El terremoto actual de los San Francisco Giants
El colapso de los californianos puede ser uno de los más sonoros de la historia, pero aún están a tiempo de solucionarlo.
Mientras todo el país estaba maravillado con el arranque de temporada de los Cubs, los Giants ponían a punto su engranaje con la tranquilidad que aporta no tener el foco mediático encima. Así, en junio alcanzaron una velocidad de crucero que les mostraba como el equipo más en forma de la competición. Tan sólidos se mostraron, que aprovecharon los primeros síntomas de cansancio de los de Chicago para llegar al parón del All Star, firmando el mejor record del campeonato, con 57 victorias y 33 derrotas; dos victorias de ventaja sobre los Cubbies y seis y media sobre el gran rival de división, los Dodgers. Todo eran buenas noticias junto a la ensenada McCovey: el equipo ganaba, el clima era agradable, el cuerpo de lanzadores, reforzado con la llegada de Cueto, era el más temido del salvaje oeste, las previsiones hablaban de 102 victorias y es año par. La vida sonreía a los de San Francisco.
Pero parece que algo se ha movido en ese límite tectónico entre la placa americana y la placa del pacífico y que es mundialmente conocido como la falla de San Andrés. Los movimientos de esta falla causan terribles terremotos, como representó la mejorable película San Andreas, en la que un terremoto devasta California. La película viene a colación porque el AT&T de los Giants queda totalmente destruido, algo que puede pasar este año con el equipo.
Desde el parón del All Star hasta el 14 de septiembre, los Giants han sido el peor equipo de la competición con un balance de 20 victorias y 35 derrotas. Durante esta debacle no sólo han visto como los Dodgers, sin Kershaw, les aventajan en cinco partidos, sino que mientras los Cubs celebran que ya están clasificados para los playoffs, ellos pelean por mantener la plaza de Wild Card, como náufragos agarrados a los pecios de un naufragio.
Ante lo que puede ser uno de los colapsos más impactantes de la historia si se quedan fuera de la post-temporada, se buscan las causas para tratar de poner, mientras haya tiempo, remedio a la situación y el diagnóstico parece unánime, el problema es la incapacidad del cuerpo de relevistas para cerrar los partidos. Muchas son las ventajas que no han sabido cerrar desde el bullpen y que han puesto en esta situación tan comprometida al equipo. Además, en el AT&T se han escuchado ya abucheos a un plantel que a principios del verano era legítimo aspirante a todo.
Aunque la situación ha encendido todas las alarmas, los más veteranos del lugar mantienen todavía la calma, ya que han vivido situaciones similares. Los últimos años han sido un paseo de rosas por los grandes éxitos logrados, lo que hace que pocos recuerden que los primeros meses de 2010 fueron complicados y el equipo se recompuso para ganar el primero de los tres títulos en cinco años.
A pesar de todas las dificultades, como los Giants consigan jugar en octubre, no serán una perita en dulce para ningún rival. Un equipo experto que ya sabe lo que es ganar el clásico de otoño desde el partido comodín y que como vuelvan a su velocidad de crucero, hará falta algo más que la falla de san Andrés para pararles.