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Mookie Betts se ha postulado como la opción más clara para el MVP en la Liga Americana, pero eso no significa que sea el mejor jugador.
Getty Images

Próxima a la culminación de la temporada regular de las grandes ligas, la lucha por el título de cada división y por adueñarse de los puestos de comodín de cada liga, ocupan la atracción más importante para los fanáticos y fuentes periodísticas que siguen la disciplina.

El término de la campaña también trae consigo una de las tareas más atractivas y controversiales en algunos casos de los miembros del BBWAA, seleccionar a los jugadores de mejor desempeño en la gran carpa en la presente campaña con los premios más reconocidos de este deporte.

Entre los premios que se otorgan se encuentran el de Manager del Año, Novato del Año, el Cy Young para el mejor lanzador en cada liga y el galardón considerado el de mayor prestigio a entregar: El premio Kenesaw Mountain Landis Most Valuable Player Award, (MVP) que es conferido al considerado el mejor jugador de la temporada en cada circuito.

Las votaciones de los miembros electores, deben ser consignadas al término de la temporada regular, en la presente temporada es el domingo 2 de octubre (a menos que haya juego extra), ello con la finalidad que no pueda influir en el criterio de los periodistas el desempeño que alguno de los candidatos pudiera tener si su equipo pasa a postemporada.

El MVP, es el reconocimiento de mayor antigüedad que se entrega para premiar a los jugadores de las mayores, siendo entregado de forma ininterrumpida por los miembros del BBWAA, desde el año 1931, cuando fuera conferido al lanzador zurdo de los Philadelphia Athletics Lefty Grove y al camarero Frankie Frisch perteneciente a los St. Louis Cardinals.

Previo a esta premiación, hubo antecedentes (premiaciones patrocinadas por empresas tales como el Chalmers Award) creadas con el fin de consagrar al jugador más valioso, siendo 1911 el primer año cuando Ty Cobb y Frank Schulte, de los Detroit Tigers y Chicago Cubs fueran premiado por la liga Americana y Liga Nacional respectivamente.

Hasta el presente el máximo ganador de premios MVP, es Barry Bonds quien lo obtuviera en 7 oportunidades, 2 vistiendo el uniforme de los Piratas de Pittsburgh y los 5 restantes con el uniforme de los Gigantes de San Francisco.

Desde siempre se ha presentado la controversia en relación con el criterio a tomase en cuenta para la elección del jugador que será galardonado con el MVP: ¿Se premia al mejor jugador de la temporada por sus estadísticas individuales o el criterio imperante debe ser la medida en la cual sus números contribuyeron a que su equipo lograse una campaña exitosa?

Frecuentemente ambas situaciones van de la mano y es común que el jugador designado más valioso forme parte de un equipo que acceda a las instancias finales del campeonato e inclusive participe de la serie mundial. En este orden de ideas, el 72,16% de los jugadores elegidos MVP desde 1969 año en el cual se instituyeron las divisiones y en consecuencia los playoffs, pertenecieron a escuadras que accedieron a la postemporada y de los 27 casos en los cuales el MVP no formó parte de algún equipo que jugara en octubre, solo en 2 casos jugaron para equipo con record perdedor: Cal Ripken en 1991 jugando para los Orioles con un récord 67-95 ocupantes del sótano de la división este del joven circuito y Andre Dawson quien recibiera el galardón jugando para los Chicago Cubs de 1987 que terminaron últimos en su división con una foja de 76-85.

Vistos estos antecedentes repasemos los candidatos más sonados al premio MVP de la presente campaña en ambas ligas empezando por la Liga Americana.

Varios son los nombres que saltan a la palestra tales como los miembros de los Medias Rojas de Boston, Mookie Betts y el favorito sentimental de muchos David Ortiz, el jugador de los Blue Jays Josh Donaldson, ganador del premio en 2015, el antesalista de los Baltimore Orioles Manny Machado, el campo corto de Cleveland Francisco Lindor, el venezolano José Altuve, el camarero de los Mellizos Brian Dozier, Kyle Seager de los Mariners Seattle y el sempiterno candidato al MVP y líder en WAR de las mayores Mike Trout.

En relación con los casos de Trout y Dozier en función de los antecedentes comentados, tendrían pocas posibilidades de hacerse con el premio, a pesar de sus extraordinarios logros ofensivos, que incluyen las 117 carreras anotadas y 108 impulsadas con 28 cuadrangulares y 10,2 de WAR del guardabosque de los serafines y los 42 vuelacercas y 99 remolcadas del jugador de Minnesota.

En una mejor posición para aspirar al galardón estarían Altuve ó Machado, incrementando sus acciones si sus divisas lograran pasar a la postemporada, mas allá de sus superlativos números ofensivos que implican un casi seguro título de bateo para el intermedista de los siderales y un WAR de 7,6 con su tercera temporada consecutiva con 200 o más imparables y de los guarismos del defensor de la antesala de las oropéndolas con 36 estacazos de vuelta entera, 93 remolcadas y con 6,8 victorias sobre reemplazo.

Ello nos conduce a los más fuertes candidatos que a mi parecer pueden alcanzar el MVP, al conjugarse un gran desempeño individual con el éxito de conjunto, de los candidatos comentados creo que Mooke Betts debe ser quien al final se erija el premio por su contribución superlativa a la escuadra de los patirrojos que incluye un promedio de bateo superior a 300, (.321 al momento de escribir el presente artículo), un WAR de 9,5, segundo escoltando a Mike Trout, más de 200 imparables, 45 dobles, 31 jonrones, 108 fletadas, 25 robos, cifras acumuladas al 23 de septiembre.

Sería el colofón dorado si el MVP fuera otorgado al quisqueyano David Ortiz, que presenta números extraordinarios en su campaña de despedida, quien para la fecha lidera las estadísticas de remolcadas (124), Slugging (.634) y OPS (1.040), con 37 cuadrangulares, sería el primer jugador que recibiera el MVP en su año de retiro (Sandy Koufax quedó segundo tras Roberto Clemente en 1966, año de última campaña), lamentablemente los antecedentes están en su contra por su condición de Bateador Designado sólo Don Baylor en 1979, recibió el premio jugando 65 de los 162 juegos en los que tomó parte, ocupando el DH.

Considero que Seager, Donaldson y Lindor, quedarán entre los más votados, pero sin poder alcanzar el puesto cimero que se traduzca en recibir el premio.

En la Liga Nacional, la disputa por el galardón MVP luce un poco más clara donde un par de jugadores de los Chicago Cubs, parece llevarse el favoritismo: Kris Bryant y Anthony Rizzo, también forman parte de los jugadores en la órbita del MVP, el antesalista de los Colorado Rockies Nolan Arenado, el lanzador de los Washington Max Scherzer, el campo corto de los Dodgers Corey Seager e inclusive el inicialista de los Atlanta Braves Freddie Freeman.

Las probabilidades de Freeman y de Arenado, tienen en contra los mismos argumentos expuestos cuando revisamos los casos de Trout y Dozier en el joven circuito, lamentablemente los 31 cuadrangulares y 85 empujadas con un WAR de 6,2 que hace del primera base de Atlanta la estrella solitaria de un club que toda la temporada ha ocupado el sótano de la división este de las Liga Nacional y los 40 homeruns y 129 empujadas, cifras topes en el viejo circuito, con un WAR de 6,3 hacen del antesalista de Colorado el mejor jugador ofensivo de su club y uno de los mejores de la liga además de ser el vigente dueño del Guante de Oro en la posición; no serán suficientes para ser acreditalos como MVP, por el discreto desempeño de sus equipos.

Mayores probabilidades tendrían el lanzador del equipo de la capital. Max Scherzer y el SS de los estibadores virtuales campeones de división con sus escuadras, Scherzer es el lanzador con mayor cantidad de triunfos (18), innings lanzados y (217,1) y ponches (267) en la liga nacional, con 6,4 victorias sobre reemplazo. Sin embargo, al contar los lanzadores con un galardón particular, parece que sus posibilidades de ganar el MVP se reducen, (sólo el 18,7 % de los galardonados con el MVP desde su creación en 10=931 han sido lanzadores).

Corey Seager, el seguro novato del año del viejo circuito, ha proyectado una temporada de ensueño con los Dodgers, archivando un promedio de bateo de .313 y 6,0 de WAR, que seguro le dará algunos votos para la premiación del MVP, pero que será insuficiente para recibir el premio.

Es por ello que reitero que el galardón del MVP en la Liga Nacional se quedará al norte de la ciudad de Chicago, tanto Bryant como Rizzo han cumplido una labor para MVP, el inicialista de la ciudad de los vientos se ha volado la barda en 31 ocasiones que han contribuido a fletar 105 rayitas, fijando un promedio de bateo de .295, válido para 5,7 victorias sobre reemplazo que lo ubica quinto en este significativo departamento

Por su parte Kris Bryant, quien fuera elegido novato del año en 2015, lidera el departamento de anotadas con 118, con 38 cuadrangulares y 99 remolcada al 23 de septiembre, también es líder en WAR de la liga con 7,5, lo que a mi entender lo configuran como el candidato más sólido para recibir el Kenesaw Mountain Landis Most Valuable Player Award.

Para muchos las estadísticas de jugadores tales como Trout, Dozier, Arenado o Freeman son números de MVP, sin importar la ubicación en el standing de su club, posición que personalmente no comparto, tomando en cuenta que desde 1999, se creó un galardón llamado el Hank Aaron Award, que premia al jugador con mayor desempeño ofensivo en cada liga, premio que es votado por fanáticos y periodistas que debería recibir Mike Trout en la Liga Americana y Nolan Arenado en la Liga Nacional en la presente temporada, cabe señalar que de los 34 MVP otorgados desde 1999, solo 13 jugadores han recibido también el premio Hank AAron lo que representa un 38,24% mientras que 29 (85,29%) de los galardonados con el MVP en ese mismo periodo, formaron parte de un equipo que participó en la postemporada, por lo que es clara la tendencia que ser el mejor bateador no significa ser el más valioso.