LeBron James (32+7+17) fuerza la prórroga con un milagro; Irving decide el partido del año
Ambos, junto con un grandísimo Kevin Love, dieron el triunfo a los Cavs para acabar con la imbatibilidad de los Wizards en Washington.
El calendario 6 de febrero, pero a juzgar por lo vivido esta madrugada en el Verizon Center, parecía que nos encontrásemos a finales de mayo decidiendo el campeón de la Conferencia Este. No es exagerado decir que acabamos de presenciar uno de los partidos de la temporada. Emoción, igualdad, cambios constantes en el marcador, canastas inverosímiles, una prórroga y varias actuaciones individuales paran quitarse el sombrero. Estos son sólo algunos de los platos estrellas del menú que nos deparó el espectacular triunfo de los Cavaliers sobre los Wizards (135-140).
Los capitalinos tenían el partido en su mano. John Wall anotó dos tiros libres a falta de 3,4 segundos para la conclusión que ponía el 120-117 en el marcador. Cleveland no tenía tiempos muertos, así que Kevin Love (o Tom Brady disfrazado de jugador de baloncesto) sacó desde la línea de fondo para servir un pase de más de 30 metros medido para LeBron James (32+7+17). Este capturó el balón, dio un bote, se giró y desde el banquillo de los Wizards clavó un triple con Bradley Beal encima para la posteridad. El espectáculo tenía que continuar. Así que en el tiempo extra, con 'King' James eliminado por personales por quinta vez en su carrera, Kyrie Irving entró en trance para decidir un monumento al baloncesto.
Heroico LeBron
Grosso modo, este es el resumen de lo acontecido. Aunque hay más, muchas cosas más que destacar. Si les parece, comencemos con LeBron. Pese a sus 6 pérdidas, 2/5 en tiros libres o el par de bandejas erradas cuando el duelo agonizaba (una de ellas clarísima, tras unos pasos aún más claros que no se señalaron), volvió a demostrar por enésima vez que es uno de esos jugadores únicos que vienen al mundo cada mucho. Firmó su récord personal de asistencias (17) para superar a Lenny Wilkens y convertirse en el decimotercero en la clasificación histórica. Además con sus dos robos se cuela en el Top-20 de los máximos ladrones de todos los tiempos, dejando para ello atrás a nada más y nada menos que Magic Johnson. Pero no son estos los datos más relevantes de destacar. Ni siquiera su tercer encuentro de al menos 30 puntos y 15 asistencias en su carrera. Nos tenemos que quedar con su liderazgo. Con su inhumana capacidad para llevar el peso del equipo sobre sus hombros. Llegó a los últimos 258 segundos del tiempo reglamentario sin lanzar un tiro de campo en prácticamente 10 minutos y con 20 tantos en su cuenta personal. Desde entonces firmó un espectacular 4/4 en triples (6/8 a lo largo de toda la noche) que coronó con el espectacular lanzamiento a tablero que forzó la prórroga. La primera vez en tres años que logra un tiro de tres puntos en los últimos 5 segundos para empatar o adelantar a su equipo. Hasta ayer lucía un 3-32 en este tipo de lanzamientos. Ahora ya son cuatro. Será muy difícil olvidarlo.
De Love al show final de Irving
La del de Akron no fue sólo la única actuación notable en las filas de los campeones. Tristan Thompson (22+12) protagonizó un duelo de jabatos con el polaco Gortat (16+8+3) en la pintura. Kyle Korver cumplió con el rol para el que se le trajo hace ya un mes: ser una amenaza exterior. Aunque si hubo alguien que se reivindicó en unos Cavs que parecen dejar atrás la cuesta de enero con tres victorias seguidas ese es Kevin Love (39+12+3+3 robos de balón). En plenos rumores de traspaso (algo que negaron tanto el propio Ty Lue como LeBron: "Lo que se dice es una basura"), el ala-pívot fue quien realmente sostuvo a los suyos durante los tres primeros cuartos. Después el '23' tomó el relevo y cuando este tuvo que abandonar el encuentro por faltas, Kyrie Irving despertó a tiempo. Se olvidó de su gris noche para ganar él solito en una prórroga en la que anotó 11 puntos para rescatar a los suyos cuando todo parecía perdido. Volvió a ser el demonio de las pasadas Finales: driblar con el balón como si jugara en la calle y convertir tiros decisivos como si estuviera en el patio de su casa.
Enormes Wizards
Cleveland se llevó un partido mayúsculo que rompe una racha de 17 triunfos consecutivos de los Wizards en su cancha. Lo que habla muy bien del equipo de Scott Brooks. Encajaron su tercera derrota en las últimas 17 citas, pero salieron muy reforzados. A día de hoy están capacitados para competir contra cualquiera en el Este. Y lo están porque cuentan con un John Wall cada día más líder y un Bradley Beal cada vez más completo y que no ha perdido ni un ápice de su instinto asesino (41 puntos, 5 rebotes y 8 asistencias anoche). Además, la dupla de estrellas cuenta con la regular aportación de un Otto Porter que ya demuestra porque fue el número 3 del draft 2013. Markieff Morris ha encontrado su lugar en la zona junto a Gortat y Kelly Oubre Jr. sale desde el banquillo para aportar. Tras un inicio de curso desalentador, la maquinaria de los magos está bien engrasada y lista para cualquier batalla. Lo acaban de demostrar en un partido de baloncesto maravilloso.