 2017.
3. La nula presión que tiene el club, que viene bien para la larga travesía por el desierto.
Lo peor
1. El ataque es desolador más allá de Abreu, Frazier y un poco Cabrera.
2. La rotación pierde mucho nivel tras José Quintana, pero Rodón puede sorprender.
3. La escasa ilusión que despierta el grupo actual, aunque se acercan tiempos mejores.