Final Conferencia Nacional NFL
Análisis del Falcons – Packers cuando ataque Green Bay
El ataque de los Packers se fundamenta en el juego aéreo. La proporción pases/carrera del equipo es desmedida en favor de los pases.
El 20 de noviembre, cuando la semana 11 de la NFL llegaba a su fin, los Green Bay Packers recibían 42 puntos de los Washington Redskins. El meneo fue tal, que los cimientos de la franquicia se tambalearon como hacía mucho que no se veía por el estado de Wisconsin. Era el cuarto encuentro consecutivo que terminaba con derrota. Una racha donde el que menos puntos hizo a los queseros fueron los Colts, quienes anotaron “solamente” 31 puntos. El record por aquella semana era de 4-6. Lejos quedaba el título de división y aún más lejos quedaban los playoffs. “Rodgers ya no es el mismo. Está fallón, descentrado, no se habla con su entrenador, el ataque es malo y la defensa apesta”, decían. Bueno, para ser sinceros, DECÍAMOS.
Ese mismo día, los Atlanta Falcons tenían su semana de descanso. Siete días antes, en la semana 10, habían visitado a los Eagles y solo pudieron anotar 15 puntos ante una de las defensas más duras que se habían encontrado hasta ese momento. Después de un buen inicio de temporada, los Falcons pasaban un periodo irregular, donde mezclaban derrotas y victorias. A pesar del 6-4 que marcaba su record, los focos dejaron de posarse en ellos y cayeron en el olvido. “Sí, atacan más o menos bien, pero no defienden. Y son muy jóvenes”, decían.
Ahora, cuando usted, querido lector, esté leyendo estas palabras, habrán pasado casi dos meses de estos hechos que les he relatado. Hoy, usted, yo, su amigo o el vecino del cuarto, estará hablando maravillas de ambos conjuntos. De sus QBs, de sus receptores, de sus líneas ofensivas, etc. Hasta alguno verá cosas positivas en ambas defensas. Porque las tienen, no muchas, pero algo hay.
En este mismo instante, usted sabe que estos dos equipos se van a disputar el pase al partido más extraordinario de un deporte de equipo. Un partido donde millones de personas se colocan delante de la televisión para ver uno de los espectáculos más maravillosos que tiene el deporte. Querido lector, los Green Bay Packers y los Atlanta Falcons son, hoy, los dos mejores equipos de la Conferencia Nacional. Lo pasado, pasado está.
ATAQUE DE PACKERS
Somos unos afortunados. Hay que decirlo porque es verdad. Tenemos la enorme suerte de ver jugar, durante 4 o 5 meses, cada semana, a Aaron Rodgers. El ataque de los Packers se fundamenta en el juego aéreo. La proporción pases/carrera del equipo es desmedida en favor de los pases. Sin embargo, esto no es un problema para un equipo que se ha acostumbrado a que sea así. De vez en cuando, aparecen los RBs para cerrar a una defensa que está loca, buscando agujeros que tapar, cuando Rodgers recibe el snap. Ty Montgomery es el RB titular, pero Ripkowski hace un trabajo extraordinario cuando se le requiere para acarrear el balón. Christine Michael no termina de entrar en la rotación, aunque no lo ha hecho mal en los pocos snaps que ha podido jugar. Fundamentalmente, y ante la baja de Lacy, Mike McCarthy hace jugar a los suyos con carreras zonales. En zona, a Montgomery, es donde mejor y más a gusto se le ve. Su explosividad, cuando tiene el balón en las manos, le permiten zafarse de algunos tackles y sus rápidos pies le permiten hacer cortes para buscar la ventana por donde pasar. Le vemos jugar mucho las inside zones o las split zones. Si consigue traspasar la línea de scrimmage, es complicado de parar a campo abierto. La mezcla de velocidad y potencia (baja muy bien su centro de gravedad) hacen que no sea fácil de derribar.
Con Ripkowski es al revés. Si le toca a él llevar el football, es normal ver formaciones con el backfield lleno, en Wing-T o formaciones old school con wingbacks (jugadores alineados una yarda por detrás de la LOS y que puedeN ser un RB, un WR o un TE). Cuando el FB corre, vemos leads blocks, pulls de los OLs y jugadas de poder. Mantiene muy bien protegido el balón y es capaz de ganar yardas extras a pesar de estar en contacto con el defensor. Si Green Bay quiere minimizar al ataque de los Falcons, debe hacerlo desde su propio ataque siendo capaz de correr. Aunque sea poco, pero debe quemar el reloj desde la carrera. Los Falcons es un equipo al que se le puede correr. Sus formaciones en la DL dejan, habitualmente, muy abierto a Beasley (9-tech) para atacar el pocket con su velocidad en el rush. Para ello, Dan Quinn juega con cuatro hombres en la caja, dejando a la secundaria en Cover-3. Las salidas al segundo nivel de los guards queseros jugaran un papel importante en el juego terrestre. Eliminar a Campbell y a Deion Jones de la ecuación será su misión.
Otra parte importante del juego terrestre es hacer creíble el play action. Para que haya un engaño, debe existir la posibilidad de carrera en el ataque. Si no puedes correr, el play action no te servirá de mucho. Los Falcons sufren cuando les mueves a sus linebackers. La Cover-3 base del equipo de Atlanta deja cuatro hombres en la zona underneath defendiendo las dos zonas flat y las dos hook. Sus linebackers no son buenos jugando en cobertura. Campbell tiene muchísimos problemas en las lecturas. Le vemos muchas veces cayendo a la flat y es Keanu Neal, el safety, quien ocupa la zona hook. Ahí es donde va a buscar Rodgers la ventaja.
Mediante el play action, y los roll-outs, Rodgers tiene que buscar las zonas débiles que deja la Cover-3. Innumerables veces vemos a los receptores queseros moverse por detrás de los linebackers buscando el lanzamiento. Las deep cross son una de las mejores armas que poseen ahora mismo y, estas rutas, son las que más daño pueden hacer. Ya sea tras play action o saliendo en shotgun. Green Bay debe tener formaciones en trips cada vez que se presente la oportunidad. Con esta formación, obligas al FS a bascular hacia un lado y a estar fijo por la amenaza de dos rutas profundas, dejando el otro lado abierto y poniendo en un situación complicada a un LB o al CB de esa zona.
Una de las posibilidades para la defensa de los Falcons es dificultar las lecturas de Rodgers antes del snap. Solemos ver a equipos que enmascaran defensas moviendo a sus safeties justo antes de que se inicie la jugada. Así, una Cover-2 se puede convertir en Cover-3, o Cover-1, bajando uno de los dos safeties a la caja nada más recibir el QB el balón. No me extrañaría que Dan Quinn quiera jugar a eso con Rodgers. Si Rodgers tiene una lectura sencilla, la magnífica línea ofensiva de los Packers le va a dar tiempo para leer al hombre abierto. El problema de este engaño es que Rodgers adivine tus intenciones. Cuando esto sucede, la primera opción del quarterback es buscar la go route de Davante Adams. El joven receptor está en un momento extraordinario. Le vemos jugar por todo el campo, buscando rutas profundas, medias o saliendo en slants cuando se aproxima el blitz y hay que soltar rápido el balón. Su progresión técnica ha sido descomunal.
Sin embargo, engañar al QB de los Packers, es complicado. Es más, es él quien puede devolverle la moneda a la defensa. Su cerebro identifica lo que propone la defensa en cuestión de segundos y, como tiene potestad para cambiar jugadas, asignaciones de la línea ofensiva e incluso para inventarse rutas nuevas (ya sabemos lo que pasó en ese último drive del Divisional), busca la mejor opción de todas las que tiene en ese momento en el emparrillado. Es común verle mover a su RB, a su TE o a sus WRs, antes del snap, para buscar el mismatch y desenmascarar a la defensa. Además, en situaciones de terceros downs es donde se ve todo su talento. En estos terceros downs, si la defensa está en individual, tiene dos claros objetivos (cuando Nelson no está). Uno de ellos es Davante Adams y el otro Jared Cook.
Defender a Rodgers es harto difícil ahora mismo. La semana pasada se hablaba de contener su juego aéreo mandando pocos hombres al rush. Había gente que pensaba que ir con tres hombres a presionar, y caer con ocho, dejaría menos espacios para los posibles pases del QB de California. Esto es un error. No puedes dejar a Aaron Rodgers que piense, que lea y que suelte el pase con facilidad. Su precisión, ahora mismo, es milimétrica. El ball placement de sus lanzamientos favorecen al receptor aunque el defensor esté pegado. Además, ya no sale del pocket como hacía a principios de año. Ahora se mantiene dentro sabiendo que su OL le va a proteger y no perderá posibles objetivos de pase por salir en scramble hacia un lado. Esta manera de defenderle es un suicidio. Le podrás parar alguna vez, pero, a la larga, te va a terminar quemando jugadores y esperanzas. Hay que presionar a los QBs. Eso es de primero de football americano. Un QB se tiene que sentir incómodo en el pocket, tiene que tener el aliento de la defensa detrás de él y tiene que recibir algún hit para que sus ojos no solo miren campo abajo.
Es fácil decirlo, pero complicado hacerlo. La línea ofensiva de los Packers es, junto con la de los Cowboys, la mejor en pass-protection. Aguantan segundos y segundos bloqueando defensores. En el partido de liga regular, los Falcons quisieron desafiar a los receptores de Green Bay y jugaron más defensas individuales de lo que es costumbre en ellos. Con cuatro hombres al rush, no vas a conseguir rendimiento aunque defiendas al hombre. Tienes que ser agresivo y mandar hombres a presionar. Arriesgado, pero siendo conservador, no paras al mejor jugador de la NFL.
Por último, la defensa de Falcons debe secar a Jared Cook si no quiere ver puntos en el marcador de los queseros. El tight end es el hombre clave de este ataque. Todo cogió sentido cuando salió de su lesión y empezó a jugar. La química entre Rodgers y él es excelente. Cuando las cosas se complican, él es el hombre al que Aaron manda el lanzamiento. Cook es un mismatch constante para la defensa. Es físicamente superior a sus emparejamientos. Aparte de su físico, su talento es innegable. Magnífico en el route running, capaz de ajustar su ruta al pase, pone el cuerpo por delante del receptor para evitar que el lanzamiento sea “bateado” y tiene unas manos extraordinarias.
McCarthy, cuando se enfrenta a defensas con un solo safety profundo, ya sea en individual o en zona, suele “aislar” a Cook en un lado, mientras que en el lado contrario se alinean tres receptores (otra vez la trip formation). Con esto consigues dejar a Cook frente a un DB con todo un lado libre. Mucho espacio para que el TE sea capaz de ganar separación por velocidad o por físico. Este es uno de los mismatch más favorable para Green Bay y que espero ver el domingo. Ningún CB de los Falcons puede defender a Cook en hombre a hombre, así que es posible que veamos a Neal en estas situaciones. Si es Neal el que se abre con Cook, la respuesta para Rodgers estará en el lado contrario, atacando a los LBs en cobertura.